Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño

Son árboles muy viejos, entre ellos un Ceibón centenario, cuyas gigantescas ramas cuelgan sobre algunos techos y se teme que con un fuerte viento puedan caer sobre las casas.
Recibimos la visita de la señora René de los Ángeles Guadamuz Rivas, quien nos invitó a constatar la situación de peligro que viven. Fuimos y logramos confirmar la situación planteada por René.

René nos relató que en la casa de una joven señora le cayó una rama de mango a una casita de ripios de madera, y “gracias a Dios no le pasó nada a muchacha, porque logró salir con un niño, al escuchar ruido de ramas, lo que ocurrió como a la media noche”.
Otro vecino del “Milagro de Dios” con dos enormes árboles de mango podridos que pueden acabar con toda la familia
En el “Milagro de Dios”, la mayoría de los pobladores están en riesgo, sobre todo que son terrenos inhabitables, ubicados sobre laderas, pendientes bien pronunciadas que no les ofrecen seguridad para sus casas.

Quiere permiso para derribarlos y sustituirlos por árboles que ya tiene listos y un tanto desarrollados, en el predio de su humilde ranchita de tablas y viejas hojas de zinc.
Ha visitado INAFOR, pero no le dan respuesta, solo la promesa de llegar al lugar a inspeccionar la veracidad de la queja. Otro árbol de mango, ubicado a unos pocas varas de su casa, hay un avispero que no les ha sido posible erradicar.