Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
Toda una familia de chatarreros la encontramos en el cauce del arroyo “La Aduana”, donde recoge pedazos, tucos de hierro sarroso, arriesgándose a contraer una enfermedad incurable, entre otras cosas. Todo por llevar un poco de alimento a la mesa.
La jefa del grupo familiar es la madre, doña Martha Centeno Castellón, ella es una madre soltera, sin un esposo que le ayude a empujar el carro de la existencia. Ante tanto desempleo nos expresa que no tiene otra salida: recoger chatarra para venderla a 3 córdobas la libra.
“Lo estamos haciendo por necesidad, porque directamente la vida esta dura. Entonces tenemos que buscar la vida, porque poner a mis hijos a que vallan a robar y darme de comer el alimento a mi…”, expresa la humilde mujer, residente en el sector de La Laguna de Apoyo.
Martha dice que le esta enseñando a su hijo un buen ejemplo, “luchar por la vida, no meterse a las casas ajenas a sacar lo que no es de uno. Entonces, ando con ellos, buscando la vida, de cualquier modo, para sobrevivir”.
En tanto, el joven Guadalupe González Centeno, de 22 años, repitió palabras de su progenitora, que se metió al arroyo “buscando como sobrevivir”. Nos aseguró que no han recurrido al robo del hierro de las tapas de manjoles ni tuvieron que ver con la sustracción de tubos de hierro de dos metros de diámetro, corrugado, que sirve como conducto de las aguas del cauce bajo el puente de la Avenida Arellano.
Nos reveló que toda la chatarra que sacan del cauce, la venden a dos pesos la libra. La señora Centeno declaró a LA VERDAD que le venden a un señor que solo identifica como “Chico”, quien compra chatarra en el sector de la Zona Franca, margen norte de Granada.