Taxistas en las malas: tienen problemas para el mantenimiento de los vehículos, calles malas, gasolina cada vez más cara y las llantas cuestan “un ojo de la cara”

 

Conversamos con el taxista José Aquilino Selva Martínez, quien nos manifestó que están viendo “estrellitas en el aire” con los altos costos de la gasolina, los derivados del petróleo, como el aceite, los filtros y las llantas es un sueño comprarlas nuevecitas.

 

Los taxistas se muestran desesperados por no tener los ingresos para mantener su vehículo y les quede una “ganancia” de la que puedan mantener la familia.

 

“Todo esta caro aquí: comida, manutención del vehículo y, por donde uno la busque está horrible. Antes se mantenía un vehículo con el aceite y las llantas baratas. Y ahora las llantas están carísimas. Una llanta de un carro vale mil 600 córdobas”, comentó José Aquilino.

Recuerda que “el litro de aceite valía antes 15 córdobas y el sellado 20. Ahora el aceite vale cien córdobas el litro. El filtro vale 60 córdobas y antes valía 35 córdobas. Todo el mundo usa ahora llantas imponchables porque el neumático vale 200 pesos”, comentó.

 

Dijo que hacen 700 en el turno de seis de la mañana a dos de la tarde y cuando echan gasolina, le ponen 430 ó más, según el consumo del carro, porque hay carros que gastan hasta 470 córdobas por turno, según Aquilino.

 

Al final del turno “nos quedan como 60 pesos, lo que no da para nada, porque solo un vigorón vale 50 pesos con una gaseosa. No, no, aquí no se puede vivir”, concluye Aquilino.

 

 

La salida que ven los taxistas es congelar el precio del combustible y los derivados, bajar los precios de los repuestos, las llantas y todo lo que ahora les esta resultando un problema para seguir trabajando y llevar algo a casa.

 

También recienten caer en manos de prestamistas usureros que les prestan un peso y les cobran 100 de regreso. Parte de la buchaquita que se recoge en el día va a dar a manos de los prestamistas.

 

Sobre las criticas que les hacen, que muchos tienen accidentes, dice que es “por esa desesperación que andamos por los cobros y las necesidades en la casa.