Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
Ya dentro de la Alcaldía, nos topamos con jóvenes cuyos rostros y forma de vestir parecía ser de pandilleros, algunos de ellos luciendo sus tatuajes. Los muchachos que estaban en los corredores al parecer estaban a cargo del gerente del Mercado, Domingo Salazar.
Salazar ya tiene el antecedente de supuestamente haber jefeado grupos de pandillas cuando se dio el ataque a los taxistas, en calle real de Xalteva. En ese entonces, Salazar dijo que lo hacía para defender su puesto de trabajo, sin importarle ser parte de una acción que aterrorizó a los granadinos y causó daños a varios vehículos, incluyendo vehículos de taxistas.
Camilo fue denunciado por los obreros del volante, de ser el gran reclutador y segundo jefe de pandillas, ya que se le endosó al Alcalde Eulogio Mejía, el titulo de jefe supremo de las pandillas reclutadas y pagadas, presuntamente con fondos municipales.
En el Salón de Protocolo, de la Municipalidad, hasta se dio un incidente, en el que Camilo Bermúdez gritó al comisionado mayor Ramón Avellán, que el obrero del volante Norman Espinoza, estaba molestando a la concejal Karla Canales.

Bueno, la seguridad de un Alcalde temeroso e inseguro estaba más que asegurada por supuestos pandilleros, policías nacionales, policías municipales y por soldados de la brigada de antimotines.
Llamó la atención que el comisionado mayor Avellán se paseaba como “el pez en el agua”, entre los presuntos pandilleros.
En cambio, la actitud del jefe policial fue diferente, respecto a la protesta de los taxistas que estaban molestos porque no se había abordado el tema de la resolución del Honorable Tribunal de Apelaciones, anulando las 120 concesiones de placas aprobada por el Concejo, sacaron a relucir un lanza morteros y lanzaron un par de petardos al aire.
Transportistas denunciaron presencia de pandilleros dentro de la Alcaldía
Los transportistas denunciaron la presencia de pandilleros dentro de la Municipalidad, presuntamente reclutados y pagados por el Alcalde y el Concejal Otto Navas, según expresaron.
Los gritos de los enfurecidos obreros del volante, contra el Alcalde, ingeniero Eulogio Mejía y contra el doctor Otto Navas eran ensordecedores, brotando de ellos palabras altisonantes y nada decentes.
La verdad es que es el resultado de 33 días, en los que los taxistas no vieron jamás un gesto decente de las autoridades municipales, en pro de buscar una solución inteligente, del problema. Fue todo lo contrario.
“No son pandilleros”, aseguró el comisionado mayor Avellán
Pero no entendimos lo que dijo Avellán, porque esos pobladores estaban retozando, un grupo de mas de 30 en los corredores, al parecer jefeados por Domingo Salazar.
Según Avellán, “es un derecho ciudadano si quieren estar adentro o afuera”. La verdad es que los presuntos pandilleros, en los corredores daban la impresión de tener oficialmente “tomada” la Alcaldía.
Avellán dijo que él no obligaría a nadie “ni que estén adentro ni que estén afuera”. Pero le cuestionamos a jefe policial que si se prestó para sacar al periodista quien suscribe estas líneas, por orden del Alcalde.
La pregunta del millón al Comisionado Avellán, es ¿Quién tiene derechos y quien no en Nicaragua?, ¿las leyes y la Constitución fueron redactadas para uso personal, caprichoso y antojadizo de quienes tienen el poder?.
El jefe policial se limitó a decir: “Era solo para las autoridades competentes. Usted no estaba autorizado por estar ahí”. En otras palabras, la Alcaldía, siendo un edificio público, se privatiza de manera antojadiza, con la venia y el respaldo de las fuerzas del orden y la seguridad pública.
“En todo caso quien autoriza eso es el señor Alcalde. El me dijo que iba estar con sus funcionarios y la policía y eso fue lo que se entregó”, concluyó Avellán.