Departamentales
Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
Se nos marchó de este mundo, una gran enfermera, una gran mujer, una gran madre: doña Adilia Margarita Manzano Martínez, progenitora del doctor Roberto Zamuria Martínez, una granadina jaltevana que trabajó al Ministerio de Salud por más de 40 años.
Doña Adilia, falleció a la edad de 82 años, a quien identifica su propio hijo, como “una mujer sola, porque mi padre dejó a mi madre cuando tenía 3 meses de embarazo y luchó solita. Trabajó en el Hospital El Retiro, en Managua”.
“Ella trabaja en salud desde 1955, con muy escasos recursos. Su madre, mi abuela, vendía confites, según me contaba ella, en las fiestas patronales. El padre de ella se llamaba Lorenzo Manzano, descendiente de Francisco Alvaro del Manzano, mi bisabuelo. Ella me crió. Yo nazco en 1958, dio la vida por mí y me llevó hasta donde me dejó: ser profesional del derecho”, relató Zamuria.
Participación en la guerra insurreccional contra la dictadura somocista
El doctor Roberto Zamuria, con vos quebrada y derramando lagrimas por su madre fallecida, dice recordar que su progenitora puso su granito de arena en la lucha revolucionaria, cuando la guerra por la liberación de la dictadura somocista.
Ella le contó que siendo enfermera en El Retiro, “le daba a los guardias Diazepan, los que llegaban heridos por la noche, de modo que pudiera sacar vendas y todo material para los guerrilleros heridos”.
Doña Adilia ganaba apenas 470 córdobas, con lo que mantuvo a su hijo, lo educó y más tarde graduó de abogado en la Universidad Centroamericana (UCA). Roberto reconoce que su madre, ya en su mayor edad, le daba. Roberto era su único hijo, quien cuidaba de ella. Solo se tenían el uno al otro.
El papá de doña Adilia, era un gran liberal, “pero ella logró entender lo que fue la Revolución sandinista. A partir de 1990, ella le dio el voto a Daniel Ortega, todo el tiempo”.
Dio su voto al doctor Aníbal Morales (qdepa)
Otro recuerdo del doctor Roberto Zamuria de su progenitora, es cuando doña Adilia se dispone a dar su voto por el doctor Aníbal Morales, “pero quería verlo antes de votar por él y me hizo el show delante la gente, diciendo que no le importaba que la oyeran pero iba a votar por Aníbal Morales”.
Doña Adilia era jubilada. Rosario, en una ocasión, “mandó a que le dieran a los jubilados sus cositas. Mandó a pintar el pelo, hacer los pies, las manos y ella estaba feliz, porque en su vida ningún Gobierno le había dado eso. La Chayo, como le decía, por lo menos se acordó de mí…”.
La progenitora del doctor Roberto Zamuria trabajo como enfermera en el Hospital General de Managua, en el Hospital El Retiro, donde nación Zamuria, a los dos años de nacido se movieron a Granada, “porque habían muchos temblores en Managua y ella tenía miedo que algo me pasara”.
Doña Adilia mando primero a su hijo, con la abuela paterna del ahora juez en un municipio de Rivas, que se llamaba Susana Espinoza Zeledón. “Yo fui la adoración de mi abuela paterna y mi bisabuela paterna”, recuerda.
Finalmente se crió con su abuela materna, frente a la casa de Sor María Romero, donde fue velada su mamá el sábado 9 de mayo (2015). Esa casa se ubica contigua a “Las Bolitas”, donde vivía don Francisco Mayorga. Zamuria reconoce que su prima Ana, fue la que estuvo a la par de él cuidando a su madre, en su enfermedad.
Zamuria considera que su mamá “aprendió a querer a Daniel Ortega, por lo que daba. Decía que Somoza nunca daba ni dio. Por lo menos la Chayo le dio esa cosita, tan insignificante, que la mando a pintar y dan a la gente pobre”.
Zamuria nos manifestó que su mamá vivió en León para la época en que mataron a Somoza, cuando su progenitor estaba en cuarto año de medicina. Asegura que su mamá conoció a líderes sandinistas como Rubí y que existe una foto “cuando él me chineó, chavalo”.
Ironías de la vida: “siendo enfermera por muchos años, fue maltratada en sus últimos tres días por enfermeras en el hospital de Granada”
Entristece mucho a Roberto, que su mamá, siendo enfermera activa por más de 40 años, de servicio al sistema de salud pública, “fue maltratada, en sus últimos tres días, por enfermeras, en el Hospital de Granada”.
Lamenta que se la hayan tratado “muy mal. Ya lo puse en conocimiento de la directora del Hospital, doctora Yelba Logo. Hubo un momento en que ella me dijo: me duele la parte de aquí donde está la vejiga, quítame la sonda…”.
Zamuria se fue a conversar con una enfermera, a la que le platicó lo que tenía su mamá, pero “nunca fueron a verla. Unas 24 horas después le hicieron una placa, una radiografía, porque se pensaba que tenía algún problema. Lo que pasaba es que la sonda ya estaba mala. Pasó 24 horas con su vejiga llena. Prácticamente, no había enfermeras en el hospital. Se los dije”.
Contrario a lo que se dice que los médicos nuevos son unos aprendices, “todos ellos se portaron a la altura, mostrando realmente que tienen una vocación de médicos. Las enfermeras parece que no tienen vocación de médico…”.