Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
Uno de los más grandes fotógrafos de campo y estudio que la Gran Sultana ha parido, se fue al otro mundo, sin decirnos adiós, sin pedirnos permiso para retirarse a ese lugar misterioso y desconocido para cada ser vivo en esta tierra.
Nos estamos refiriendo al fotógrafo y casi poeta Juan Estrada, porque sus fotos creativas, sus fotos de estudio, sus fotos de campo, hablaban por si solas y parecían tener vida propia. Su humildad, no le permitió acceder a espacios culturales donde exponer su gran obra maestra.
En una ocasión hablamos sobre su exposición, y hasta nos manifestó que tenía una colección especial de fotos que le hubiera gustado exponer en espacios como la Casa de Los Leones, Centro Cultural Convento de San Francisco y el Palacio de Cultura Joaquín Pasos Argüello.
No una vez me mostró sus obras, fotos de personajes granadinos, de los que acopiaba sus respectivas historias, mostrando gran sensibilidad para el relato de aspectos tan interesantes de nuestra Granada. Ese era Juan Estrada, el amigo, el fotógrafo profesional, el fotógrafo privado de algunas familias, el fotógrafo que muchos intentaron imitar, pero Estrada siempre mostró iniciativa y creatividad y un alto sentido del arte, porque “la fotografía es un arte”, nos dijo en una de nuestras paradas en el Estudio de Juan.
De humilde cuna: Hijo del lustrador
Juan era un hombre de cuna muy humilde, hijo de un lustrador discapacitado, muy conocido en Granada, del que Juan no solo lleva su apellido sino que también el mismo nombre. Juan logró salir adelante como fotógrafo, profesión que adoptó desde su edad adolescente, cuado trabajaba con otro grande de Granada, el propietario de Foto Estudio Hernández, si mal no recuerdo.
Eran los tiempos en que la fotografía en Granada, era dominada por los Martínez, Hernández y don Julio Cuadra con su Estudio Fotográfico GOBAR. Estamos hablando de la época de las fotos en blanco y negro, que se hacían en los laboratorios, donde se respiraban los químicos utilizados para el revelado.
La etapa del blanco y negro, que permitió geniales producciones fotográficas y el manejo magistral de los contrastes, recientemente se dejó de practicar en los estudios, los que fueron desapareciendo poco a poco, sobre todo por la instalación de grandes empresas fotográficas, como la Kodak y la AGFA, entre otras.
Esas gigantescas empresas poco a poco vinieron desplazando inteligentemente a los estudios fotográficos, ofertando servicio más barato, al que tuvieron acceso los fotógrafos.
El cambio llegó, sobre todo con el surgimiento de la fotografía a color, suceso en el que participó Juan Estrada, Demetrio Martínez, Arnoldo Martínez y toda la familia Martínez, cuyas raíces dejó bien implantadas el padre de Demetrio, quien fue uno de los pioneros de la fotografía en Granada.
Antes del color, hay quienes recuerdan a Juan Estrada realizando retoques artísticos a color a fotografías de casamientos, primeras comuniones, bachilleratos, modelos improvisadas que gustaban de posar para Estrada, algunas con escasa ropa, con minifalda. Incluso, hasta realizó retoques a fotografías del general Anastasio Somoza Debayle.
Muchas señoritas muy vanidosas gustaban de fotografiarse con Estrada, ara colocar sus magnificas producciones en las salas de sus casas, donde se podía leer en la esquina inferior derecha la marca de “Foto Estudio Estrada”.
Muy hábil, profesional y exitoso
Juan tuvo tanto éxito en su profesión que se dio el lujo de instalar un estudio, que podemos atrevernos a decir que era el mejor de Granada, con todas las condiciones y técnicas necesarias para producir fotos artísticas de estudio. Hacía viajes constantes a Costa Rica y Panamá, para abastecerse de los insumos propios de la profesión y abastecer su estudio, según nos manifestó su hijo Javier, quien retomara las riendas del estudio siguiendo los pasos de su padre.
Juan llegó hasta ser propietario de una hermosa y solariega casa colonial granadina, enclavada en una de las calles más céntricas de Granada: la calle Real de Xalteva, frente a la Iglesia de Xalteva. Ahí instaló su tremendo estudio.
Pero, como no somos eternos, somos pasajeros de este mundo, Estrada se enfermó, pasando mucho tiempo con padecimientos que al final se lo llevaron y algunos de sus amigos nos enteramos hasta que ya lo habían enterrado, pero nunca es tarde para escribir sobre un amigo y un artista al que personalmente admiraba mucho, como admiro a otros amigos que trabajan en este campo.
La verdad es que la fotografía no es mi campo específico, pero es parte de mi vida profesional como periodista y me gusta mucho hacer fotos, aunque no sean tan profesionales, pero trato de imprimirles un sentido de arte y naturaleza.
Aunque la fotografía digital no es tan artística, el arte está en las tomas que uno haga, porque se debe esperar el momento, el objetivo adecuado y la pasión por lo que se hace.