Granada, Nicaragua
Por: Lisseth González

En la actividad estuvieron presentes, entre otras personalidades, el mismo comisionado mayor Horacio Sovalbarro, muy cuestionado en su estilo de manejar la policía y el comisionado general Adolfo José Marenco, segundo Jefe Nacional de Inteligencia Policial, destacado para atender Granada.
El pueblo granadino atacó duro los procedimientos de la unidad antidrogas, que invaden las casas sin portar orden judicial, y pasando encima de todos, mujeres y niños, incluyendo mujeres embarazadas, a las que maltratan sin piedad alguna.
Las amas de casa que hablaron, además de padres de familia muy preocupados por las violentas acciones policiales antidrogas, dijeron que los policías llegan a altas horas de la noche, irrespetando el derecho a descanso, no solo de los adultos, sino de los niños y mujeres embarazadas.
Lo peor de todo, es que en la mayoría de los casos se van en falso o solo logran agarrar pequeñas porciones de drogas, que pueden ser más que todo material de consumidores y no de narcotraficantes peligrosos, que es la idea que dan cuando invaden las viviendas. Es común escuchar los llantos de los niños y los gritos de protesta de las mujeres. Es todo un drama, la mayoría de las veces por quiebres insignificantes.
Los pobladores sugirieron a las autoridades de policía mandar a los antidrogas a recibir charlas sobre relaciones humanas. Hubo quejas de ciudadanos que dijeron que llaman al número de emergencia policial, el 2552-2929, y las respuestas a estas emergencias son en la mayoría de los casos tardadísimas, pasan horas después de la llamada y no hay asistencia policial al llamado de la población.
El señor Walter Santos Hernández, de Zapatera, demandó de la policía, la instalación de un puesto de policía en dicha Isla. El padre Mario Campos, de Diriómo, se quejo de la falta de beligerancia de la policía antidroga en la zona.

Dijo que personas inescrupulosas defecan y miccionan en las calles del sector de los chinamos, en el centro de la ciudad, dejando una ola brutal de pestilencias que penetra en las casas.
El abogado Roberto Zamuria, se refirió a un problema de desalojo de tres familias de Guanacaste, en el que hubo presencia policial, y esto le ha traído “el cariño” de la policía al abogado granadino.
Zamuria trajo al recuerdo la excelente actuación de los comisionados Glenda Zavala y Ramón Avellan, los que se ganaron el respeto de la población, “trabajando en el terreno, con la gente, las 24 horas”.
Zamuria señaló, al comisionado mayor Horacio Sovalbarro, de no desempeñar bien su papel como jefe policial “porque no baja a la población”.
En tanto, William Wilson, de Villa Solidaridad, dijo en el encuentro de Reflexión sobre Seguridad Ciudadana que logró contactar a 30 jóvenes en riesgo, a los que ha involucrado en un proyecto que esta cambiando sus vidas por completo.
Wilson ha metido a los muchachos a un taller de zapatería, que montó con la ayuda de un buen samaritano, un ciudadano que prefiere mantenerse en el anonimato.
Por su lado, la periodista Jessica Tenorio, elevó su denuncia, del maltrato policial e indiferencia de la policía ante sus denuncias en las que ha estado en riesgo su vida y ha sido víctima de robo dos veces, en su residencia ubicada en la Sabaneta.

El Comisionado General Marenco habló de la urgente necesidad de corregir la actuación policial en Granada y le recomendó al comisionado mayor Horacio Sovalbarro, Jefe Departamental de la policía en Granada, “poner sus barbas en remojo”.
La actividad estuvo bien movida, iniciando a las 2 de la tarde, para concluir a las 6:30 de la tarde. El comisionado general Marenco, al concluir el evento, siguió recibiendo cartas de quejas contra el jefe de policía más criticado y negligente que ha tenido Granada.