El anuncio del presidente Daniel Ortega de entregar un bono de 529 córdobas a unos 120 mil trabajadores del Estado tiene un sabor agridulce, porque si bien dará oxígeno al deteriorado salario de los obreros, por otro lado se inscribe en una estrategia populista que “manosea” el salario de los más pobres y hasta podría tener consecuencias económicas negativas por la forma como se produce, coincidieron expertos.
Según economistas consultados, el bono será absorbido por una inminente ola alcista en los precios de los bienes de consumo como consecuencia de una sobredemanda en el mercado nacional.
Desde la acera política, el coordinador del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Edmundo Jarquín, señaló que si bien los trabajadores se merecen elevar sus ingresos, la medida de Ortega en un contexto preelectoral es sinónimo de “somocismo puro y duro”.
Dirigentes magisteriales y del sector público criticaron el anunció del bono salarial con que el Gobierno del presidente Daniel Ortega pretendió congraciarse con la clase trabajadora del país.
Ena Fuertes, de la Unidad Sindical Magisterial, dijo que la entrega de ese bono de 529 córdobas no significa que no seguirán demandando a Ortega que les aumente el equivalente de 92 dólares para los maestros de educación primaria, que actualmente devengan 3,600 córdobas.
A criterio de Jarquín, Ortega vía legal presupuestaria impone a los trabajadores “salarios de miseria, para que le agradezcan a él la remuneración extrapresupuestaria que sale como una dádiva, como una “generosidad”, en tiempos electorales por cierto, del dictador”.
“Está bien que los empleados beneficiados tomen el bono, pero estoy seguro no venderán su alma”, apuntó.