Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño

Las elecciones en Nicaragua han observado un comportamiento que deja ver las grandes controversias políticas nacidas al dar a la luz el surgimiento de Estados Centroamericanos Independientes de la Corona Española, que nacieron sobre las viejas bases de la colonia, bajo la persistente influencia de una ya anacrónica aristocracia o nobleza, que rendía pleitesía al Rey de España y miraba con desdén las clases emergentes.
Los criollos, hijos de españoles nacidos en el nuevo mundo, fueron influenciados ideológicamente por la Revolución Francesa de 1789, que propugnó por la instauración de la República, de un estado independiente, que dio al traste con el dominio feudal de la tierra y el Estado, en el que el Rey era considerado un Dios, o un elegido de un Supremo Creador.
En nuestra región surgieron movimientos independentistas que se identificaban con la filosofía liberal, las teorías de Juan Jacobo Rousseau y, difícilmente lograron abrirse paso, al tiempo que movimientos similares pero de ideología conservadora, pro corona, que finalmente vienen a convertirse en corrientes político ideológicas liberales y conservadoras.
La historia electoral de Nicaragua y la región Centroamericana, esta ligada a los movimientos independentistas, a pactos y componendas, según recopilación de Aldo Díaz Lacayo, de la que nos nutrimos para ilustrar a nuestros lectores.
Historia de las elecciones

El General Chamorro se autonombró Presidente, logrando, de esta forma, convertirse en el Primer Presidente de Nicaragua. Antes, el cargo se le denominaba Director de Estado. El proceso histórico que a continuación detallamos, nos permitirá entender meridianamente el fenómeno político de don Fruto Chamorro y muchos acontecimientos más que han regado de sangre nuestro suelo patrio.
La Constitución de Cádiz, firmada el 18 de marzo de 1820, dio pautas para realizar elecciones indirectas. En Noviembre, en la ciudad de Guatemala, se elaboró la Instrucción para facilitar las elecciones de Diputados y Oficios Concejiles. Las provincias del Reino de Guatemala se sujetaron al reglamento anterior.

El 15 de Septiembre de 1821 se declaró la Independencia en Centroamérica. El 17 de Noviembre, la unta Gubernativa del Imperio mexicano publicó la instrucción electoral para Diputados al Congreso mexicano. Después de la declaración de a Unión a México, en 1822, algunas provincias centroamericanas adoptaron este documento, entre ellas: Provincia de Chiapas, Distritos de León y Costa Rica, provincias de Nicaragua.
El 5 de Enero de 1822, las Provincias Unidas de Centroamérica, declararon su adhesión al impero mexicano. La Junta Preparatoria, en la Capital del Reino, elaboró un Instructivo Electoral al cual se acogieron Guatemala, Honduras y El Salvador. En a Provincia de Nicaragua, los distritos de Granada y Masaya. Esto tuvo como causa el alzamiento de Cleto Ordóñez, en Granada, que fraccionó la provincia nicaragüense. Leoneses, matagalpinos y segovianos votaron de acuerdo con el Reglamento mexicano.
El 1 de Julio de 1823, se emitió el Decreto de Independencia Absoluta de las Provincias de Centroamérica. Meses antes se había emitido una instrucción electoral para convocar a la Primera Asamblea Constituyente en Centroamérica.

En Nicaragua ejercieron como Jefes de Estado: Manuel Antonio de la Cerda, Juan Argüello, Dionisio Herrera, Benito Morales, José Zepeda, José Núñez y otros que asumieron interinamente.
En 1838, La Asamblea Constituyente, reunida en la ciudad de León, decretó la separación del Estado de Nicaragua del Gobierno Federado y lo declaró Estado Libre, Soberano e Independiente. También promulgó la Constitución Política del Estado de Nicaragua.
Esto vino a cambiar la denominación de Jefe de Estado a Director Supremo, el que debía ser nombrado a través de elecciones. En Diciembre de 1838, el Legislativo aprobó una Ley Electoral para la selección de autoridades supremas.

Buitrago asumió el 4 de Marzo de 1841 y concluyó su mandato el 1 de abril de 1843. Lo sustituyó interinamente el Senador Juan de Dios Orozco. En 1844, ninguno de los candidatos obtuvo los votos requeridos constitucionalmente para desempeñar el cargo de Director Supremo.
Ante esta situación, la Asamblea designó al rivense Manuel Pérez, quien abandonó el poder por la invasión del general Francisco Malespín. En su lugar fue nombrado el Senador Emiliano Madriz, en la ciudad de León. En tanto los granadinos, establecieron otro Gobierno en Masaya, a cargo del señor Silvestre Selva.
Las elecciones llevadas a cabo en marzo de 1845, dieron el triunfo a José León Sandoval, quien tomó posesión de su cargo el 4 de abril de ese año. Acusado de mala administración, dejó el poder en manos del Senador José María Sanders, y más tarde lo sustituyó Hermenegildo Zepeda. Aclaradas las cosas, la Asamblea restituyó en el poder a José León Sandoval.
Mientras se realizaban elecciones en 1847, la Cámara de Representantes nombró provisionalmente al Senador Miguel Ramón Morales. En las elecciones de 1847, José Guerrero no fue electo por no contar con los dos tercios de los votos requeridos por la Ley. Por mandato constitucional, Guerrero fue nombrado por la Asamblea Legislativa por unanimidad. Tomó posesión en abril
Intentan Reformar Carta Magna de 1838

En las elecciones de 1849 resultó electo Norberto Ramírez. Por circunstancias diversas, ejercieron el poder de forma consecutiva: Justo Abaunza, Laureano Pineda, José del Montenegro, José de Jesús Alfaro y Fulgencio Vega.
Fruto Chamorro: Primer Presidente de Nicaragua y reformador de la Constitución
El 1 de Abril 1853, asume la Suprema Dirección del Estado de Nicaragua el General Fruto Chamorro. El General Chamorro fue el último Director de Estado de Nicaragua, electo constitucionalmente. Convocó a una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna de 1838. Planteó la necesidad de cambiar el cargo de Director de Estado por el de Presidente y el de Estado de Nicaragua por el de República de Nicaragua.
De modo que el General Fruto Chamorro no solo se convirtió en el Primer Presidente de Nicaragua, sino que se convirtió en el precursor y fundador de la República, al menos conceptual y jurídicamente hablando.
Nueva Ley Electoral
Don Fruto Chamorro, nacido y educado en Guatemala, de padre nicaragüense y madre guatemalteca, en 1853 decretó la Ley Electoral para elegir autoridades municipales. Al estallar la guerra civil, la Constitución no pudo ser promulgada, y, por consiguiente, no entró en vigencia.

Fruto Chamorro, era hijo ilegitimo de la guatemalteca Josefa Pérez y de don Pedro José Chamorro Argüello, nicaragüense de la Oligarquía granadina, quien estudio bachillerato en Guatemala, entre 1803 y 1807. Reconoció como hijo legítimo a Fruto, hasta poco antes de su muerte.
Víctima de la disentería, cuando le faltaban 18 días para concluir su mandato de Supremo Director, conforme a la Constitución de 1838; a 10 meses de haber asumido el cargo de Presidente de la República, conforme a la Constitución de 1854, que ejerció en permanente campaña militar; contrariando el activismo de toda su vida; y cuando apenas contaba con 51 años de edad (según fecha de nacimiento estimada por sus descendientes), Fruto Chamorro murió en su cama el 12 de marzo de 1855.
A pesar de que la Constitución de 1854 nunca entró en vigencia, a partir de Fruto Chamorro todos los gobernantes de Nicaragua usaron el título de Presidente de la República.
El pacto del Espino Negro parió al Presidente José María Moncada
La historia política electoral de Nicaragua ha pasado por incontables pactos que dan a luz presidentes y dictadores que han gobernado Nicaragua, bajo la tutela y el paraguas del Gobierno de los Estados Unidos de América.

Las negociaciones, entre el Gobierno y los rebeldes, impulsadas por Estados Unidos, dieron lugar a un Gobierno de Coalición. Sin embargo, dado que el Gobierno era incapaz de controlar los nuevos focos de insurrección, los marines desembarcaron de nuevo en diciembre de 1926.
La llamada Guerra Constitucionalista surgida en 1926, luego de más de 10 intentos armados contra los conservadores, que desembocó en un levantamiento que se produjo en 1926, “debido a la difícil situación política interna provocada por la ocupación armada yanqui”, comenta el general Humberto Ortega Saavedra.
Según el comandante Jaime Wheelock Román (Imperialismo y Dictadura, pagina 112), las tentativas armadas fueron en mayo de 1913, Julio de 1914 (ataque a cuarteles de Bluefields), marzo abril de 1915: toma de la Casa de Gobierno o “Golpe de Las Delicias”. En 1919: Movilizaciones en frontera tica.
Septiembre y octubre de 1920: combates en fronteras de Honduras. Agosto de 1921: Invasión desde Honduras. Octubre de 1921: Otra invasión desde Honduras, llamada “Guerra Seca”. Marzo-abril de 1922: “Conspiración de Lara”. Agosto Septiembre de 1922: disturbios en León y Chinandega.
Disturbios durante las elecciones de 1924. En todos los casos los Estados Unidos impuso la Ley Marcial.
Esta situación inestable, según el general Ortega, “concluye con el golpete estado de Emiliano Chamorro, antecedente inmediato de la guerra conocida como constitucionalista en 1926”.

Los ganadores asumieron la presidencia en 1925, sin embargo, el 25 de octubre, el firmante de los acuerdos de Washington, General Emiliano Chamorro Vargas, dio el Golpe de Estado conocido como El Lomazo y se nombró Presidente.
Los norteamericanos no aceptaron el Gobierno del General Chamorro, por violar los acuerdos citados. La Constitución ordenaba que en caso de renuncia presidencial, sumiera la Presidencia el Vicepresidente. Por tanto, le correspondía al liberal Sacasa. Los Estados Unidos no aceptaron ni a uno ni a otro.
Surgen las “Notas Kellog”, emitida por Estados Unidos, presionan para que Chamorro renunciara al poder. Chamorro deja el poder en manos de otro conservador. Tras una breve transición de Sebastián Uriza, nuevamente ocupa la presidencia Adolfo Díaz. Sacasa, entonces, se nombró Presidente, alegando que la Constitución le daba ese derecho. Se establecen dos Gobiernos, lo que hace estallar otra guerra civil, conocida como Guerra Constitucionalista, dirigida por el General José María Moncada.
“El conservador Adolfo Díaz, quien estaba al frente del Gobierno desde el 11 de noviembre de 1926, por imposición de Estados Unidos, terminaría su Gobierno el 31 de diciembre de ese mismo año y al día siguiente impondría la banda al Presidente Electo. Y así Fue. Con ello, el esquema de la paz americana en algunos países de la cuenca del Caribe, se aplicó una vez más”, revela en un artículo de corte histórico el historiador Jorge Eduardo Arellano.

En el camino a la victoria total, el ejército constitucionalista encontró un último retén fuerte, de los conservadores, en los alrededores de Teustepe, Boaco. El Ministro de la Guerra de los constitucionalistas, José María Moncada pide ayuda a la columna segoviana compuesta por 800 hombres comandados por el general Augusto C. Sandino.
En la Batalla del Común, “El Bejuco” y “Las Mercedes” los conservadores son derrotados, quedando allanado el camino para la entrada triunfal de los liberales. Aquellos fueron los últimos tiros de la guerra constitucionalistas.
Pacto del Espino Negro y la Supervigilancia electoral norteamericana.
Entonces, Henry L. Stimson, representante de los Estados Unidos, se reunió en Tipitapa con Moncada, y bajo la sombra de un Espino Negro, firmaron el rendimiento de las tropas constitucionalistas. Fue un 4 de mayo de 1927.
La parte toral del pacto era que se acabara la guerra, que Adolfo Díaz terminara su período presidencial y en las elecciones próximas ganaría Moncada la Presidencia, en elecciones manejadas por los norteamericanos.
La tropa liberal fue desarmada en Las Banderas, a 48 Kilómetros de Managua, donde los soldados entregaban a los marines sus armas y en su lugar recibían 10 dólares. Todos los generales aceptaron el Pacto del Espino Negro, menos uno, el General Augusto C. Sandino, quien se fue a las montañas de Las Segovias y mandó a decir que si querían las armas que se las fueran a quitar allá.
Jorge Eduardo Arellano, al referirse a un tema que para los nicaragüenses, en este momento histórico vivimos en Nicaragua (6 noviembre del 2011), con sus focos de tensión producto de los cuestionamientos de las fuerzas opositoras, principalmente del Partido Liberal Independiente (PLI), menciona la supervigilancia electoral Norteamérica y el tristemente célebre Pacto del Espino Negro.
Las elecciones del domingo 4 de noviembre de 1928, que dieron amplia victoria al General José María Moncada, como Presidente electo de la República de Nicaragua. Según Jorge Eduardo, esas elecciones “eran la culminación del Famoso Pacto del Espino Negro, celebrado en Tipitapa, el 4 de mayo de 1927.
En la farsa electoral del 4 de noviembre de 1928, Moncada se convierte en Presidente, presidiendo las mesas electorales 45 oficiales norteamericanos. El Presidente de la Comisión Electoral fue el general Frank Ross McCoy.