1 noviembre 2024

Nicho Montiel esta por cumplir 85 años y continúa pegado al yugo, construyendo bóvedas, haciendo rumbos, cargando bolsas de cemento y jura que no se retira y se propone seguir hasta los 90 años

Nicho Montiel trabaja como constructor a sus 85 anos

Granada, Nicaragua
Sábado, 19 enero 2013
Augusto Cermeño
 
Nicho Montiel trabaja como constructor a sus 85 anosLa mañana del 16 de enero 2013, nos encontramos al maestro de obras José Dionisio “Nicho” Montiel Moreno, un hombre que esta por cumplir 85 años, pero se siente joven, lleno de vida y con ganas de sacarle punta al día.
 
Nada detiene a Nicho. A su edad se ríe de los viejitos de 60 años, 24 años menores que él, a los que ve arrastrando los pies, encorvados, dando la impresión que la tierra los llama a gritos. Clama por ellos.
 
Nicho dice que él no piensa en lo más mínimo en retirarse y que seguirá adelante, incluso cuando pase la frontera de los 90. Mientras esos hombres de la tercera edad, que son más de 20 años menores que él, andan cantando la canción de Piero “Viejo mi querido viejo, que ahora camina lento, como perdonando al viento…”.
 
La verdad es que Nicho, a quien entrevistamos hace unos 10 años, cuando tenía 74, y lo vimos cargando una pesada bolsa de cemento en la cabeza, haciendo estaciones con la carga, conversando con uno y con otro, mientras llegaba a la bóveda que esta construyendo.
 
Esa pesada carga, la trasladó, en esa ocasión, de la Ferretería “El Angelito” hasta el interior del cementerio donde realizaba una obra. El 16 de enero lo encontramos realizando una obra reconstructiva en una esa colonial de Granada, costado sur del antiguo edificio del Teatro González, ahora Librería Gonper.
 
Jura que aún carga la bolsa de cemento, pero es honesto al decirnos que le deben ayudar a montársela en la cabeza. Nicho se ríe de los que andan pensando en jubilarse desde los 50, añorando pegarle una certera puñalada al trabajo.
 
Dice que todos esos que andan todos enclenques desde los 50, buscando como jubilarse bajo cualquier justificación, incluyendo discapacidad por accidentes de trabajo o por otras razones.
 
Nicho cree que estas personas no se alimentaron bien durante su juventud, no se cuidaron, toman mucho licor y ahora hasta le dan a la pega. Estas personas poco se preocupaban por su salud.
 
Agrega a esto, “los desvelos, el mal dormir, mal comer, mal vestir. Yo gracias a Dios me mantengo en forma. Duermo mis horas correctas, como a tiempo, como de todo, alimentado con puro garrobo”.
 
Nicho dijo que estudió la primaria en el Salesiano, teniendo como compañero de clases al padre Francisco García y Francisco Mayorga. Dice, contrario a él, ve a muchos menores que él “hechos v…, hechos m… de viaje”.
 

Nicho los ve súper ancianos, “mientras yo me siendo joven todavía”. Esto nos hace pensar que la vejez entra no tanto por la edad sino por la actitud, el espíritu de la persona. Nicho nos dice, muy tranquilo, que su meta “es llegar a los 90 trabajando”. 

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