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El Gobierno de Nicaragua lamentó este miércoles la destitución de Dilma Rousseff, de la presidencia de Brasil. Las autoridades nacionales consideraron que tras el impeachment “no hay buenos augurios para el pueblo brasileño”.
Rosario Murillo, coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, refirió que Nicaragua ya había condenado el proceso de separación contra Rousseff por considerarlo “injusto”.
“Es una destitución, se ha catalogado también como golpe de Estado, golpe parlamentario, que ha separado de la presidencia a la hermana compañera Dilma Rousseff”, dijo Murillo.
“Al culminar este proceso, sobre el cual se han pronunciado los gobiernos hermanos de América Latina, condenándolo, se está también declarando de muchas maneras la apertura de una etapa difícil para el pueblo brasileño donde se habla del regreso de las políticas neoliberales”, añadió Murillo.
“Los augurios no son buenos para las familias de Brasil, mucha inseguridad, el retorno de políticas neoliberales que van a sumir a muchísimas familias en dificultades sobre todo la falta de políticas públicas que promuevan el desarrollo de las mujeres, de la juventud, que les permitan desarrollarse”, reiteró.
Por su parte, el representante alterno de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Exequiel Alvarado, condenó también «el golpe de Estado parlamentario en contra de Dilma» y dijo que «las fuerzas regresivas del hemisferio siguen trabajando para provocar golpes de Estado en contra de los gobiernos progresistas de la región».
Bolivia, Venezuela y Ecuador también criticaron en el plenario de la OEA, el impeachment a Rousseff.
El proceso contra Dilma
Infografía AFP- Infografía AFP -Rousseff fue destituida de la presidencia de Brasil, tras un fallo histórico en el Senado brasileño que pone un dramático fin a 13 años de gobiernos de izquierda en el gigante sudamericano.
«Una mayoría de 61 senadores se pronunciaron en favor del sí», señaló el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, a cargo de supervisar el juicio político contra Rousseff.
Bastante más de los 54 votos (dos tercios de los 81 senadores) que se necesitaban para que Rousseff fuera condenada. Sin embargo, el Senado rechazó en una segunda votación la propuesta de que la exguerrillera, de 68 años, quedara inhabilitada para ejercer cargos públicos.
El voto cierra una sangría política que desde hace nueve meses mantiene en vilo a la mayor economía de América Latina, en vías a su peor pérdida de riqueza en 80 años y que tiene a los principales partidos embarrados en causas de corrupción.
Y es un final trágico para la primera mujer que llegó a la presidencia de Brasil, suspendida en mayo tras ser acusada de violar las normas fiscales de Brasil.
Será el hasta ahora presidente interino Michel Temer (PMDB, de centro-derecha), de 75 años, quien asumirá la presidencia por lo que resta de periodo.