domingo, 22 de diciembre de 2013
Tomado de El Archivo CCXCII
De eso se trata esta conmemoración del Hijo, "hombre", que Dios nos DA, nos lo envió, a nuestro mundo, y lo conocemos como Jesús. El Padre Celestial nos da a su Hijo, y con su Espíritu le encomienda la más noble de las tareas del ser humano, el DARSE.
Para esa misión, lo prepara, le nutre del amor de su inmaculada madre, de su ejemplar padre, le da humildad y tenacidad, con la cual estudia, prédica y nos enseña que al darnos, amamos a nuestros semejantes, y que con ello encontramos la Paz y la Felicidad! Y en verdad así lo es.
La semana pasada, conversando con un par de amigos, ambos profesores, sentí en ellos un serio enigma, pues aun habiendo encontrado la felicidad en DARSE, no logran descifrar a los indiferentes. Citando a Papa Francisco, como me gusta llamar a su Santidad, quien en una de sus diarias pláticas, nos dijo: "un poco de silencio para escuchar a Dios que nos habla con la ternura de un padre y de una madre, nos haría bien", les pedí a los profesores duplicar sus esfuerzos para ayudar a los indiferentes.
Nuestro planeta necesita más discípulos y apóstoles de Jesús, esa es casualmente la prédica de Papa Francisco. Necesitamos apóstoles humildes, pero fuertes, valientes gladiadores para derrotar el cáncer de la corrupción, del egoísmo, de la glotonería y la falta de humanidad y, sobre todo, falta de caridad.
Celebremos con alegría este nacimiento, cantemos los villancicos de nuestra niñez y hagamos el esfuerzo de DARNOS, uniéndonos, no importa si es sólo con una sonrisa, un saludo o un abrazo, a la felicidad de quienes la añoran y la sueñan, como nosotros.