Monitoreo
Nacional
“Hubieron días en los que no sabía que decirle”, “pero mas sin embargo segui luchando”. Estas son oraciones escritas por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) en pruebas diagnósticas de español que evidencian las deficiencias que los estudiantes arrastran de la secundaria a la universidad.
Al menos 8 de cada 10 estudiantes llegan a las universidades con deficiencias en redacción, ortografía, cohesión y coherencia a la hora de escribir, por eso las casas de estudio, públicas y privadas, han optado por aplicar pruebas diagnósticas y abrir cursos de nivelación en el primer semestre o cuatrimestre de clases.
El problema de bajo rendimiento en español es generalizado, dice el rector de la Universidad Americana (UAM), Ernesto Medina, quien explica que a los estudiantes que desean ingresar en esta universidad se les aplica una prueba de español, matemática e inglés.
“En la UAM actualmente 400 de los 500 estudiantes de nuevo ingreso están cursando los talleres de reforzamiento en cuanto a español, inglés o matemáticas, pero es en español donde tenemos más problemas”, reconoce Medina.
En la UNAN –Managua se imparte una asignatura llamada técnicas de lectura, redacción y ortografía, que es obligatoria para todos los estudiantes de nuevo ingreso y dura un semestre. La docente Tania Rivas, especialista en lexicografía, indica que el 80% de los universitarios, que llegan a esta asignatura, presentan problemas, sobre todo ortográficos, esto se determina mediante una prueba diagnóstica para medir las debilidades y fortalezas que poseen los alumnos de primer ingreso.
“Los signos de puntuación son otra debilidad porque no los usan, están divorciados de las comas o los puntos, y estos son los que delimitan para lograr el sentido de un párrafo. Además, la mayoría tiene problemas con el verbo haber. Escriben ‘hubieron’ y eso no existe porque lo correcto es hubo”, explica Manuel Gaitán, docente del departamento de español de la UNAN-Managua.
Problemas de lectura
Otra debilidad que señala Gaitán es la poca comprensión lectora. “En la universidad se enseña un proceso de lectura más dinámico e interactivo y funcional para desarrollar las competencias necesarias. A diferencia de la secundaria, vienen a leer textos científicos porque están en un mundo académico y la mayoría no comprende lo que lee”, asegura el docente.
Debido a las deficiencias en los estudiantes, la Universidad Católica de Nicaragua (Unica) también se ha visto en la necesidad de abrir cursos de nivelación donde utilizan una retroalimentación constante en el estudiantado para corregirle los errores que presentan.
Michelle Rivas Reyes, rectora de la Unica, señala que es imposible cambiar en un semestre o en un año lo que no se hizo en 12 o 13 años de colegio, “pero lo que hacemos es aplicar un examen diagnóstico al estudiante antes de la matrícula para saber en qué nivel está”.
POSIBLES CAUSAS
Los especialistas consultados indican que estos vicios son arrastrados por los jóvenes desde la escuela y que empeoran por la falta de lectura y el uso excesivo de la tecnología. “En esta juventud conectada que tenemos es muy recurrente ver que nos escriben una ‘q’ en lugar de escribir ‘que’, o una equis en vez de escribir ‘por’”, comenta la rectora de la Unica, Michelle Rivas Reyes.
Manuel Gaitán, de la UNAN-Managua, refiere que el problema podría deberse a que los estudiantes llegan a las universidades procedentes de un sistema educativo “que tiene ciertas deficiencias en cuanto a la enseñanza de la expresión escrita y el dominio de la lengua”.
La mala ortografía y redacción de un estudiante dice mucho de él, asegura Ernesto Medina, rector de la UAM. “Cuando yo recibo una carta y veo que hay errores ortográficos uno tiende a no tomarla en serio y es horrible ver a un profesional que escribe mal”, expresa.
Michelle Rivas Reyes, rectora de la Unica, agrega que “un estudiante que no sabe expresarse y escribir bien, difícilmente va saber desarrollarse en su vida profesional”.