Artículo del poeta Enrique Fernández Morales
Revista Conservadora No. 114
El Martes Santo era día de repicar duro en la antigua Semana Santa granadina, y a pesar de las vicisitudes de su agitada historia, ha logrado conservar su prestigio y devoción hasta nuestros días.
Compañera de la imagen de Nuestra Señora de Dolores de la Merced es la venerada imagen del Jesús Nazareno del Gran Poder, en edad e historia, si no en la mano del artífice que las labró, que parece haber sido diferente; traída de España junto con aquella fue también por don Eduardo de Arana, allá en las postrimerías del Siglo XVIII, según los datos que arrojó el proceso entablado por la Curia para la devolución de esta imagen, el año de 1932.
El mismo noble donante le dedicó una de las naves laterales que había mandado a construir en la Merced donde tenía rico altar y por este motivo se conocía como la Nave de Jesús.
Aunque la mayordomía de ambas imágenes quedó vinculada a su descendencia por expreso deseo del donante, cuando el incendio de Granada el año de 1856, el cura de Granada don Agustin Vigil, amigo de Walker, mandó con anterioridad poner a buen recaudo las imágenes preciosas, repartiéndola entre los devotos para su seguridad y cuidado.
…Procesión de Jesús Nazareno del Gran Poder
Llevase la Dolorosa doña Bernabela de la Cerda, descendiente de don Eduardo Arana, a su hacienda El Valle, (hoy Valle Menier) jurisdicción de Nandaime, y el Nazareno fue resguardado por doña Ana Vigil hermana del cura y esposa de don Anselmo Ximénez, y llevada a su hacienda Posintepe restablecido el orden de cosas en el país, estando las iglesias destruidas, la venerable imagen quedó por largos años huésped de honor del hogar de aquella piadosa familia, y luego de sus hijas, santas mujeres cuya vida austera y casi monástica estaba totalmente consagrada al servicio y devoción del Señor Nazareno, “MI PADRE JESUS”, como ellas lo llamaban pasando luego a poder de sus sobrinas, hijas de don Nicolás Ximénez Vigil la última de las cuales, la señorita María de Jesús hubo de entregarla a la iglesia de la Merced su legítima dueña con motivo del proceso instruido por la Curia Diocesana, en el que se suscitaron tan dolorosos incidentes como la excomunión lanzada por el Obispo Reyes y Balladares contra la familia Ximénez, y el entredicho puesto a la iglesia de la Merced, una de las más antiguas e ilustres iglesias en todo el continente.
Por ese tiempo del famoso proceso comenzó la venerable imagen a ser llamada del Gran Poder en honor de su homónima de Sevilla, con la que conserva algún cercano parecido, después de haber sido llamada sucesivamente Jesús Arana y Jesús de las Ximenitas, por las dos familias que intervinieron en su historia.
Su mayordomía fue conferida al distinguido caballero don Carlos Bolaños Alvarez cuyo entusiasta y amoroso celo volvió a despertar la antigua y entrañable devoción granadina hacia el Nazareno de la Merced, que estaba tan decaída en los últimos años.
Actualmente sirven su mayordomía las hermanas Bermúdez Lacayo, quienes en testimonio de su devoción en memoria de su hermano don Oswaldo Bermúdez han costeado la construcción de un hermoso altar de mármol para esta sagrada imagen, que será compañero del altar de don Manuel y doña Rosa Lacayo consagraron a la Virgen de los Dolores.
Así continuarán juntas recibiendo el culto y el homenaje que les tribute Granada. las dos imágenes que juntas fueron traídas de España por el Oidor don Eduardo de Arana, lejano antepasado de las señoritas Bermúdez Lacayo.
La procesión, de muy corto trayecto, fue siempre una de las mas devotas, habiendo la costumbre de las familias ricas de ofrecer promesas de vestir a sus hijos de Nazareno, y sacarlos en andas durante la procesión, por cuyo motivo era esta también llamada la Procesión de los Jesusitos. (yo como mi padre en anteriores años tuve en mi infancia el privilegio de cumplir una de estas promesas.
Procesión de San Sebastián
El Martes Santo, durante la noche, era tradicional la procesión de San Sebastián, graciosa talla en madera que representa al Santo Mártir romano, desnudo y asaetado, atado a un árbol, esculpida por imaginero chinandegano y el origen de cuya presencia en la Semana Santa no hemos podido desentrañar.
La imagen tocada con tricornio y armada con un espaldín, prendas de su uniforme de gala que don José Pasos Arellano le regalara el año de 1877 en su regreso de una misión diplomática en Londres donde representó al gobierno del doctor Adán Cárdenas, salía de San Francisco, especialmente escoltada por los habitantes del Capulín, pequeña comarca aledaña, que eran especiales devotos del Santo.
Las disenciones habidas entre el actual mayordomo señor Pedro Martínez, vecino del Capulín y la Curia Diocesana, con motivo de las disposiciones referente a las imágenes y sus mayordomías han suprimido esta procesión desde hace varios años.
Procesión del Dulce Nombre
El hermosísimo título del Dulce Nombre de Jesús que ostenta esta bella imagen de Cristo en los Azotes, tiene su origen en las primeras palabras del Introito de la Misa del Miércoles Santo que está tomado de la epístola de San Pablo a los filipenses y dice: “A NOMBRE DE JESUS DOBLESE TODA RODILLA EN EL CIELO, EN LA TIERRA Y EN EL INFIERNO; PORQUE EL SEÑOR SE HIZO OBEDIENTE HASTA LA MUERTE, Y MUERTE DE CRUZ”.
La bella imagen del Dulce Nombre de Jesús, o EL YANKE, como es más popularmente conocida, fue costeada con limosnas recogidas en una colecta en que hacían cabeza don José Angel Mora, don Manuel Urbina y don Salvador Chacón, y encargada a don Ramón de Espinola, distinguido caballero español que después de vivir algunos años en La Habana, donde hizo fortuna, se había establecido en Granada, unos años después del incendio de 1856, donde tenía florecientes negocios y una magnífica botica.
En uno de sus viajes a Europa, de España, su tierra natal trajo la imagen el señor Espinola, allá por el año de 1862.
Procesión del Dulce Nombre
La imagen, tallada en madera, hueca para evitar el excesivo peso en las procesiones, (esto dio lugar a que alguna gente creyera que el señor de Espinola trajo dentro de la imagen un contrabando de joyas) representa a Jesús como un hermoso varón en la plenitud de la vida y el vigor físico, alto y corpulento que, atada sus manos a una columna truncada, abandona con un gesto de profunda tristeza y conmiseración su desnudo cuerpo a la crueldad y los azotes de los sayones.
Las hermosísimas facciones y los limpios ojos azules hicieron que los granadinos, (que los conocían de cerca, tal vez como la única forma de perdonar el espantoso agravio) le dieron inmediatamente el cognomento familiar de “EL YANKE”.
La procesión que saliendo de Xalteva hacía su recorrido por la calle Real, doblando en la Atravesada hasta llegar al banco, donde tomada la del Consulado hasta entrar en su huerto en Xalteva, (ya que a esa hora los huertos de todas las iglesias estaban terminados y abiertos al público) congregaba como la procesión del Martes Santo muchos JESUSITOS, o niños promesantes en andas, desnudos con una toalla en las caderas, y pintadas las llagas de los azotes a semejanza de la sagrada imagen.
También había en esta procesión la costumbre, que yo alcancé a ver todavía en mi infancia, de detenerse de trecho en trecho, ante estrados preparados y adornados convenientemente, donde se dramatizaba con personajes vivos la escena del pozo de Jacob con la mujer de Samaria, en la cual el Salvador hace un bello discurso prometiéndonos su agua viva, con la cual no tendremos sed nunca más.
Los lugares donde había estrado y representación eran, según recuerdo, donde la señorita Matilde Jarquín, donde doña Cora Lacayo de Benard, en la esquina de las Ocones, (frente al banco) y en el Consulado en la casa del mayordomo maestro Policarpo Rocha.
La sagrada imagen del Dulce Nombre de Jesús enriquece ahora a la iglesia de la Merced, donde recibe culto, a pesar de los derechos de Xalteva su legítima dueña.