Departamentales
Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
El magnate granadino Ernesto Chamorro Benard, se enterró con un cierto toque de humildad, austeridad y fe en la obra social de la beata Sor María Romero Meneses, para quien su última voluntad fue que toda muestra material de condolencia fuera depositada en una cuenta bancaria de la Asociación Sor María Romero.
Don Ernesto dejó bien establecido esto, que lo coloca como un gran devoto y creyente de la santa granadina, que entre sus iniciativas para recolectar fondos está la petición a personas con mucho dinero, los que generalmente no le fallaban.
En Granada, la Asociación Sor María Romero Meneses maneja la casa paterna de la monjita, convertida en una especie de meca de los que han seguido a Sor María como una Santa, como alguien que siempre oró y luchó por los más desposeídos.
La Familia Chamorro Benard, Chamorro Martínez, Chamorro Chamorro y Pellas Chamorro, los hijos, nietos y bisnietos de los hermanos Chamorro Benard (Alberto, Nena y Ernesto), se dieron cita en un funeral en el que se pudo pulsar que los reunidos son gente de mucha plata, con sus lujosos autos, camionetonas, y trajes negros impecables, en la mayoría de los casos. Pero esas personas que navegan en dinero respetaron la voluntad de don Ernesto y no plasmaron sus muestras de pesar con nada costoso, solo una estampita humilde de Sor María Romero sobando la cabecita de una niña.
Algo que llama la atención es que la niña tiene su mano en una mano de Sor María, dando la idea de que sor María está realizando un acto de sanación en la niña, con esa maravillosa oración propia de ella y su devoción por María Auxiliadora: “Pon tu mano madre mía, ponla antes que la mía”.
La familia Chamorro, se mostró a todos en la Iglesia La Merced, donde se le ofreció una misa concelebrada por un grupo de ocho sacerdotes que apoyaron al obispo emérito Bernardo Hombach, por el descanso eterno del empresario granadino.
En la misa estuvo presente, como oyente, el Obispo de la Diócesis de Granada, monseñor Jorge Solórzano Pérez. Don Ernesto también contó con las muestras de pesar de decenas de trabajadores de la empresa E. Chamorro, los que llegaron uniformados.
Nos comentó nuestro amigo Peter Quino, que la empresa fue cerrada para darle oportunidad a los trabajadores de ir al sepelio de quien por muchos años gobernó la empresa con un estilo muy respetuoso de los derechos de los trabajadores, aunque esto no significa que de manera perfecta, porque hubo un tiempo en que los trabajadores reclamaron derechos que en alguna forma les fueron satisfechos.
Algo interesante es, que es raro el granadino que no ha trabajado para las empresas de la E. Chamorro, lo que da a esta familia mucha influencia política, manejando los destinos del partido conservador. Granada es el gran bastión del conservatismo en Nicaragua, un tanto reducido por todos los flujos y reflujos de la política nicaragüense.
Al final de la misa, a eso de las 11:15 de la mañana del 14 de abril (2015), desfilaron José Joaquín Quadra Cardenal, los nietos de don Ernesto y René Chamorro Martínez, su hijo, regalando balsámicas palabras al deudo.
Posteriormente, igual que al ingreso de los restos mortales de don Ernesto a la iglesia LA Merced, los hijos y nietos lo cargaron, para colocar el ataúd en un negro coche fúnebre.
Luego, los Chamorro abordaron sus lujosos vehículos y se dispusieron a llevar a don Ernesto Chamorro Benard a la morada eterna, el mausoleo de la familia Chamorro Benard, ubicado en unos metros de la entrada del Cementerio de Granada, una reliquia granadina que es Patrimonio Cultural y Artístico de Nicaragua.
Van nuestras muestras de pesar a la familia Chamorro Benard, Chamorro Martínez y Chamorro Chamorro. Particularmente a los hermanos Alberto y Nena Chamorro Benard. A los hijos de don Ernesto: Ernesto Horacio, René, Mari Carmen y María Celia Chamorro Martínez.