9 diciembre 2024

Madre soltera y enferma, clama por cariño de sus hijos: la han dejado al sol y al viento, viviendo de la caridad pública

Martha Pereyra


Granada, Nicaragua
Sábado 01 Junio 2013
Augusto Cermeño
 
Martha PereyraMartha Pereyra, madre soltera y enferma, clama por un poquito de cariño y comprensión de sus hijos e hijas, los que la han dejado al sol y al viento, viviendo de la caridad pública.
 
Últimamente el doctor le diagnosticó osteoporosis, trombosis crónica profunda, y algunos problemas que afectan su razón, su comportamiento psicosocial.
 
Habló de todas “esas pobres viejas pedigüeñas que nos sentamos en las puertas de las casas, en las aceras, en las cunetas, sin apoyo de un familiar, sin apoyo de un pariente, sin apoyo de nadie…”.
 
Considera, al referirse a la familia, que ella ha encontrado más solidaridad humana en personas particulares que “en nuestra propia gente. Lo único que hacen es aprovecharse de lo poco que podremos conseguir y echarnos a la calle como… un perro”.
Se siente “humillada, ultrajada. Acabo de pasar una anécdota con una hija mía, que no mencionaré el nombre y su marido. Es doloroso, no tengo palabras con que decírtelo…”.
 
Está convencida de que ha hecho mucho como madre soltera, con una enfermedad terrible, “como es un cáncer en el hígado y padecer enfermedades que nadie sabe que he tenido. Ya me habían desahuciado, vine desahuciada de los Estados Unidos y lo único que hicieron fue, la familia que los crió a ellos, dejarme sin cinco centavos y en las calles”.
 
Muy adolorida y balbuceante, dijo que esa página de su vida, se la guarda en el fondo del alma. Ella ha buscado la sobrevivencia, pidiendo y colectando basura plástica reciclable entre las bolsas de basura.
 
También ha sido una especie de líder de los indigentes, buscando ayuda para los más desamparados, dándoles de comer y buscando ayuda en los demás, para ayudar a otros de su propia comunidad de miseria y extrema pobreza.
 
Recordó con tristeza, que algunos indigentes de mayor edad, sobre todo mujeres, ya han entregado su alma al Creador. Habló de la anciana limosnera, conocida como Amalia, la que dijo “ya murió y era azotada por los pandilleros, los chavalos vagos. La dejaban caer en media calle…”.
 
Esta señora se movilizaba primero apoyada por bastón y poco ates de morir lo hacía apoyada en un andarivel. Hace un llamado a padres, hijos, hijas, para que se acuerden de sus madres en desgracia.
 
Se identificó como una madre, que aún en su lecho de enferma, “estaba pendiente del giro que debía enviar a mis retoños en Nicaragua, cuando residía en Estados Unidos”.
 
“Madre soltera: solo nos dejan las barrigas y ni para el litro de leche nos dan, más que solo el maltrato y la patada”
 
Martha Pereyra se identificó como una madre soltera a la que “solo les ponen la barriga y ni para el litro de leche nos dan, más que solo el maltrato y las patadas”.
 
Habló de la madre cuyo yerno la corrió, no le permite ni lavar sus trapitos, no la deja comer y “solo viene la hija a llevarse los dos centavitos. El desgraciado no se da cuenta de donde la mujer agarró los centavitos”.
 
“He visto morir a ancianas que han tenido seguro y las hijas las van a aplastar a las aceras a estar pidiendo los centavitos. Más explotadas todavía. Estas pobres viejas somos seres humanos, que nos acabamos poco a poco”.

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