Granada, Nicaragua
Por Augusto Cermeño

En estos días lo observamos muy sanito, con esa leve sonrisa que lo caracteriza, asomando su rostro de niño que por cosas que nadie espera, es afectado por problemas de orden congénito que los médicos están procurando vencer.
Y, lo están haciendo con bastante éxito. Nadie más feliz que don Leo Membreño, el abuelito, la abuelita y el padre de Leito, Rafael. Aunque reconocen que faltan más operaciones que le permitirán un mejor desarrollo al dulce, precioso y pequeño Leito.
Don Leo, el abuelito, nos expresa que su nieto tiene un buen apetito, come de todo y que la última operación le mejoró sus capacidades motoras. Tiene la fe y confianza de que el pequeño Leo mejore aún más sus capacidades motoras, porque en lo que a su capacidad intelectual: es óptima.