Monitoreo Internacional
SANTIAGO TUXTLA, Ver., octubre 11 (EL UNIVERSAL).
Con una vestimenta de 200 mil pesos y la contratación del estilista de las estrellas, Alfonso Waithsman, para lucir impecable en la celebración del patrono Santiago Apóstol, la presidenta municipal panista Claudia Acompa se ganó el sobrenombre de LadyGucci, pero también ha sido criticada por sus actos de pareja —con su esposo el ex alcalde Raúl Sosa— sus excesos en el poder y sus pleitos privados que alcanzaron lo público.
La ropa de marca Gucci que utilizó la funcionaria —con un salario de 50 mil pesos al mes— en el inicio de las festividades en julio pasado sólo fue la cereza del pastel, lo que provocó que la sociedad, a través de redes sociales, demostrara su hartazgo contra la alcaldesa de Santiago Tuxtla, cuya afición es aparecer en portadas de revistas como una socialité y ausentarse por largos periodos de su función gubernamental.
Los lugareños viven entre el asombro y el escándalo de quienes los gobiernan desde principios de 2010, cuando Claudia Acompa y su esposo Raúl Sosa González decidieron construir un proyecto político de largo alcance para dominar una de las más importantes regiones selváticas de Latinoamérica.
A las confrontaciones amorosas y políticas, ocurridas en la sede del ayuntamiento y el kiosko de la localidad, se han sumado una serie de irregularidades detectadas en auditorías del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis).
En un municipio con un presupuesto de 46 millones de pesos anuales, tan sólo en el primer año de gobierno de #LadyGucci (2014), los auditores encontraron subejercicio, cuentas por pagar e irregularidades en el cobro y depósito del Impuesto Sobre la Renta retenido a empleados, así como recursos que no fueron entregados al Instituto de Pensiones del Estado.
Los documentos oficiales de la Cuenta Pública de 2014, cuyo copa se encuentra en poder de EL UNIVERSAL, revelan que cobró el Impuesto Sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal, pero no lo depositó en las arcas estatales.
La contadora pública egresada de la Universidad del Valle del México (UVM) y originaria de la Ciudad de México, antes de ser presidenta municipal no había desempeñado un cargo público de elección popular, aunque siempre apoyaba a su pareja en la dirección de sus ranchos ganaderos y en su carrera política.
“Tal vez no sea de aquí, pero quiero hacer cosas grandes por este municipio y no me han dejado”, se ha quejado la mujer que gobierna a distancia a un municipio con más de 80 dispersas localidades, en su mayoría con vocación agropecuaria y turística.
Entre lo social y lo íntimo
En la imagen se encuentra sentada en un banco de madera; su vestimenta va entre lo ejecutivo y lo retro. El pantalón y saco, piezas de alta costura, son consideradas por especialistas como masculinas pero fashion.
Claudia Acompa, la mujer tras el poder fue el titular principal. Su postura y la mirada que dirigía a la cámara la hacen ver como una mujer poderosa y cuidadosa en su aspecto y en su vida personal.
En una segunda portada de su revista favorita Claudia apareció con un vestido corto, romántico y juvenil. Ella observa a la nada y debajo de su imagen impecable se lee Vive con Estilo. La realidad era distinta.
La plaza pública del pueblo ha sido testigo de las incontrolables rabietas de la alcaldesa y de su consorte, quienes han mandado a sus huestes a la toma de instalaciones del ayuntamiento y al despido de personal.
En el kiosko, el ex alcalde Raúl Sosa González sorprendió a los habitantes de este municipio al anunciar que se deslindaba de la presidenta municipal: “A partir de hoy me deslindo personal y políticamente de Claudia Acompa Islas”. Tras esta aclaración, demandó su renuncia.
Era el mismo hombre que durante su gestión como alcalde entre 2010 y 2013 designó a su esposa como presidenta del DIF-Municipal y desde entonces la proyectó como su sucesora, para lo cual integró un equipo de operadores políticos que trabajaban de tiempo completo en el plan.
Fue a mediados de 2014 cuando Raúl Sosa reconoció haber cometido un error al proponer a su cónyuge como candidata del PAN a la alcaldía de Santiago Tuxtla, incluso en contra de las bases panistas, aunque eso sí, aclaró, “con el respaldo de la dirigencia estatal”.
Desde el triunfo de Acompa, su pareja impuso a la gran mayoría de los funcionarios municipales: todos integrantes de su grupo político o aliados coyunturales, entre ellos Marcos Flores Aguilar, a quien le crearon la Secretaría Técnica del Ayuntamiento.