Política
Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
La doctora Miriam Arguello, se mostró muy turbada, bastante golpeada, por el fallecimiento de su colega, de su maestro, de su consejero, el doctor Rodolfo Sandino Arguello. La doctora Arguello, hablando, frente a la caja mortuoria, dirigiéndose a su amigo, el doctor Sandino Arguello, dijo: “No podía dejar de venir a darte este Adiós”.
“Quiero decirte, y recordar todo aquello que nosotros conversamos. Cuando tenía oportunidad, llegaba a tu casa. Hablábamos de cosas legales y hablábamos de cosas políticas. Tu modo de ser: siempre moderado, calmo. Mi modo de ser: fogosa, pero siempre conversábamos y nos poníamos de acuerdo”, reveló.
También le dijo al difunto: “en muchas ocasiones anduvimos por diferentes caminos, pero siempre dentro de los mismos pasos y dentro de nuestras mismas raíces. Recuerdo, cuando en mi examen de graduación en la UCA (Universidad Centroamericana), como abogado; bastante tarde sí, por circunstancias. La pregunta que me hiciste en ese momento: háblame de Edmund Burke, fundador del Partido Conservador, o del conservatismo. Por supuesto, me lucí. Me dio la oportunidad de sacar un 10 en ese momento”.
El por qué, lo explica la doctora Arguello: “Porque internamente sentíamos lo mismo. Venimos de las mismas raíces, somos lo mismo. Nuestro lema de cambiar conservando, lo hemos manejado siempre. El en su modo de ser, yo en mi modo de ser”.
Agrega: “Hoy, aquí, a la entrada, en este cementerio, que es la morada final, donde reposan nuestros antepasados, quiero decirte Rodolfito, que aquí estoy. Pronto, me tocará a mí. Pero si puedes hablar con nuestros antepasados, diles por favor ¿qué piensan de esta Nicaragua?, ¿qué piensan de nuestra Nicaragua de hoy?”.
Fue como una petición de la ilustre abogada y diputada de la Asamblea Nacional, vieja militante y cuadro del Partido Conservador. Le dice a su maestro: “Me gustaría que me reservaras eso. Cando yo viniera, que no será muy tarde, entonces me lo contas”.
“Vamos a platicar, vamos a quedar los dos, en el mismo lugar donde están todos ellos, reposando. Por lo tanto, Rodolfito, te quiero decir: esta persona, que te ha tenido tanto cariño, como pariente, como amigo, como catedrático, como profesor que fuiste, mío, en la UCA, te viene a decir este Adiós, que muy pronto va a ser: el aquí estoy, hablemos. Tal vez nos podemos sentar a conversar, aquí adentro y me vas a contar qué te dijeron nuestros antepasados…”.
Antepasados que podrían revelar “qué piensan, que creen, cómo va esta situación ¿les parece nuestra Nicaragua? O no les parece nuestra Nicaragua. Hasta la vista, Rodolfito, pronto nos encontraremos. ¿Cuándo? Cuando Dios, nuestro Señor lo quiera, pero aquí, vamos a reposar los dos. Adiós, hasta pronto”, concluyó la doctora Arguello.
La distinguida e ilustre abogada conservadora, bajó las escaleras con apoyo de los amigos, logró asirse del pasamano de las gradas de la Capilla de Ánimas y desde media docena de gradas abajo, dirigió sus palabras, muy reflexivas, profundamente espirituales, religiosas y después se acomodó en un carrito, siempre con ayuda de amigos granadinos.