Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
Una pareja de jóvenes alemanes viaja por Centroamérica y México, cargando con un sillón rojo, el que cuentan una interesante historia vinculada al género humano, al sentimiento de algunas personas por los objetos inanimados, que llevan en ellos toda una labor de seres humanos.
La pareja la integran Julia y Esteban, los que hablan del sillón para llevar un mensaje en el que dicen que “todos somos de una manera diferentes pero iguales”. Han recorrido hasta ahora: Panamá, Costa Rica y Nicaragua, con la idea de llegar hasta Cancún, México, para regresar a su Alemania.
En su viaje toman buses ordinarios o buses tipo TRANSNICA, o camionetas. Siempre le buscan un lugar al sillón. Muchas veces lo llevan en las canasteras de los buses ordinarios. En Nicaragua han estado en Isla de Ometepe y en dos islas en Panamá.
Han tomado fotos, muchas fotos, de las que seleccionarán unas 10 para montar una exposición en Alemania. Julia fue la que encontró el sillón en un basurero, lo recogió porque le dio pena verlo ahí, tirado en la basura, pensando que podía aún ser de utilidad y finalmente descubrieron en él un mensaje para la humanidad.