Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño

Todos dormían tranquilos, pero ese derrumbe, sumado al trueno, a media noche del domingo 29 de agosto 2010, los levantó por los aires. Al asomarse en la parte norte de la casa, la pared, en buena parte, se había desprendido, debido a la humedad.
El enemigo número uno de las paredes de adobe y taquezalt es la humedad, por eso se debe dar buen mantenimiento a los techos de las viejas casonas coloniales granadinas. Hasta ahora, ningún organismo ni institución oficial o No Gubernamental da atención a las viejas casonas granadinas.

La arquitecta Damaris Ramírez, de la Oficina del Centro Histórico, inspeccionó el lugar, el lunes 30 de agosto 2010. Dijo que recomendarán al dueño del inmueble en construcción del vecino, Gerardo Gómez Lacayo, que haga un canal para mermar la caída en pendiente de la pared.
Tal defecto, hace que “todas las lluvias se estén yendo a la pared” de los Vado, según la arquitecta Ramírez. Recomienda, además cubrir de plástico la parte del murete y que limpien el moho de la pared compartida, en el lado de Gómez Lacayo.

Auxiliadora cree que Gómez Lacayo debe asumir responsabilidad en el asunto. Pero Gómez dice que las paredes de su casa, fueron construidas por su padre, hace 40 años y “en ningún momento le ha caído una pared de mi construcción…”.
Gerardo cree que el problema de los Vado son las goteras que caen en el caballete del lado de los Vado.