Anchorage, Alaska
Por: Juan M. Roblero
¿Quién como vos?
Si no que vos.
Bajaste directo desde la potestad
A un vientre santo,
Creciste en santidad,
Fuiste venciendo a cada paso las tentaciones
Que pone el mal, a pesar que te “mataron”
Brillando por todos lados tu doctrina va.
¡OH Jesús!
¿Quién podría arrebatarte ese poder?
Hiciste derroche de misericordia por los senderos
que tus pies andaban
Y tus milagros siguen curando gente que tiene fe.
¡OH Jesús!
¿Quién podría ser como vos?
Si no que vos.
Le diste al paralítico la libertad de caminar;
Al ciego, la increíble visión del mundo, Y, al necio
Sabiduría en su hablar
Con sòlo pensarte la duda se desvanece.
Continúa delante de mí y así mi camino seguirá iluminado.
Mis pasos son seguros ya que caminan sobre tus huellas.
¡OH Jesús!
¿Quién como vos? Si no que vos.
Quieren suplantarte como siempre lo han querido.
Pero tu obra perdura cada día todos los días,
Y tu doctrina cala espontánea los corazones.
¡OH Jesús!
¿Quién como vos? Si no que vos.
Y aún en el pecado me abasteces.