Departamentales
Granada, Nicaragua
Por Augusto Cermeño
Más de 80 estudiantes de secundaria, del Colegio Guadalupe, escucharon con mucha atención la conferencia del profesor Uriel Castillo Gómez, sobre la Independencia de Centroamérica y la Guerra Nacional, en la que se luchó por expulsar de Nicaragua al filibustero William Walker.
Entre otras cosas, el profesor Castillo habló de la efímera adhesión de Centroamérica al estado monárquico de Agustín de Iturbide, dotado de un poderoso ejército. “Un estado monárquico que procura conservar sus fueros y sus privilegios”.
Castillo habló, entre otras cosas, de la proclamación de la República mexicana y de la posterior “pugna de los poderosos, que dieron paso a las guerras civiles en Centroamérica”. Introdujo a los estudiantes a las actividades de Cleto Ordóñez, con el grito de ¡abajo los dones!
La traumática pérdida de Guanacaste y Nicoya, por parte de Nicaragua, fue otro de los subtemas abordados por el profesor de historia. “Ellos, los de Nicoya y Guanacaste, solicitaron pertenecer a Costa Rica, momentáneamente, mientras las se arreglan las cosas”.
En esos tiempos, “los ticos miraban hacia Río San Juan y el Lago de Nicaragua y querían para ellos una parte de eso”. También se refirió a las pugna por el poder político de Juan Arguello y Manuel Antonio de la Cerda, “las guerras que sembraban destrucción en campos y ciudades, impidiendo el desarrollo económico social del país”.
Morazán Presidente del Estado Confederado de Centroamérica
La actividad unionista centroamericana de Francisco Morazán, quien llegara a ser presidente del Estado Confederado de Centroamérica, también se abordó y del indio Rafael Herrera, caracterizado por ser buen tirador y a quien se da el crédito de sacar a Morazán de la presidencia de los estados centroamericanos.
Castillo dijo que la Unión Centroamericana es dividida en 1838, con el impulso dado por Estados Unidos e Inglaterra. “Ingleses y norteamericanos estaban procurando toda esta división centroamericana”, concluye Castillo.
Dio algunos datos de los negocios de norteamericanos como Cornelius Vanderbilt, quien abrió la famosa Ruta de Tránsito por el río San Juan. Calificó de leoninos los actos de los empresarios como Vanderbilt.
Managua: capital de Nicaragua
El profesor Castillo indicó que los problemas políticos, las pugnas de leoneses y granadinos, de liberales y conservadores, dando lugar a que el señor Laureano Pineda pasara la capital de Nicaragua a Managua, un caserío al lado del Lago Xolotlán, de modo que se terminara con el asunto pero no fue así.
Habló del proceso político en el que el general Frutos Chamorro Pérez llega a ser elegido, en 1853, Director de Estado, o Primer Magistrado de la Nación, por un período de dos años.
“Fruto Chamorro acusó de un complot a los liberales, los que acusaron a don Fruto de estar “imponiendo su voluntad”, agregó.
Sitio a Granada y la calle de las Barricadas
El conferencista explicó a los estudiantes, algo del capítulo de la guerra nacional en la que los conservadores organizan la defensa de la ciudad, luego de que los leoneses, con el general Máximo Jerez al frente, entran a la ciudad y se arma un gran enfrentamiento entre “Timbucos” y “Calandracas”.
En este enfrentamiento los granadinos levantan barricadas para frenar avance de los liberales que estaban sobre Xalteva. Las barricadas se construyeron en lo que hoy se da en llamar “Calle de Las Barricadas”, que va de la calle El Hormiguero hacia el sur, hasta llegar a la calle “La Hoyada”.
Una vez que “se levanta el sitio de Granada, el general Máximo Jerez firma un contrato con Byron Cole, para luchar contra los legitimistas. Cole prometía un cañón con 200 balas, armas y pago para los soldados. El contrato es entregado a William Walker, al que Castillo caracteriza como un pistolero, esclavista, filibustero y hasta periodista.
Walker había leído libros de Ephraim George Squier, quien daba información bastante detallada de Nicaragua, sus recursos, su gente y sus costumbres. Esto sonó como “música” para el aventurero norteamericano.
La gesta de Enmanuel Mongalo y Rubio
Otro elemento que arroja valores y principios patrióticos, manejados de manera constructiva y educativa para los estudiantes, es la gesta del profesor Enmanuel Mongalo y Rubio en la incursión de filibusteros en Rivas.
En este sentido, el profesor Uriel Castillo Gómez habló de la incursión de William Walker, en Rivas, atrincherándose en el mesón de esa ciudad. Las fuerzas patrióticas toman como voluntario al profesor Mongalo y Rubio para lanzar la tea libertaria, que haría salir corriendo a los aventureros yanquis.
El 29 de junio de 1855, realiza la acción de incendiar el mesón de Rivas. El general Trinidad Muñoz, consciente del error de traer a Walker, de meter a Nicaragua la ocupación extranjera, dio avisos a los legitimistas de la incursión de filibusteros en Rivas, por lo que Walker, al llegar a León, acusó al general Muñoz de traición.
El profesor Castillo Gómez, consideró que esta situación de desgastante guerra civil de Nicaragua, se pudo evitar, ya que “con la muerte de Frutos Chamorro pudo terminarse pero no hicieron eso”.
Fusilamiento de Corral
Los filibusteros de Walker toman por sorpresa a los granadinos y es el momento en que Walker se declara “presidente” de Nicaragua y nombra como ministro de guerra a uno de los principales defensores de la ciudad de Granada, Ponciano Corral.
Corral redacta una carta denuncia sobre las actividades abusivas del invasor extranjero, la que es interceptada por Walker. Relata el profesor Castillo que Walker acusa de sedición y traición a Corral, buscando siempre cómo maniobrar para apoderarse del país.
Esta situación lleva al involucramiento de los ejércitos de Costa Rica y Guatemala. En 1856, Patricio Rivas reconoce el error de los leoneses, de traer a un invasor, a un filibustero, que vino en plan de conquista y de anexar Nicaragua a los planes esclavistas del Sur de los Estados Unidos.
El cura filibustero
El profesor Uriel Castillo Gómez, hizo alusión al comportamiento del sacerdote Agustín Vijil, quien llamaba a Walker “salvador de Nicaragua”. Walker lo nombro representante de Nicaragua en los Estados Unidos, lo que le hizo ganarse el tristemente célebre apodo de “El cura filibustero”.
La lucha contra Walker y sus piratas, une a los ejércitos de Centroamérica, llegando a juntarse una fuerza que propina una fuerte derrota al filibustero, que tiene como principal escenario la Hacienda de San Jacinto, donde se da la acción heroica de Andrés Castro, quien derribó a un invasor de una certera pedrada.
Byron Cole fue capturado por fuerzas patrióticas al mando del general José María Estrada, quien ordenó un juicio sumario y le condeno a ser ahorcado en el camino de Tipitapa a Malacatoya.
En estas circunstancias, la desesperación lleva a Walker a ordenar el incendio de Granada, a cargo de Henningsen, quien lleva a cabo esta misión devastadora y cruel, dejando a Granada reducida a unas cuantas casas que quedaron en pie. Henningsen dejó plantado un rotulo que decía: “Aquí fue Granada”.
Walker se rinde ante un oficial naval norteamericano y es llevado a Nueva Orleans, “como gran conquistador”, revela Castillo. Los estados del sur de Estados Unidos, que eran esclavistas, dieron gran cobertura y divulgación a las acciones de Walker, quien prepara una nueva incursión, buscando como ingresar por Honduras.
Finalmente, Walker termina fusilado el 12 de septiembre de 1860, en Trujillo, Honduras.