Granada, Nicaragua
Sábado, 19 enero 2013
Augusto Cermeño
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LA VERDAD (www.laverdadnica.com) no hacemos más que entonar los himnos, los cantos y la poesía que brota de nuestra hermosa tierra, inspirados en su bondad, en la sangre india americana que se ha derramado sobre ella, en el amor, la pasión, la esperanza y el pensamiento humano que nos permite transmitir de generación en generación, todo lo bueno que ha producido nuestra Nicaragua, como lo es nuestro Rubén.
Rubén Darío Nació un 18 de enero de 1867 en una época en la que nuestra Nicaragua transitaba de la violenta Guerra Nacional al periodo de los 30 años de Gobierno conservadores, cuando la idea de República era un tanto vaga, pero se daban los primeros pasos que permitieron el ingreso al país del ferrocarril y se fue tomando en serio el tema de la educación pública, a un pueblo que vestía cotonas blancas de manta, pantalones blancos de manta, pies descalzos o cuando más el par de caites.
Nuestro Rubén, en su época, cuando la gran novedad del transporte era al ferrocarril, en tierra y el vapor, por agua, realizó largos viajes a Europa, Sudamérica y Estados Unidos, en calidad de diplomático. Permaneció largas temporadas en Buenos Aires, Paris y Palma de Mallorca.
Comisión Cultural Dariana promovida por el Gabinete del Poder Ciudadano conmemoró y divulgó vida y obra de Darío
Queremos reconocer la magna labor que esta realizando el gobierno al formar una Comisión Cultural Dariana, que esta divulgando y propagando los valores propios de un poeta como Rubén Darío. Han Publicado una biografía de Rubén Darío, accesible a los sectores populares.
En esta biografía se pueden identificar a grandes rasgos, los esfuerzos del poeta por desarrollar su cultura general y el estudio de las nuevas corrientes europeas. Sus viajes a Europa, Estados Unidos y Sudamérica, le permitió consolidar su cultura literaria, sobre todo en Santiago de Chile. Rubén fue un autodidacta, en todo el sentido de la palabra. Su cultura y sus conocimientos, los adquirió estudiando solo y logró emerger en sociedades exigentes, donde la intelectualidad estaba my desarrollada.
Faceta social y política de Darío
Darío tuvo también una faceta de poeta social y cívico. Compuso poemas para exaltar héroes y hechos nacionales, así como para criticar y denunciar los males sociales y políticos. En "El Canto Errante" y "A Roosevelt", hay una exposición del descubrimiento y conquista de América y una crítica al materialismo de los anglosajones.
Crítica a Theodore Roosevelt, Presidente de Estados Unidos entre 1901 y 1909

Eres los Estados Unidos,
eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.
eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.
Ese mismo año de 1905, el hijo habido con Francisca Sánchez, "Phocás el campesino", falleció víctima de una bronconeumonía.
En 1906 participó, como secretario de la delegación nicaragüense, en la Tercera Conferencia Panamericana que tuvo lugar en Río de Janeiro. Con este motivo escribió su poema "Salutación del águila", que ofrece una visión de Estados Unidos muy diferente de la de sus poemas anteriores:
Bien vengas, mágica águila de alas enormes y fuertes
a extender sobre el Sur tu gran sombra continental,
a traer en tus garras, anilladas de rojos brillantes,
una palma de gloria, del color de la inmensa esperanza,
y en tu pico la oliva de una vasta y fecunda paz.
a extender sobre el Sur tu gran sombra continental,
a traer en tus garras, anilladas de rojos brillantes,
una palma de gloria, del color de la inmensa esperanza,
y en tu pico la oliva de una vasta y fecunda paz.
Este poema fue muy criticado por algunos autores que no entendieron el súbito cambio de opinión de Rubén con respecto a la influencia de Estados Unidos en Latinoamérica. En Río de Janeiro, el poeta protagonizó un oscuro romance con una aristócrata, tal vez la hija del embajador ruso en Brasil. Parece ser que por entonces concibió la idea de divorciarse de Rosario Murillo, de quien llevaba años separados. De regreso a Europa, hizo una breve escala en Buenos Aires. En París se reunió con Francisca Sánchez, y juntos fueron a pasar el invierno de 1907 a Mallorca, isla en la que frecuentó la compañía del después poeta futurista Gabriel Alomar y del pintor Santiago Rusiñol. Inició una novela, La Isla de Oro, que no llegó a terminar, aunque algunos de sus capítulos aparecieron por entregas en La Nación. Por aquella época, Francisca dio a luz a una niña que falleció al nacer.
Interrumpió su tranquilidad la llegada a París de su esposa, Rosario Murillo, que se negaba a aceptar el divorcio a menos que se le garantizase una compensación económica que el poeta juzgó desproporcionada. En marzo de 1907, cuando iba a partir para París, Darío, cuyo alcoholismo estaba ya muy avanzado, cayó gravemente enfermo. Cuando se recuperó, regresó a París, pero no pudo llegar a un acuerdo con su esposa, por lo que decidió regresar a Nicaragua para presentar su caso ante los tribunales. A fines de año nació el cuarto hijo del poeta y Francisca, Rubén Darío Sánchez, apodado por su padre "Güicho", y el único hijo superviviente de la pareja.
Porfirio Díaz, dictador mexicano que se negó a recibir al escritor
En 1910, viajó a México como miembro de una delegación nicaragüense para conmemorar el centenario de la independencia del país azteca. Sin embargo, el gobierno nicaragüense cambió mientras se encontraba de viaje, y el dictador mexicano Porfirio Díaz se negó a recibir al escritor. Sin embargo, Darío fue recibido triunfalmente por el pueblo mexicano, que se manifestó a favor del poeta y en contra de su gobierno.19 En su autobiografía, Darío relaciona estas protestas con la Revolución mexicana, entonces a punto de producirse:
Por la primera vez, después de treinta y tres años de dominio absoluto, se apedreó la casa del viejo Cesáreo que había imperado. Y allí se vio, se puede decir, el primer relámpago de la revolución que trajera el destronamiento.
Ante el desaire del gobierno mexicano, Darío zarpó hacia La Habana, donde, bajo los efectos del alcohol, intentó suicidarse. En noviembre de 1910 regresó de nuevo a París, donde continuó siendo corresponsal del diario La Nación y desempeñó un trabajo para el Ministerio de Instrucción Pública mexicano que tal vez le había sido ofrecido a modo de compensación por la humillación sufrida.
En 1896, durante su estancia en Buenos Aires, publicó una colección de artículos llamada "Los raros", dedicada a personajes literarios como José Martí, Ibsen y Poe, a quienes consideraba próximos en la renovación literaria que llevaba a cabo.