Obituarios
Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
El multimillonario Alfredo Pellas Chamorro, de 97 años, fue despedido por los granadinos el domingo 4 de octubre (2015), luego de misa de cuerpo presente en la Iglesia de La Merced, de esta ciudad. El entierro no dejo de llamar un poco la atención del granadino que vio pasar por su calles, calle, real, y la calle del Cementerio a un hombre que lo tenía todo, que toco lo que tocaba lo convertía en oro, pero ante Dios, todo somos iguales y una día él nos llamara a rendirles cuenta, a todos.
Durante la misa concelebrada por el Obispo de Granada, Monseñor Jorge Solórzano Pérez y un grupo de sacerdote de la diócesis de Granada, algunos de los hijos del don Alfredo Pellas, dejaron escuchar sus opiniones sobre lo ejemplar, lo genial, el buen padre, el buen esposo y algunas anécdotas de su padre.
Estaban presentes, entre otros, doña Nena Chamorro Viuda de Pellas, sus hijos: Carlos, Silvio, Alfredo y Lucía. Esmeraldita, nueras, nietos y bisnietos, amigos, empresarios y pueblo granadino. La iglesia estaba totalmente llena.
Alfredo Pellas, hijo, dio un agradecimiento a todos “por el cariño que tuvieron por mi padre, por toda nuestra familia”. Dio las gracias a monseñor Solórzano Pérez, y gracia a las monjitas de Calcuta, “por acompañarlos a mi padre con cantos”.
Para Alfredo, lo de su padre “fue una bella muerte, en paz, con fe, con amor, con alegría, con esperanza. Todos fuimos a despedirnos, cada uno de esas parejas a decir adios, a decirle que dios los esperaba y que no tuviera miedo, porque Dios los estaba esperando”.
“Fuimos a pedirle perdón, por las cosas que dijimos, por las cosas que no hicimos bien, fuimos a agradecer por todas las cosas que hizo por nosotros. Después de muerto nos reunimos los miembros de la familia, con hermanos, para escribir sobre la personalidad de mi papa”, indicó Alfredo.
“Mi papa era una persona llena de arrojo, contra sentía en todos los aspectos de la vida: amaba el trabajo, la familia, a su esposa, a Dios y a la Virgen María. Era apasionado por su trabajo, fue a la oficina hasta los 97 y años. Verdaderamente pendiente de los negocios, y aún más, preocupado, de las personas que trabajaban con él”, agrego.
Consideró a su padre como “un visionario, emprendedor, con una gran actividad social. Mi papa nos mostró que nuestras empresas deben estar inspiradas por las “V”: Valores cristianos con un gran sentido de compromiso social. Siempre con fe y amor por este país, al que siempre amamos. Trabajo con fe, todos los días para hacer crecer y desarrollar el ingenio San Antonio, la Flor de Caña, el Banco de América y Casa Pellas”.
Difícil entender como pudo abarcar tanto negocios, de distintas industria y con éxito
Alfredo se preguntó como su padre “pudo abarcar tanto negocios, de distintas industrias. Creo que su carácter de orientación, al profundizar en los detalles y delegar en buenas personas, fueron coadyuvantes…”. Consideró a su papa: “justo transparente y amigo”.
Dijo que “le gustaba mucho escuchar las ideas de los demás, respetaban las presentaciones de todos los ejecutivos. Siempre la fe con una enorme capacidad para enfocarse. Decía cosas profundas, estratégicas, llenas de sabiduría. Era alguien al que le gustaba escuchar…”.
Dijo que su papa “siempre mantuvo buen porte y presentación. No era miedoso, se arriesgaba a la vida y no tenía miedo de tomar decisiones…”. Dio las gracias a su padre por “todo el apoyo para American Nicaragua Fundación”.
Indico que “el mayor legado que su papa deja en esta tierra: es su familia, cuatro hijos, 20 nietos y cinco bisnietos. Caca vez que uno de nosotros los visitaba, se prepara para recibirnos. Ponía música, se vestía con su mejor atuendo y sacaba unas bocas y unos tragas…”.
Dijo que su papa quería a sus hermanas con todo su corazón, a Rosita y Adelita. Iba a al cine “todo los días. Quiso muchísimos a sus cuñados…. Con los que disfrutaba y pasar el tiempo. Era bien cariñoso con sus suegros, se portó con ellos como un verdadero caballero”.
Dijo que hablar de su mama y de su papa, “son una misma cosa”. Indico que no tenía palabra para indicar todo el amor de su papa por su mama (doña Nena). Cuando su mama salía fuere del país y él no podía salir por su enfermedad: él llegaba alegremente a recibirla al aeropuerto.
Alfredo considera que “era ella, lo que más amaba, y quería, en este mundo, hacerla feliz continuamente. Siempre estaba preguntando por ella y siempre estaba pendiente donde estaba”.
“Mi mama lo flechó, desde el primer día, que la vio montada en un caballo. Mi mama no le fallaba a mi papa en todo momento, en su enfermedad, en su tristeza y alegrías. En las ultimas radiaciones de cáncer, que tuvo mi papa, treinta y cinco radiaciones, mi mama no falto, siempre estuvo con él, cada momento…”.
Dijo que las últimas dos décadas de su vida, “tuvo una gran conversión, muy fuertes, iba a misa con mucha frecuencia y al estar en misa se arrodillaba, aun con los dolores. Nuca lo oí quejarse…”. Era muy dedicado a sus creencias católicas. Dijo no tener dudas de que está descansando en paz, en el cielo.
Se fue en carro fúnebre de Bustamante
Don Alfredo Pellas, fue acompañado por su familia, su esposa, doña Nena Viuda de Pellas, sus hijos, sus 20 nietos y bisnietos. El sistema de transporte que utilizo don Alfredo, llegar a su morada eterna, en cementerio de Granada, fue un carruaje fúnebre más antigua de granada, el de don Chilo Bustamante.
Todos los vieron partir, nadie lo siguió a pie, ya que la gran mayoría de los asistentes iban en grandes automotores, lujosas naves, en las que siguieron a don Alfredo Pellas hasta su última morada. Los vehículos, esos sí, iban con al ritmo de la carroza Fúnebre de Bustamante. No iban, como comúnmente se dice: como entierro de rico, que se da, en este caso, cuando la carroza es un sofisticado vehículo que generalmente va rápido y el resto de vehículos los sigue rápidamente.
