Granada, Nicaragua
Sábado 13 Julio 2013
Ulises Chávez

Víctor se desempeñó también como bombero voluntario en Granada, fue miembro por muchos años de la Cofradía de Jesús Nazareno de la Santa iglesia de Catedral y aunque vivía en Granada, todos los años se trasladaba con sus hijos al municipio de Nandaime para danzarle a la virgen de Santa Ana de quien fue muy devoto.
Este ilustre personaje granadino, sobre todo de los diablitos nandaimeños, provocó mucha tristeza en su familia, su barrio y en todos los círculos sociales por donde se le conoció con su forma humorística con la que se refería al compartir con sus amigos vivencias de infancias o de su vida religiosa, hasta personal.
En el coche fúnebre en el que viajaba el cuerpo sin vida de Víctor se visualizaba un ambiente de tristeza, sin embargo, a su alrededor la música de los chicheros (filarmónicos) interpretaban las principales melodías de la danza de los diablitos y de la cuaresmas, cuando Víctor en vida cargaba en hombro la imagen de Jesús Nazareno, como una muestra de fe hacia el creador.
Las pañoletas de colores rodeaban el coche fúnebre que agitaban los diablitos entristecidos por la pérdida física de uno de sus integrantes, lo que hacía ver una muestra de respeto y amor por su diablo mayor, folklore granadino que heredó sus hijos.
Los diablitos les bailaron por última vez durante el recorrido hacia la iglesia San José Obrero donde se ofició la misa de cuerpo presente a las tres de la tarde, además le hicieron guardia de honor en el entorno del féretro del Diablo Mayor, y luego lo acompañaron hacia el cementerio de Granada, donde también se contó con la presencia de una unidad del cuerpo de bombero, la cual mantuvo encendida su sirena para hacer ver que en ese coche iba uno de los suyos.