Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
El día de la Independencia de Los Estados Unidos fue celebrado por estudiantes norteamericanos con un encuentro deportivo amistoso con estudiantes granadinos de varios centros educativos de secundaria.
Se incluyó en el encuentro niños de primaria que compitieron en nivel infantil varios juegos de vólibol sala. Los estudiantes norteamericanos compitieron en juego amistoso de vólibol sala con los centros escolares Diocesano, Lorenzo Guerrero, María Auxiliadora y Teresiano.
El profesor Francisco Mejía Medrano, del Ministerio de Educación, informó que la actividad la coordinaron con el norteamericano Tom Coughlin, responsable de los muchachos estadounidenses.
Jóvenes norteamericanos en intercambio con jóvenes nicas granadinos
Los estudiantes norteamericanos realizaron un intercambio con estudiantes nicas en la Plaza de la Independencia, según nos informó Tom Coughlin, del grupo de jóvenes estadounidenses, que la tarde del lunes 4 de julio 2011, participaron en juego amistoso de Bolibol Sala con varios centros de estudio granadinos.
Para Tom “los jóvenes de allá y de aquí, todos son iguales, tienen los mismos intereses, cosas en común, como para obviar las fronteras”. Consideró, que de esa forma celebran también el 4 de Julio que es el día de la Independencia de Los Estados Unidos.
“Queremos compartir con ustedes, la más grande fiesta de nosotros”, subrayó Tom. Se refirió a la gran cantidad de nicaragüenses que viven en Estados Unidos y muchos con ciudadanía norteamericana.
Breve síntesis histórica de la Independencia de los Estados Unidos de América
La Verdad les entrega una breve síntesis de las circunstancias y hechos que llevaron al pueblo norteamericano a independizarse de la corona inglesa., en el afán de difundir la historia de los pueblos del mundo, sobre todo de los Estados Unidos de América, poderosa nación vecina del norte, que un 4 de Julio de 1776 decidió sacudirse el yugo colonial del imperio británico.
Los británicos habían mantenido tradicionalmente buenas relaciones con las Trece Colonias que habían formado en la costa atlántica de América del Norte. Unas fueron fundadas directamente por la Corona o explotadas por empresas que comerciaban con productos tropicales; otras nacieron tras el establecimiento de colonos exiliados de la metrópoli por motivos políticos o religiosos. Todas gozaban de un grado aceptable de libertad; regidas por gobernadores de la metrópoli, pero con asambleas o parlamentos que les aseguraban su autonomía.
Pero en 1765, el gobierno británico de Jorge III aumentó los impuestos, estableciendo primero un impuesto del timbre, sello que tenían que llevar los documentos jurídicos y que fue suprimido; y después un impuesto sobre el té, que acabaría desencadenando la revolución. Ambos impuestos habían sido promulgados sin consultar a las colonias y Gran Bretaña trató de mantenerlos haciendo uso de la fuerza. En el puerto de Boston, un buque cargado de té fue saqueado por colonos disfrazados de pieles rojas. Los colonos, considerando que ambos impuestos eran abusivos, se reunieron en el Congreso de Filadelfia y, tras proclamar la Declaración de derechos (1774), se declararon independientes (1776). Habían nacido los Estados Unidos de América.
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, leída solemnemente en Filadelfia, constituye todavía hoy uno de los textos más innovadores y trascendentes de la historia contemporánea. En él quedaron proclamados dos principios básicos que recogieron posteriormente los grandes textos sobre derechos fundamentales: «libertad e igualdad».
De acuerdo con ello, los nuevos estados formaron una república, regida por un presidente y una asamblea o congreso, elegido ambos por todos los habitantes mayores de edad. Se había instituido, pues, un régimen democrático, fijándose los derechos y deberes de gobernantes y gobernados en una ley fundamental o Constitución.
El destino de la nueva nación se libró en una guerra con Gran Bretaña que fue difícil para los estadounidenses durante los tres primeros años. Después, con la ayuda de franceses y españoles y conducidos por George Washington, lograron derrotar a su antigua metrópoli en Saratoga (1777) y Yorktown (1781). Dos años después se firmaba la Paz de Versalles por la que Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos.
Nosotros los representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en Congreso general, acudimos al juez supremo del mundo para hacerle testigo de la rectitud de nuestras intenciones.
En el nombre y con el poder pleno del buen pueblo de estas colonias damos a conocer solemnemente y declaramos que estas colonias unidas son y por derecho han de ser Estados libres e independientes; que están exentas de todo deber de súbditos para con la Corona británica y que queda completamente rota toda conexión política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña, y que, como Estados libres e independientes, poseen pleno poder para hacer la guerra, concertar la paz, anudar relaciones comerciales y todos los demás actos y cosas que los Estados independientes pueden hacer por derecho. Y para robustecimiento de esta declaración, confiados a la protección de la Providencia divina, empeñamos unos a otros nuestra vida, nuestra fortuna y nuestro sagrado honor.
Tomás Jefferson, Benjamín Franklin, John Adams.