Por: Carlos Emilio López Hurtado
Activista de Derechos Humanos
Porque la Mujer es principio y fin; de ella venimos de nuestra madre y a ella regresamos a la madre tierra.
En este día me sumo a las miles de voces femeninas y a algunas voces masculinas, esperando que en el futuro ambos géneros demandemos por igual, un efectivo respeto de los derechos, garantías y libertades de las mujeres de todas las edades, pueblos y grupos sociales, económicos, culturales, étnicos y religiosos.
Las mujeres en Nicaragua y en el mundo son artífices, hacedoras, constructoras, ideólogas, promotoras, administradoras, gestoras del desarrollo económico, social, moral, cultural y espiritual de la familia, comunidad, municipio, región y el país; a pesar de ello aunque hay avances importantes en el reconocimiento de la titularidad de sus derechos, aún hay mucho camino que recorrer para que ellas vivan plenamente en dignidad, justicia, libertad y humanidad, por ello tenemos que:
-Desde el Sistema de Justicia (Poder Judicial, Ministerio Publico, Policía Nacional) seguir avanzando en los esfuerzos para erradicar la impunidad en los casos de delitos contra la vida, la integridad personal y la libertad sexual de las mujeres. Es relevante que Nicaragua cuenta con un Protocolo de Atención a las Víctimas de Violencia Intrafamiliar y Sexual y que todas las instituciones del Sector Justicia tienen Comisarías, Unidades, Oficinas especializadas en la atención a la Mujer, no podemos desmayar hasta que ningún violador, perpetrador o abusador quede libre de responsabilidad penal.
-Desde el Poder Legislativo continuar progresando en la formulación y aprobación de leyes que garanticen la aplicabilidad de los derechos humanos de las mujeres. Ya nuestra Constitución reconoce “la igualdad absoluta de derechos y responsabilidades entre el hombre y la mujer”. Ya nuestro Código Penal sanciona casi todas las formas de violencia y explotación sexual contra las mujeres y las niñas. Ya contamos con una Ley de Igualdad de Derechos y Oportunidades. Necesitamos que la Asamblea Nacional tipifique el Feminicidio como un delito, para que no se siga despreciando la vida de las mujeres.
-Desde los partidos políticos seguir aceptando los liderazgos femeninos, reconociendo cada vez más la inteligencia propositiva y activa de las mujeres, hasta alcanzar una paridad en los cargos de elección popular y en los puestos de nombramientos para tener más Alcaldesas, Concejalas, Diputadas, Magistradas, Ministras, Directoras de Entes Autónomos, entre otros.
-Desde el Poder Ejecutivo seguir caminando en el reconocimiento de las mujeres como sujetas del desarrollo social y económico, como prioridad de las políticas y programas sociales y no descansar hasta lograr disminuir drásticamente la mortalidad, morbilidad y la pobreza en las mujeres y aumentar sus niveles de educación, salud y desarrollo pleno.
-Desde el Poder Económico (bancos, micro financieras, programas crediticios, etc.) aumentar cada vez más el número de mujeres que son sujetas de acceso al crédito, la propiedad y las tecnologías, para que las mujeres sean potencializadas en sus capacidades de aportar al desarrollo de sus familias, comunidades y para hacer sostenible el país.
-Desde los medios de comunicación dar cada vez más espacio a las voces esperanzadoras de las mujeres, evitando los mensajes estereotipados y negativos contra las mujeres, promoviendo imágenes, mensajes y contenidos que permitan crear una cultura de respeto a la dignidad de las mujeres.
-Desde las familias, escuelas, centros de trabajo e iglesias a nosotros los hombres nos corresponde respetar la igualdad plena de las mujeres; trabajando, compartiendo con ellas armoniosamente y respetando los derechos de nuestras madres, esposas, novias, hijas, nietas, hermanas, sobrinas, amigas, compañeras de trabajo, hermanas de fe, vecinas, de todas las vivientes.