Departamental
Granada, Nicaragua
Augusto Cermeño
Este es un trabajo elaborado por su servidor publicado ampliamente en el Nuevo Diario el 16 de abril de 1996, con el que pretendemos recrearlos un poco y recordarles a todos los nicaragüenses que el VIGORÓN es un platillo propio de nuestra Granada, de nuestra patria Azul y Blanco.
Así como la fiebre del beisbol hoy invade todo el territorio nacional, también el vigorón invade los gustos nicaragüenses y no hay quien visite esta hermosa ciudad sin buscar el platillo típico por excelencia del arte culinario granadino.
MODESTIA APARTE
El vigorón en la actualidad, se hace y vende en todas partes del país, pero es en la Gran Sultana donde se prepara el más delicioso. A tal grado que si un granadino visita otro departamento, el primer encargo que le hacen sus amigos es un vigorón.
En su libro sobre Granada, el doctor Alejandro Barberena Pérez recuerda que en una fiesta “estaba entre las bocas el vigorón. El chicharrón se desbarataba al comerlo. Unos amigos me dijeron socarronamente: es mejor que el de Granada. La señora anfitriona se sonrió y me dijo al oído: si supieran que es el regalo que me hicieron de Granada”.
De modo que el mil veces delicioso vigorón hecho en Granada no tiene comparación. Tal es el prestigio alcanzado que existen puestos de venta, muy elegantes, donde para garantizar sus ventas de vigorón, ponen un gran rótulo: Se Vende Vigorón Granadino. El ejemplo de esto es un negocio que hay en las proximidades de Nindirí, un poco antes de subir la cuesta.
EL VIGORON “ERIKA”
Si vamos a decirle a los connacionales y extranjeros por donde entrar a Granada y comenzar a probar nuestro vigorón con su respectivo vaso de fresco (cacao, chingue, linaza, pozol, etc), les sugerimos que al llegar pasen directo en dirección al Parque Sandino y a las dos cuadras se encontraran con un pequeño negocio bajo un palo de chilamate, ahí está “El Vigorón Erika”.
Este negocio, además de vender carne asada, pollo asado, bisteck, cerdo tapado y frito, vende un vigorón “que no es jugando”. Los dueños son una joven pareja compuesta por Luis Adolfo Jiménez Lacayo y Erika Bravo. Desde que se casaron, hace cuatro años, se instalaron frente a la fábrica de la Jabonería E. Chamorro, logrando conquistar en poco tiempo una nutrida clientela.
BULGARA FASCINADA, HASTA SE CHUPA LOS DEDOS
Reneta Bojinova Castillo, de origen búlgaro, la sorprendimos chupeteándose los dedos, cuando ingería el vigorón de la Erika Bravo. Reneta se vino de Bulgaria “amarrada” con un estudiante nica, de los que en la década pasada fueron a prepararse a diferentes países del este europeo.
Bojinova dice que lo de mayor gusto en el vigorón es el sabor de la ensalada y la yuca. Tiene cuatro años de estar en Nicaragua, piensa partir pronto, pero no sabe cómo llevarse el vigorón a su país para compartirlo con su familia y amigos. En Bulgaria el plato típico preferido de los búlgaros es el frijol blanco cocido con verduras y un poquito de chile.
Al joven malacatoyeño Donald Guillermo Jaime Barberena, mientras degustaba su vigorón opinó que “lo mejor está en el gusto, es riquísimo”.
Para Víctor Navas, de Ladrillería Favilli, opina que con un servicio e vigorón “se llena uno, se siente uno topado, bien pijudo”. Mientras que don Pedro Acevedo Montenegro piensa que “es una bendición de Dios, es apetitoso, gustoso, gusta a todo el mundo y es difícil de igualar”.
EL VIGORON DE DOÑA OLGA MARIA LACAYO
En Granada es inevitable no ponerle apellidos al vigorón. En este sentido no podemos olvidar el tradicional puesto de doña Olga María Lacayo, quien vende vigorón desde los 19 años y de este negocio ha logrado criar y educar a sus hijos.
El negocio que ahora es manejado por Julia Magdalena Miranda Jiménez, de 27 años, una de las hijas de doña Olga, se ubica frente al taller de Silvio Hernández. Julia dice que “desde pequeña ayudo a mi mamá con la venta”. Tanto Julia como Erika, el servicio de vigorón lo venden en seis córdobas.
Para Julia el secreto del vigorón está en preparar una yuca suave, desbaratada y el vinagre acidito, “eso es lo que le gusta a la gente”. A estos elementos, Julia le suma el aseo, la higiene, como una garantía de no ofrecer el mortal cólera a los comensales.
LOS FAMOSOS EN EL PARQUE CENTRAL COLON Y CHICHERIA PARIS
La cara de Granada frente a los visitantes y los mismos locales en materia de ventas de vigorón son los que se expenden en el Parque Central Colón. Aquí están el de doña Modesta Lacayo, quien a sus 73 años todavía prepara su fórmula mágica.
El Kiosko de la Modesta, como le dicen los granadinos, se ubica propiamente frente a la Alcaldía Municipal donde tiene acondicionado con mesas y sillas bajo frescos arbustos, dándole al cliente un sentimiento de comodidad y clima agradable.
El fuerte de la Modesta no solo está en el vigorón, también venden una deliciosa chicha de maíz que inevitablemente se convierte en el refresco que combina perfectamente con el verde plato de hojas en el que se sirve el riquísimo vigorón.
El negocio ya tiene un poco más de 40 años de estar el mismo punto, aunque la famosa Modesta no está en el lugar. Manuel Ibarra Lacayo, cariñosamente conocido como “Mañi”, sobrino de la Modesta, es el que maneja actualmente el kiosko.
“Mañi” jura que el secreto de su tía está en la ensalada. “Todos compramos la misma yuca, el mismo chicharrón tostadito”. Por el kiosko de la Modesta han pasado el tristemente célebre Anastasio Somoza, René Schick Gutiérrez, Tomas Borje, Edén Pastora, Bayardo Arce, la presidente Violeta Barrios de Chamorro y Carlos Mejía Godoy, entre otros famosos.
EL VIGORON DE LA GATA
Además de la Modesta, existen otros puestos de venta, ubicados en kioskos, tal como el de Yelba Urbina “La Gata”, quien no se queda atrás en lo que a calidad se refiere. Yelba comenzó debajo de un árbol de laurel de la india y ahora está en el kiosko de la esquina noreste del mismo Parque Central.
Otro puesto que es bastante cotizado es el de Filomena Garay Urbina, con 40 años de estar en el mismo punto, bajo un árbol de mango, frente al Banco de América Central (BAC), en el Parque Central Colón. Este lugar es muy visitado desde décadas pasadas por estudiantes que pasan a diferentes colegios aledaños al Parque.
Frente al Teatro González, actualmente ocupado por una librería, está otro puesto de vigorón, el de doña Ena Urbina de Díaz, actualmente atendido por su hija Hilda Díaz Urbina. Doña Ena por su avanzada edad ya no llega al puesto, pero es la que prepara la yuca y la ensalada.
En el mercado, es difícil no referirse al vigorón de “Las Sevilla”. Se ubican desde las seis de la mañana en la esquina noroeste del Mercado Municipal. Tías y primas venden el plato típico y los refrescos. Destaca entre ellas doña Francisca Sevilla, su sobrina Ana y su nuera Ana Bustos.
Para enumerar y describir las decenas de puestos de ventas de vigorón en Granada necesitamos de mucho espacio, por lo que solo hemos hecho referencia de los más connotados, sin olvidarnos lo que consideramos el broche de oro del vigorón granadino: Chichería París.
Chichería París es de los más antiguos que tenemos los granadinos en lo que se refiere a vigorón y por sobre todas las cosas a ese refresco que heredamos de nuestros aborígenes, que en este viejo negocio se hace y vende en el mismo punto desde finales del siglo pasado: la chicha.
Sobre Chichería París escribimos, en una entrega especial para aquellos nicaragüenses, centroamericanos, mexicanos y sudamericanos que probaron esta riquísima bebida nacional cuando estudiaban internos en el Colegio Salesiano, entre los que se cuenta su excelencia el Cardenal Miguel Obando y Bravo.