EFE
El papa Francisco regaló hoy 40.000 crucifijos a los fieles congregados en la plaza de San Pedro para el habitual rezo dominical del Ángelus.
«Hoy, dos días después de la fiesta de la Santa Cruz he pensado regalaros a quienes estáis aquí un crucifijo», dijo Francisco, que mostró el objeto desde la ventana del Palacio Apostólico.
«Os invito a aceptar este regalo y a ponerlo en vuestra casa, en la habitación de los niños o de los abuelos. No es un objeto ornamental, sino un símbolo religioso para contemplar y rezar».
El pontífice subrayó que «es un regalo de papa» y advirtió a todos de que «no hay que pagar. Si alguien os dice que paguéis es un timo».
Tras finalizar el Ángelus unas 300 personas, entre ellos pobres, gente sin techo, religiosos y voluntarios distribuyeron las cruces entre la multitud congregada en la plaza.
El crucifijo, en metal plateado y que se entregó dentro de una bolsa transparente, va a acompañado de una tarjeta con una frase en tres lenguas pronunciada por el papa Francisco en el via crucis de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil en 2013: «en la cruz de Cristo está todo el amor de Dios, está su inmensa misericordia»