Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño

Al hipódromo llega gente de todo el país y de todas las clases sociales, hablando el mismo lenguaje, disfrutando el mismo deporte, en un club que viéndolo de cerca dista de ser calificado un Club de millonarios.
Claro que los espacios están bien definidos, con un área de gradería, algo similar a un estadio, que tiene capacidad para albergar a unas mil personas y en varias ocasiones lo hemos visto en lleno completo. El gran animador de las carreras, el anunciador, es don Diego Talavera, quien ese día viste de impecable traje vaquero, botas vaqueras y su perfilado sombrero ranchero.

Las carreras las organiza don Diego Talavera, a quien el Presidente de dicho centro recreativo, el ingeniero Chamorro, le ha dado la potestad para realizar esa labor que tanto gusta a los caballistas de todo el país.
Llegan ejemplares no solo de diferentes departamentos, sino de todas las castas, desde caballos pura sangre o encastados ingleses, hasta los chapiollitos, de los que salen verdaderos bólidos de la pista. Una de las comunidades que más participa, es la comunidad de la Laguna y no faltan los propietarios de caballos criollos de los alrededores de Granada.
Generalmente vienen caballos veloces de Chontales, Chinandega, Carazo, Masaya, Tisma, Boaco y León, entre otros departamentos, que don Diego recorre y hace los amarres de las carreras estelares y populares que están calando hondo en la fanaticada granadina y nicaragüense en general.
Don Diego Manuel Talavera, descendiente de una honorable familia trabajadora originaria de Nandaime, hombre del campo, hombre nacido y criado en las grandes haciendas de la familia Chamorro, acostumbrado a lidiar con reses y caballos de toda especie, un gran organizador hípico, es el que hace hasta lo imposible por que las carreras luzca de lo mejor y todo el pueblo aficionado a las carreras goce, disfrute de los espectáculos de los domingos en “El Consuelo”.