Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño

Recordó que “en junio de 1988, hace 24 años, el arquitecto López, junto a mi recordado amigo Jimmy Avilés Avilés y José Daniel Prego Fernández, requirieron mis servicios notariales para fundar el Instituto de Investigaciones Culturales “Francisco Pérez Estrada”, en memoria de otro insigne granadino.
Josefa Chamorro: Patricia granadina
El doctor Rodolfo Sandino Arguello, dictó una conferencia sobre la insigne matrona Josefa Chamorro, titulada: Josefa Chamorro, Patricia granadina.
“Porta estandarte de la emancipación, agitadora contra el orden establecido. Ni lo uno ni lo otro. Josefa Chamorro era una patricia granadina, que destaca en la historia por apoyar a los miembros de su estrato social que encabezaron la rebelión pre independentista de 1811 a 1812”, expresa el ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
Resaltó el esfuerzo del estudioso e historiador Tomas Ayón, quien en el Tercer Tomo “de su clásica obra: Managua, Managua, Tipografía El País (1889).
Dijo que en Granada “se instruyó una causa contra doña Josefa Chamorro, por haber cooperado en la resistencia que la ciudad hizo a las tropas del Rey. Se atribuye a aquella señora, entre otros delitos contra el orden público, el haber facilitado su casa, para que sirviese de cuartel a una compañía de plebeyos y para que asignasen en ella algunos sujetos importantes que participaron en la insurrección, tales como el comandante don Miguel Lacayo y otros jefes militares”.
También se acusó a doña Josefa “el haber proveído alimentos a varios de los caudillos revolucionarios y permitirles que en la misma casa tuviesen sus reuniones políticas. El haber ocultado pólvora y sacos de metralla que sirvieron para el fuego, en la mañana del 21 de abril”.
Agrega el doctor Sandino Argüello, que doña Josefa Chamorro “fue puesta en detención, por orden del comisionado Leandro Carrascosa, quien, además, mandó a confiscar sus bienes. Es lamentable que ningún otro historiador haya confirmado documentalmente las informaciones de Ayón”.
Incluye en esta preocupación, “a quienes estudiaron a fondo la rebelión insurgente de Granada, consultado el Archivo General de Indias. Me refiero a Sofonías Salvatierra, Carlos Molina Argüello, Jorge Eduardo Arellano. Sin embargo, bastaron las líneas del referido historiador, para que Josefa Chamorro O´conors haya sido considerada por los granadinos una mujer emérita”.
Observó el expositor, que “como tal le reconoció una de las planchas del mármol del Obelisco de la Independencia erigido en el inicio en la Plazuela de Los Leones, en 1921, al conmemorarse el primer centenario de la proclamación de este acontecimiento histórico”.
Dijo que “en la Guía Ilustrada de Granada, que editó Rodolfo Poessi, en 1941, también se registra la acción solidaria de doña Josefa, hija póstuma, del fundador de la familia en Nicaragua, don Diego Chamorro Sotomayor Murga y Villavicencio, hermana de Joaquín Chamorro y esposa de José Ignacio Arguello”.
Según Sandino, “ambos participaron en la jornada de 1811 y 1812, siendo condenado a muerte y luego a presidio perpetuo, permaneciendo en Cádiz cumpliendo sus condenas. Antes de José Ignacio, el primer marido de doña Josefa había sido José Francisco Vega. De 1778 a mil 1843, vivió doña Josefa, o sea 59 años”.
De doña Josefa “descienden numerosas familias. Poseía haciendas en Chontales y casas principales en Granada, como la de Vega, en el costado suroeste de la plaza, llamada así por habérsela heredado a su hija Mercedes, casada con don Fulgencio Vega”.
Por donativos se sostuvo templos de Acoyapa, Granada, Juigalpa. “Se enterró en la nave central de la antigua Parroquia de la ciudad, en el centro del Arco Toral. En el libro Retratos publicado en Granada en 1962, hace justo 50 año, aparece el soneto Chepa Chamorro, que el gran poeta granadino, Enrique Fernández Morales le dedicara con amor”.
Dice así: Joya tan rara, nunca las miradas envidiaron en manos de azucenas. No es de oro, en Ley, esta cadena, que la Ley ciñó en manos delicadas. Al desaire las trenzas perfumadas, alta la frente, pose y serena, como su fuera al baile y la verbena, de mantilla y de manos enjoyadas, entre el hosco estupor de las aceras, rugen aires de incendio, ose fieras, cuando pasan los altos purpurados y reina en fin en pos de la justicia, doña Chepa Chamorro, la patricia, camina entre dos filas de soldados.