Granada, Nicaragua
Sábado 23 marzo 2013
Augusto Cermeño

En esta Granada que miraba hacia Europa, que vestía a sus ciudadanos con las modas parisinas del momento, que permitía la confección de trajes de casimir inglés y de las telas más finas importadas fácilmente de Europa. La Granada que se transportaba en coches y berlinas traídas de Francia, España o Inglaterra. La Granada elegante y culta de un pasado reciente que no alcanza a cumplir los 100 años.
La Granada de rampas empedradas. La Granada que vio crecer a hombres creativos, ambiciosos y deseosos de prosperar a través de un trabajo arduo, sin descanso ni para tomar impulso, es la Granada que se fue, se evaporó, por malas decisiones de diferentes gobiernos, aunque algunos le echan la culpa a la fase revolucionaria sandinista, por los problemas de la guerra, las confiscaciones, la inflación gigantesca y la pobreza a que se reduce un país pobre metido en guerra.
En los años 50, 60 y 70, se da la revolución de una Granada industrial, que finalmente perece, para dar lugar a una Granada turística, que es la industria sin chimenea. Pero nos ocupará en este artículo la Granada Industrial, basándonos en un ejemplo, que no deja de tener una intima relación con el sector industrial en general. Este ejemplo es el de don José Adán Prego, fundador de la otrora poderosa fábrica de Jabón Prego.
Sobre el tema hablamos con dos miembros de la familia: doña Thelma Fernández Henríquez viuda de don José Adán Prego y su hija Lourdes Prego Fernández. Del matrimonio de don José Adán y doña Thelma nacieron: Lourdes, José Adán, Myriam, Marina, Thelma, Ilba, Ruth y María Adilia. Suman 9, pero realmente eran 14 y murieron 5 retoños, según Lourdes.
Una jovencita de Comalapa conquistó el corazón de Prego

Thelma logró un título de Secretariado Ejecutivo en el mencionado colegio religioso. Fue el primer año de entrega de títulos en el Colegio María Auxiliadora. “Vos salías con un título del Colegio María Auxiliadora, Secretariado Ejecutivo, como el mejor máster de ahorita”.
“Porque la Aritmética, la Gramática, la Redacción, la Ortografía, la Caligrafía. Lo que se tenía en ese momento con ese título, ni las bachillercitas de ahora y cuidado ni las universitarias. Porque a mí, mandé un artículo a La Prensa y no me corrigieron ni un punto ni una coma, ni una falta de ortografía, una redacción, mando un artículo a La Prensa y me lo sacan intacto, sin corrección. Antes los colegios sí enseñaban”, comentó.
Recuerda que en esos tiempos, de los años 40 y 50, la comunicación de otras regiones a Granada, era muy complicada, sobre todo en invierno, por los malos caminos. Thelma debía cabalgar más de 60 kilómetros para llegar a Granada. Este recorrido generalmente lo hacía con su padre, quien le dejaba en la ciudad y se dedicaba a realizar algunas gestiones o negocios propios de actividad como productor agropecuario.
La comunicación por tierra era bastante complicada, pero le resultaba mejor a Thelma que hacerse a la mar dulce, en lanchitas débiles y poco seguras. Prefería seguir el camino a caballo, con su papá, apoyados por empleados que se encargaban de sus maletas y otros enseres.
Reconoce que el caballo que le tocaba montar “era un caballito chapiollo, pero lindo”. Salían de la hacienda de sus abuelos a las 6 de la mañana y a las 6 de la tarde estaban en Granada.
Para doña Thelma, nunca han compuesto: “la misma carretera, los caminos son los mismos, la misma pasada por la barca de El Paso, los mimos ríos que se llenan, como el rillito de Malacatoya. Nunca ha habido mejoras de ese camino. Empecé a venir al colegio en los años 40. Ya son, de por vida, ese camino inservible que no ha podido componer”.
Cómo surge y cómo desaparece la Prego
Doña Thelma Fernández Viuda de Prego, nos habló, con toda la sinceridad que la caracteriza, de la génesis y la desaparición de la empresa industrial Prego.
Thelma conoce a los Prego, casi por salir del Colegio y don Pepe estaba en sus últimos años de bachillerato. Fue a través de quien más tarde sería su suegro, don Daniel Prego Rojas, fundador de la Jabonería Prego, que conoció la historia de la empresa desde sus inicios.
Para Thelma, “fue un error enorme, de los años 80 haber destruido esa empresa tan boyante y tan útil para Nicaragua. Don Daniel, en sus años mozos, fue empleado del ferrocarril, como oficinista. En esos tiempos contrajo matrimonio con doña Isabel Guerrero Arguello. Vivió en la casa solariega de la familia Guerrero, frente al Parque Sandino, hoy, antes Parque Somoza, después Parque de Los Generales”.
Agrega que “frente al parque, existía la casa primitiva de la familia Guerrero, de Zacarías Guerrero, donde vivía doña Isabel, que contrajo matrimonio con don Daniel Prego, donde casualmente vive la Alcaldesa de Granada, doña Julia Mena”.
“Exactamente, en esa casa de doña Julia, en el zaguán, don Daniel empezó su fábrica Prego, la del Jabón Prego. Con un amigo, compañero de oficina del ferrocarril, compraban los durmientes del ferrocarril, para irlos a traer a hombro, sobre la carrilera Granada-Masaya, a recoger los durmientes del tren para en la noche picar la leña, encender el fuego y hacer el jabón”, recordó doña Thelma, de la historia que le narrara su suegro.
Prego empezó “con una lata vacía de gas, que en esos tiempos se le llamaba querosine, que venía del extranjero y es lo único que encendía los candiles de las casas de Granada”.
El cebo de las vacas lo compraban en el mercado, “para derretirlo con legía de cenizas, del fuego de cocina, que se sacaba de la leña y usarlo como soda cáustica para industrializar el cebo y empezar el jabón tan famoso, que fue después, el Jabón Prego”.
La esposa de don Daniel, al día siguiente, “ya partido el jabón en barras, con la empleada y cocinera de la casa, mandaban al mercado a vender las barras de jabón. En ese tiempo era azul moteado. Hacían pancitos cuadrados y barras largas”.
“Años más tarde, pasaron a la calle El Arsenal, donde todavía existen algunos peroles, donde esa casa que le había quedado a José Adán Prego, Pepe Prego, con los peroles que todavía están conservados por la Asociación de Ganaderos, que adquirió posteriormente esa casa, ahí pasó a vivir don Daniel Prego, ya adquiriendo esa casa de la calle El Arsenal para hacer los peroles, hacer la fábrica más grande, independizarse, dejo de trabajar en el Ferrocarril. Empezó hacer el jabón”, relata Thelma.
En esa casa, según Thelma, podrían existir aún, los bancos donde se empezó hacer el jabón, las cuerdas de guitarra para cortarlo en cuadros o en barras. Pasaron muchos años así. En 1956, fallece don Daniel Prego Guerrero. Sus hijos: Daniel y Pepe, continúan con la empresa.
Las hermanas de estos: Adilia Prego de Lugo, María Prego de Gutiérrez, únicos herederos de don Daniel, los cuatro hermanos, se unen en una sociedad y la fábrica sigue funcionando como “Jabonería Prego Sociedad Anónima”.
Continuaron haciendo el jabón en enormes cantidades en toda Nicaragua. “Se le ocurre a mi cuñado, Daniel Prego, hacerse más industrial, hacerse más competitivo, y se va a España a conseguir la primera máquina de hacer jabón de pelota para no seguir partiendo el jabón en barras y en cuadros y empezar a sacar una industria más excelente, para ese tiempo”, valora Thelma.
Luego salió el jabón de bola invadió el mercado nacional. Luego empezaron a hacer jabones perfumados y surgió la nueva sociedad de la Jabonería Prego.
Fue entonces que se trasladaron a la salida, de Granada a Managua, hoy calle La Inmaculada, donde se instaló en un enorme edificio, “donde esta en la actualidad, donde ya no existe jabonería, más que los cajones vacíos, donde solo están las enormes máquinas industriales donde se hacía el jabón, las enormes bodegas, pero solo historia”, dijo con tono de pesar, la viuda de Prego.
Caída comenzó con la intervención del Gobierno en 1981
Doña Thelma Fernández Viuda de Prego, hace referencia, sin disimular su enojo, de la intervención, en 1981, de la Jabonería Prego, por parte de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN).
Según Thelma, los Prego “jamás en la vida” pusieron los pies en un banco a prestar dinero. Recuerda la promesa de los hermanos Prego, los que contando con un capital inicial muy fuerte, hecho a pulso, ahorro, hicieron una promesa: llevar una vida austera para recoger el capital que se recogió.
Todo el capital de don Daniel Prego, hecho con mucho esfuerzo, “también porque tenía haciendas, tenía casas de alquiler en Granada por cantidad, varias fincas en Chontales, en Boaco también. Está todavía la Hacienda San Pedro en Camoapa, origen de don Daniel Prego. Después pasó a Pepe Prego y ahora a sus herederos. Existe todavía esa hacienda”, revela Thelma.
Otra finca propiedad de Daniel es la hacienda La Estrella. Concluye Thelma que “tenía respaldo enorme la jabonería. Hicieron los 4 hermanos una promesa, al iniciar la Sociedad Anónima, pasar 25 años sin tocar un centavo del capital de don Daniel Prego”.
La idea era capitalizarse para crecer, hacer la fábrica cada vez más grande, más competente y capitalizarse sin necesidad de bancos. El esposo de doña Thelma, donde José Adán Prego, participante de la Sociedad Anónima, les dijo que tenía una cantidad de hijos, más que cualquiera de los cuatro.
Explicó que “no podía vivir del aire y que le dieran su parte en la finca y no tocar ni un centavo de la jabonería, del resto del capital, casas, etc. Y que le dieran en finca para poder vivir”.
Los hermanos accedieron a la petición de Pepe Prego y le dieron la finca San Pedro, de don Daniel, en Camoapa, y la finca Buena Vista, en Nandaime. La familia Prego Fernández Comenzó a trabajar, logrando grandes cambios en la producción de caña y ganado.
De una manzana de caña, en la finca de Nandaime, lograron aumentar a 100. De 200 reses en San Pedro, llegaron a reproducirla en miles de cabezas pastando en los potreros. Esto permitió a Pepe Prego, “hacer un capital propio, suficiente para mantener y educar a su familia”.
Los hermanos no tocaron el capital heredado por don Daniel. María, no tocó nada; Adilia, casada con un hombre rico (el doctor Constantino Lugo), no necesitaba vivir de la jabonería) y Daniel, el gerente general de la fábrica, tenía su sueldo y vivía de su sueldo, para no tocar utilidades.
En el caso de María Prego, al momento de contraer matrimonio, una parte de la herencia de su esposo en el cerro Mombacho, la finca San Luis de Manares, que fue de los Gutiérrez Chamorro, la adquirió María y vivía de eso; una finca al otro lado del lago que la compró en conjunto con el doctor Lugo Marenco. Tenían Boquerón, en compañía con el doctor Lugo, una finca enorme, al otro lado de la playa, cerca de Acoyapa y también vivían de eso”.
1978 fallece don Pepe Prego
En 1978 fallece don Pepe Prego y fallece Daniel Prego hijo, el que manejaba la fábrica, en 1979, quedando como dueños, Adilia, María, los hijos de Daniel, los hijos de Pepe. Para 1981, cuando se da la intervención, la fábrica era propiedad de 26 jóvenes.
Los nuevos dueños eran Tinito Lugo Prego, reconocido como gran capitalista y emprendedor, con Máster en Administración de Empresas, sacado en los Estados Unidos. El ingeniero industrial Melchor Prego, hijo de Daniel; el ingeniero químico Pepe Prego¸ el administrador de empresas, con Máster, José Adán Prego, todos aptos para manejar la empresa.
Los intervenidos fueron esos 26 herederos de don Daniel Prego. Según doña Thelma, “Granada perdió. En los años 80 en Granada habían más de 20 empresas boyantes: TEXLASA, IFRUGALASA, INTERCASA, KIKATEX, TEXNICSA, IUCASA, INISA. Todo eso perdió Granada”.
Thelma calcula que en esas empresas se empleaba en cada una de ellas de 400 a 500 cabezas de familia que perdieron el trabajo. La empresa Prego se cerró, los Prego mantuvieron su capital. “También fueron intervenidas las grades haciendas, de María Prego y de Pepe Prego”, manifestó Thelma.
La Viuda de Prego, nos explicó que en la decisión de intervenir la empresa, no medió nada político, nada que relacionara a los Prego con asuntos de orden político porque “en la vida de Dios ningún Prego vivió de un puesto público, nunca nos beneficiamos de intrigas ni de recomendaciones de nadie para manejar y mantener ese capital”.
Habló de “grandes amigos de los Prego en los bancos, grandes amigos de los Prego por todos lados, pero nunca bautizado ni confirmado ni apoyado ni ayudado por Gobierno alguno, porque no vivían de la política, ni vivimos ahora, no somos políticos ni hemos sido políticos”.
Thelma dice que personalmente es conservadora de nacimiento. Políticamente dice que es conservadora en sus principios, “pero no ha vivido jamás de ningún partido, ni obtenido un cargo público de ningún partido, ni lo pido ni lo ejerzo. Vivo de mi trabajo honrado y constante”.
A sus 80 años, doña Thelma se encarga de las fincas, las que encontró “en cero, barridas, arrasadas, sin nada, pero volvimos arrancar de cero y estamos todavía vivos”.
Para Thelma, “como dijo don Enrique Bolaños, todo lo que quitaron debería ser regresado. No había motivo alguno para tocar a un Enrique Bolaños, para tocar un Prego, no había motivo alguno para muchas intervenciones, sin ton ni son, sin principio ni fin”.
Agrega que “la Nicaragua de los 70, boyante, que iba para arriba, cada vez mejor, se destruyó de la noche a la mañana, como después de un terremoto. Los años 80 fue el terremoto que tuvo Nicaragua en su época de Nación”.
“Ahora estamos volviendo a nacer con una promesa que esperamos se cumpla…”
Considera que “ahora estamos volviendo a nacer, con una promesa que esperamos se cumplan, con la tenacidad del empresario nicaragüense, la fe en Dios, que lo que sucedió en los 80 no vuelva a suceder aquí, ni en el día del juicio final”.
En cuanto al final de esta historia, de la Prego, doña Thelma dice que “con el Gobierno de doña Violeta, se consiguió con la Comisión de Revisión de los Confiscados, la devolución de la Jabonería Prego. La devolvieron”.
Hubo un intento de Tino Lugo Prego y Melchor Prego de levantar la empresa con un pequeño capital que les fue entregado por miembros de la familia (Adilia, María y la misma doña Thelma).
Para doña Thelma se trató de navegar “contra la corriente”. Recuerda que en 1981, guardaba la última auditoría de la jabonería, y vio “un capital absolutamente limpio, sin deber un centavo a nadie. Habían más de 50 vehículos cuando la intervinieron, más de 500 trabajadores, con un contrato en el que si se le moría un miembro de su familia, le daban hasta la caja para enterrarlo”.
También “había escuelita para los niños chiquitos, un médico permanente para atender los enfermos, donde había un dispensario de medicina que se entrega gratis”.
En cuanto a la situación actual de la Prego. Nidia de Prego, viuda de Daniel, “quien se había trasladado a vivir a Costa Rica después de la muerte de Daniel. La situación de Nidia no era muy buena porque Daniel vivía de la jabonería. Nidia ¿de qué iba a vivir? Tuvo que venir a Nicaragua a ver que vendía de la herencia de su esposo para mantener el estudio de sus hijos. En ese momento Nidia le vendió a una compañía de Guatemala que se llamaba LAVA, con mucho capital y compró las acciones de Daniel Prego. Daniel, mi cuñado, tenía el 51% de la empresa”.
Hasta ahora, las acciones de Pepe Prego, se conservan, en manos de sus herederos, incluyendo a su viuda, doña Thelma. Pero, avizorando un panorama no muy halagador, los herederos de Pepe Prego decidieron vender sus acciones a la misma empresa, para “no perjudicar metiéndole otros dueños”.
Los de LAVA, dispusieron hacer el jabón en Guatemala. Comenzó a entrar a Nicaragua con el nombre Prego, ya con otros dueños. Cree que todavía los hijos de María Prego y Melchor conservan sus acciones. Lo último que conoce es que LAVA fue absorbida por una compañía salvadoreña, más grande y no se ve ya el Jabón Prego en los supermercados, según Thelma.
“No te sabría decir el final de los últimos socios, que quedaron con esos guatemaltecos. No sé si les han reconocido algo, no sé si les dan dividendo, ni se si no les dan nada. Lo que sé es que es un fracaso. Un capital que fue boyante, que fue sagrado, fue hecho con sudor, con dedicación y amor, se haya destruido tan fácilmente. Nos quedan solo el ejemplo enorme de mi suegro y la tenacidad, la devoción del ahorro y, sobre todo, la escuela de don Daniel Prego: no prestar dinero, no deber, no andarse enjaranando en los bancos y de surgir a base de ahorro y de trabajo”.
2 comentarios en «Don Daniel Prego, comenzó cargando leña sobre sus hombros para elaborar el ¡Jabón, Jabón! en forma artesanal, llegando a construir todo un imperio industrial granadino que murió en los 80»
Interesante leer la historia de la jaboneria prego. Gracias por compartirla. «La Loma» se llamaba la finca al otro lado del lago con el Dr JJ Lugo Marenco. Despues la vendieron a Carlos Coronel Kautz y de alli salio el comando sandinista que ataco el cuartel de San Carlos, en Rio San Juan, en 1977, al inicio de la ofensiva final. Un comando que tenia en sus filas al hijo menor del Dr Lugo, Richard Lugo Kautz, primo hermano de los Lugo Prego.
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