Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
10 Abril 2022

Antiguamente, esta procesión representa a Jesús en su entrada triunfal a Jerusalén acompañado del pueblo judío.
Antes de la Misa Mayor se verifica la bendición de las palmas, una de las más solemnes de la liturgia, las que son llevadas por la población católica, hombres y mujeres de fe y hasta los niños y niñas, “para luego devotamente colocadas en las casas, en forma de cruz, sobre camas, puertas y ventanas, para librar a sus moradores de daños espirituales y temporales”, revela el poeta Enrique Fernández Morales.
Como nota curiosa, antaño, “las granadinas, con vieja y merecida tradición de elegancia, lucen en esta procesión sus primeros estrenos, y las iglesias se apretujan de gente. Era de rigor, en anteriores años, que los muchachos, que hasta muy entrada la adolescencia usaban pantalones chingos (cortos a la rodilla) se pusieran este día sus primeros pantalones largos”, escribe el poeta Fernández.
La venerable imagen de Jesús del Triunfo, una de las más antiguas de la ciudad, es llevada con capa y nuégano (sombrero de teja) de color morado, para la primera misa de la madrugada y sentada en un sitial en el presbiterio.

Según observamos, en la procesión aludida que salió de la iglesia de San Francisco el domingo 10 de abril a las 9 y media de la mañana, está lista, cerca de la acera de la iglesia, al finalizar las gradas, una burriquita, preparada para su sagrada tarea, y lujosamente enjaezada, en la antigüedad, con arneses de plata, donde es colocada la imagen sobre la burrita, mientras la feligresía, blandía las palmas benditas.
La iglesia de San Francisco está repleta de feligreses, los que salieron de manera ordenada, después de la misa de 8:00 de la mañana. Luego de montar la imagen en la burriquita para iniciar la procesión.
Delante de la procesión van los acólitos con la cruz alta, luego, 12 niños con túnicas y nuéganos simbolizando a los 12 apósteles van detrás de los acólitos, siguiendo la imagen de Jesús montada en la burriquita, rodeada por los turiferarios (que llevan la naveta del incienso), y “llevada de la brida por algunas personas de relieve en la ciudad”, según la descripción hecha por el poeta Fernández, aludiendo tiempos antiguos.
Agrega que “cierra la marcha el preste (sacerdote que celebra la misa) y sus ministros y la banda que va tocando marchas en todo el trayecto hasta Catedral”. Antiguamente esta procesión tenía tanta importancia que había una legislación especial sobre ella. Salía de Xalteva y era notorio que el alcalde de Xalteva llevaba a brida al salir del templo y la entregaba al alcalde de Granada, Recordemos que en tiempos antiguos habían dos municipios en uno, el de Xalteva y el de Granada, tiempo en que la división estaba en calle “El Palenque”, hasta donde llegaba el Municipio de Xalteva, con sus propias autoridades.
El alcalde de Granada esperaba en una enramada, que era construida frente a la casa de la señorita Matilde Jarquín. Fue comentado el rechazo de este honor (recibir la brida) que hizo el alcalde de Granada, don Roberto Lacayo, en el año de 1880, según refiere don Enrique Guzmán en su Diario Intimó.
La puerta mayor de Catedral, antiguamente, estaba cerrada, y después de golpear tres veces con la Cruz Alta y entonar el himno Gloria Laus, para que se abrieran las puertas de par en par y entrará la procesión hasta el presbiterio donde la imagen de Jesús es apeada y sentada en un sitial para dar comienzo a la Misa Pontifical.
La imagen de Jesús del Triunfo, de inmemorial historia, fue librada del incendio de William Walker por doña Mercedes O’Connor, esposa de don Pascual Baylón. En personas de esta parentela ha venido sucediéndose su tenencia y mayordomía, hasta llegar a doña Brunilda Lejarza de Mejía, que sucedió a su padre, don José Jesús Lejarza.
Por desavenencias y malos entendimientos entre esta dama y el Obispo Monseñor García y Suarez, la venerable imagen se vio privada de su culto tradicional durante varios años.
