Granada, Nicaragua
Por: Elvis Hernández Lazo
Noviembre 2011
Para los años 1978 y 1979 Nicaragua vivió uno de los episodios más sangrientos y rugientes de su historia, lo que ahora llamamos guerra contra Somoza, Insurrección Popular o Guerra de Liberación. Miles de jóvenes nicaragüenses y casi del mundo entero nos vimos envueltos directa o indirectamente en esas hazañas bélicas, conspirativas y solidarias. De eso, hace ya 34 años. Esos protagonistas dispersos por el mundo, podrían relatar preciosos episodios de increíbles y horrendas escenas necesarias, que serian preciado material para Hollywood.
Entre muertos y aun vivos desfilan todo tipo de ahora personajes ilustres así como cualquier ciudadano común, el frente de guerra que mas variedad acogió fue el “Frente Sur Benjamín Zeledón”. Podemos mencionar al ex presidente de Panamá Martin Torrijos (Hijo del También desaparecido Presidente Omar Torrijos) El esposo de la presidenta de Costa Rica José María Rico Cueto. Curas jesuitas españoles como Gaspar García Laviana y casi todos los jefes de los movimientos guerrilleros pujantes de la época. Además del Viceministro de salud de Panamá Hugo Spadafora, comandando la brigada “Victoriano Lorenzo”. Venían poetas, escritores, artistas, trotamundos, hijos de magnates, hippies sicodélicos, periodistas, curas rebeldes y un sin número de voluntarios buscando una aventura de solidaridad que calara para el resto de sus días.
Un nombre digno de mencionar para mí y toda mi familia es Freddy Tripovich Lazo. Hijo de mi tía Vilma Lazo Sandino (granadina) y Juan Carlos Tripovich (costarricense). De la zona fronteriza de Upala. Damnificados por el terremoto de Managua en 1972 la familia completa emigró a la zona fronteriza donde su padre trabajaba la finca heredada de su madre. En los años posteriores se dedicaron a producir la tierra con cultivos de cacao y frijoles. Llegó 1978 Freddy ya tenía 19 años y los ecos mortales de la guerra de liberación llegaron hasta la finca Las Delicias de Upala anclada en los corredores de la guerra fronteriza.
Muchos jóvenes de los poblados vecinos integraron la brigada “Victoriano Lorenzo” que nació en Panamá, jefeada por el célebre viceministro de salud doctor Hugo Spadafora. Sus columnas guerrilleras eran las más aguerridas y mejor dotadas con armamento convencional, su contra parte era la Guardia Nacional de Somoza pero, esta vez les desplazaron al borde fronterizo con Costa Rica a las fuerzas elites mejor dotadas en esos menesteres la EEBI (Escuela De Entrenamiento Básico de Infantería) comandada por el hijo del dictador Anastasio Somoza Portocarrero conocido como el “Chigüín” y el respetado mayor GN Pablo Emilio Salazar el famoso Comandante Bravo. La zona en disputa eran las colinas y valles secos desde Peñas Blanca y Sapoa hasta el Narango y el Ostional pasando por una filas de cerros entre ellos la famosa Colina 155.
Mientras el mundo entero se horrorizaba de las torturas, vejámenes y matanzas del gobierno somocista, este a su vez denunciaba una conspiración comunista internacional orquestada por Cuba, Panamá, Venezuela y Costa Rica, prueba de ello era la participación del doctor Hugo Spadafora que siendo Vice Ministro de Salud de Panamá comanda una Brigada de Guerrilleros Internacionalistas.
Freddy Tripovich Lazo integraba una columna de avanzada y exploración en la zona del Ostional y la Colina 155. Por su cuerpo corpulento le asignaron una ametralladora calibre 60mm. Con su respectiva bandolera de 300 tiros. Cuentan sus compañeros que caminaba alegre recordando el día que se despidió de su madre ya que le prometió regresar vivo para llevarla a Nicaragua a celebrar el triunfo de la revolución.
Después de 12 días de haber tomado la colina, la madrugada del 9 de junio de 1979, la tropa se alistaba para maniobrar una retirada táctica. Ya que su ubicación del terreno permitió establecer un puesto de avanzada sobre territorio nicaragüense. De la misma manera tropas de Guardia Nacional encabezada por la Escuela de entrenamiento básico de infantería (EEBI) llegaron minutos antes a la cresta militar en disputa, desarrollándose unos de los combates más feroces en la historia de ese frente de guerra. Los fusiles israelitas Galil zar calibre 5.56mm estrenaron su furia contra la tropa revolucionaria calibre Patria Libre o Morir.
En los primeros minutos ambas tropas casi se disparaban cuerpo a cuerpo, nadie cedía un milímetro sobre sus posiciones, la sangre y la muerte no se hizo esperar.
Freddy fue alcanzado por una bala en el estomago, ya mal herido logró dar su ametralladora a otro compañero para que continuara el combate, lograron ponerlo casi muerto bajo una palizada de jícaros secos para volver por él cuando pudieran. Ambos grupos abatidos y despedazados se retiraron para dar tregua a la razón y la vida.
Dos días después, una tropa de exploración regresó al lugar para rescatar el cadáver de Freddy al lugar preciso donde lo habían dejado, no lo encontraron, lo buscaron infructuosamente hasta por debajo de las piedras y nada, se concluyó que la guardia se lo había llevado.
El 12 de junio de 1979 el estado mayor de la GN convoca a una conferencia de prensa para presentar el cadáver del terrorista internacionalista Hugo Spadafora y denunciar ante el mundo la conspiración internacional contra el gobierno de Somoza.
Dos días después en un hotel Costarricense Spadafora llama también a una conferencia de prensa para demostrar que está vivo y que nada tiene que ver con lo dicho por los voceros del somocismo.
Lógicamente del cuerpo de Freddy nunca se supo, La familia Tripovich no tenía mucho que celebrar aquel 19 de julio de 1979.
Pero irónicamente el destino juega malas pasadas, cinco años después el doctor Spadafora fue asesinado por militares panameños al mando del dictador Manuel Antonio Noriega. Este denunció las arbitrariedades y el vínculo de Noriega con el narco trafico de la época. Su cuerpo fue encontrado decapitado en la frontera de Panamá y Costa Rica, su cabeza nunca se encontró, se realizó un sepelio acéfalo. Lo más probable es que el Herodes pidió la cabeza del doctor para asegurar su ejecución.
Hoy a 33 años a aquellos sucesos recordamos a los miles de nicaragüense y del mundo entero que hicieron la historia para reflexionar el camino a un mundo más justo y mejor que nos evite recaer a los anales más tristes del pasado. Nuestras familias cargan de por vida la fatalidad de perder a un ser querido bajo la impotencia perversa de repetir los errores y renacer de nuestro propio espanto.