Por: Juan Roblero
De: don alcohol.
Para: mis adeptos
¿Por qué me abusas y después te quejas?
Nazco inocente en los campos como santo alimento,
Tomando todo el poder que me nutre la tierra.
Y apareces tranquilo ultrajando mi cuerpo,
Corrompes mi esencia, luego como a virgen me tomas,
En su noche primera.
_yo no me entrego_
tu me violas y haces que en tu mente “enferma”
Me convierta en escoria.
Me tienes cansado pues haces que me odien
Aquellos que ni siquiera han probado mi savia.
Soy tu “relax”, tú remedio y te quejas de mí,
Descanso tranquilo y muy de mañana, antes que el sol
Despierte al día, con tu paso suicida,
me buscas avivando el deseo,
Que me hace practicar el sexo contigo.
Te deleitas conmigo y juras dejarme una,
Y otra vez, tus promesas me tienen hastiado
Ya que te atrapa el embrujo que hay en tu diabólica mente.
Yo me limpio el rostro;
No tengo la culpa que se obstruyan tus buenos modales,
Que mal aprendiste.
Soy tu “relax”, tu remedio y pecado mortal
¡DEJAME!
Me arrinconas en toneles, dejándome en coma,
Por lustro, décadas y te enorgulleces por mì.
Luego me pruebas y el sabor que dejo en tus labios
Y mente, te convierte aun más en esclavo…no de mí,
Sino de tu rastrero deseo.
Muchos “explotan” porque piensan que pueden conmigo.
¡ALEJATE! No me busques, es mi consejo…
pues soy tu condena.
POST DATA: te llaman enfermo para tapar tu
Imbécil deseo.