Granada, Nicaragua
Domingo 23 diciembre 2012
Augusto Cermeño

Don Nicolás nos habla con mucha pasión de la historia de los Bomberos de Granada, remontándose a los tiempos del doctor Gabriel Pasos Woolf, una de las columnas vertebrales en la formación primitiva de los bomberos hace 60 años.
Colacho habla de la Historial de los Bomberos y a la vez sugiere contenido importante para mejorar las capacidades y operatividad de los bomberos de Granada. Se refiere un tanto a la división de los bomberos en dos cuerpos, que en se ven con un buen grado de adversidad, lo que no es saludable para una ciudad como Granada, tan antigua y tan susceptible de perecer bajo las llamas.
Para Colacho, hace falta mayor atención de las autoridades municipales, la empresa privada, el Gobierno y la Iglesia. Destaca su preocupación por la falta de agua en los hidrantes y hace una valoración de algunos incendios importantes que han asustado a Granada, como el caso del incendio del Gallo Más Gallo, que considera que no fue realmente un incendio, sino un inicio de incendio que o fueron capaces de controlar y tomó una dimensión superior que movilizó a bomberos de toda la región y de Managua.
Valora la asistencia bomberil en el incendio del Gallo Más Gallo como una muestra de exhibicionismo de la opulencia de comandantes que se las tiran al estilo de los comandantes de bomberos estadounidense.
También aborda la urgencia de cuidar una ciudad como Granada, que esta propuesta para ser declarada por la UNESCO, como Patrimonio Mixto de la Humanidad. Esta situación debe mover a las autoridades y la sociedad civil a cuidar y dar un mejor trato a Granada, “como si fuera una niña”, comenta Colacho.
“La Verdad os hará libres”, “ser sincero es ser potente” y “el hombre es lobo del hombre”, son lemas que dominan en la forma de hablar de don Nicolás Dedemadys

Bajo esos principios que rigen su conducta abierta y directa al hablar, Nicolás, de padre griego y madre monimboseño, pide perdón a los lectores y oyentes, si en algo molesta su característica forma de hablar, que para algunos puede sonar muy pesado y agresivo.
Nicolás dejo de ser bombero benemérito hace 20 años. Recuerda que los bomberos de Granada se fundaron en diciembre de 1952, hace 60 años, siendo el autor del Acta Constitutiva el granadino Gabriel Pasos Woolf (qepd).
Para Dedemadys, el doctor Pasos “dio la voz de alerta, porque en esos años se dio el auge del algodón. Al no haber suficientes bodegas ocuparon casas semi abandonadas, como es el caso de una casa de dos pisos, donde ahora esta situado el Carlos A. Bravo”.
También ocuparon los algodoneros la Casa de Salud, que esta siempre parada en el costado norte de Granada, en el barrio El Domingazo. Posteriormente “la mejor desmotadora de Nicaragua se abrió en la INA, donde hay silos bien profundos. Eran tiempos en que la semilla la botaban en los arroyos, después se procesó y nos dimos cuenta que de ella sale un aceite”.
El doctor Pasos W., según recuerda Colacho, se reunió con unos notables granadinos, en fecha que no precisa, porque en esa época era un adolescente de escasos 18 años y no le interesaban mucho los bomberos.
También hizo el esfuerzo de recordar que don José Joaquín Quadra Cardenal hizo un remembranza de la fundación de los bomberos y menciona al doctor Julio Vargas, hermano del también doctor en farmacia Alfredo Vargas.
Otro nombre que saca de su memoria es Ricardo Díaz, “uno que fue parquero. Luis Aráuz Payino (considerado el primer taxista de Granada, auriga, de la Asociación de Cocheros de Granada) y muchos que se me escapan”.
Dice que ingresa a los bomberos después de que su hermana se casa con el ahora comandante Henry Campos, al que considera “uno de los hombres más preparados en bomberotecnia, nombrado profesor honorífico de la mejor universidad de los Estados Unidos, en Houston, Texas”.
Califica a su cuñado como el mejor bombero de Nicaragua, autor de un libro titulado “Bomberotecnia”, también bajo la autoría del coronel retirado Armengol Martínez, quien se dedicó a esa actividad apaga fuegos ya en retiro.
El libro, fue usado como texto a nivel centroamericano. Dedemadys dice que “al único que yo le rindo tributo y le doblo la rodilla es a Jehová Dios”.
Cuando Colacho entra a los bomberos, asume la responsabilidad con mucha pasión y llega a concluir que ahora, en estos días, “el bombero voluntario no tiene razón de existir, porque el bombero debe ser un profesional que sepa de medicina, de hidráulica, de química, de física, tener un buen salario, un buen seguro de vida y tener espíritu de servicio”.
Un ejemplo que da Colacho de la alta responsabilidad del profesional bomberil “es la de los bomberos que actuaron y 55 bomberos perecieron en el incendio de las torres gemelas, porque es una profesión, es una abnegación”.
En cambio, aquí en Granada, “seguimos jugando a bomberos. No es que esté en contra ellos, pero yo me fui creando conciencia y me di cuenta: y yo aquí qué estoy haciendo. Me estoy engañando y estoy engañando a la ciudadanía”.
Considera que no se le puede obligar a un bombero voluntario a subirse a un techo a escombrar. Esto lo hizo retirarse de la jefatura de operaciones, con el grado de subteniente.
Valora que hay mucha responsabilidad a la hora de tomar decisiones hasta de integrar a una persona a los bomberos, porque se debe revisar que sea una persona con una experiencia mínima en un oficio como la albañilería, como para dar un ejemplo.
Dando el ejemplo del albañil, Colacho explica que prefiere al albañil a un muchacho “porque a la hora de rescatar a una persona de una fosa séptica, el albañil es de mucha utilidad, “pero el muchacho se me puede ahogar junto con la persona que debe rescatar”.
A los estudiantes los nombraba pistonero, porque considera que no se debe caer en el romanticismo “porque volar agua es fácil, pero saberla volar es ciencia, porque tanto hace daño el fuego como el agua”.
Colacho Dedemadys: se define a sí mismo como un bombero obsesivo

Colacho no concibe que el trabajo de un bombero lo realicen simples voluntarios, sino hombres y mujeres profesionales, debidamente capacitados para desarrollar las diferentes especialidades, incluyendo el combate al fuego y el rescate.
“Yo traté siempre de mantener el lema: Disciplina, Honor y Abnegación. No es honor solo como bomberos sino que también ante la sociedad. Porque yo tuve desavenencias con la directiva cuando alguien salía involucrado en un robo, recomendaba darle de baja”, comentó.
Valora que si alguien incurre en un fraude, a la hora de atender un incendio “abre el ropero y se lleva las alhajas, no es correcto”. Cuando “vino la Revolución yo me sentí alegre, pensando que ahora sí va haber bomberos de verdad”.
Recuerda que un comandante Guisado, de Panamá, vino a dar capacitación a los bomberos. En ese entonces, “comenzaron los bomberos en la Alcaldía y después pasaron a la esquina donde hoy está el cine Karawala, donde estaba una barbería”.
Pasaron al parque Central Colón, en el Kiosco donde esta “La Gata”, un kiosco que Colacho considera interesante “porque ahí estuvo un salón de lustrado de “El Coto Mercedes”.
Recuerda la bomba que usaban en ese entonces, que considera “una reliquia histórica, de rueda sólida y le decían “La Panzona”, una bomba cisterna, que también le decimos “nodriza” o una “Chichigüe” en el lenguaje popular”.
La bomba la parqueaban al lado de la esquina de la casa del doctor Julio Blandón (qepd), donde antes vivía el comandante Camilo Mejía. Luego los bomberos pasaron del parque “al lugar actual”, según Dedemadys.
El actual local de los bomberos fue donado, desconociendo Colacho quién fue la persona que donó ese local. Recuerda que “uno de los que construyó esa estación de bomberos, fue el comandante y arquitecto Lacayo Fiallos, quien regaló los planos”.
Dice que el ingeniero Salvador García, un granadino que hizo muchas obras de progreso para Granada y Nicaragua, fue parte de la directiva fundadora “y él desviaba, para beneficio de nuestra Granada, material de construcción y así se levantó nuestro querido Cuerpo de Bomberos Beneméritos, que yo añoro mucho…”.
Sonando en tono melancólico, dijo que en los bomberos de Granada pasó buena parte de su juventud.
Revolución Popular Sandinista creó expectativas de un cuerpo de bomberos profesionales en Granada

Nicolás pensó que iba a cambiar el concepto del bombero voluntario por la constitución de sólidos cuerpos de bomberos integrados por verdaderos profesionales, bien entrenados y bien pagados.
Nicolás era un bombero que funcionaba en un 80%, a pesar de que era visitador médico, realizando trabajos en todo el país. Las características de su empleo no le permitían estar permanentemente en la ciudad, pero asumía responsabilidades en los departamentos que visitaba.
Recuerda que en Chinandega, cuando andaba en su trabajo de visitador médico, “se dio un incendio y me fui a presentar. Algo más, muchos no me creían, cuando me tocaba turno lo hacía en Chinandega, en León, en Matagalpa, donde habían bomberos. En Jinotega no había”.
En esos lugares, que hacía turno, solicitaba una constancia del jefe de la permanencia. En algunos momentos dejaba escuchar expresiones como: “mucho llegue a querer a los bomberos”.
Cuando llega la Revolución pensó que se iba a dar un cambio pero concluye que “las cosas no fueron a como yo pensaba. El Gobierno interviene a los bomberos”.
Con el Gobierno de doña Violeta lo buscaron

Nicolás estaba consciente de que los bomberos en manos de civiles no progresarían y que mejor dejarlos “en manos de Gobernación, porque pertenecen a Gobernación”, dijo.
Muy aterrizado en sus expresiones, Colacho valora que “mantener un cuerpo de bomberos es carísimo. Una buena unidad de bomberos cuesta por lo menos entre 400 y 500 mil dólares. Nicaragua necesita 100 unidades, lo más, porque para qué queres más”, comentó.
Importancia del Hidrante
Nicolás Dedemadys es de los que opinan que un cuerpo de bomberos que se digne como tal, no puede funcionar en una ciudad como Granada, sin hidrantes.
“Podes llevar la nodriza, la “Chichigua” o la cisterna, pero esa se te va en 5 minutos. Porque ellas vuelan mil galones por minuto y ahí llevas 3 a 4 mil galones. Después de 4 minutos el incendio avanza”.
Para Nicolás en materia bomberil “Nicaragua esta desprotegida. Granada que quieren hacer Patrimonio de la Humanidad, esta desprotegida. No es que tenga nada contra el comandante Hebert Marenco ni con el comandante Roberto Lanzas, pero ellos están jugando a los bomberos”.
Lamenta que los bomberos beneméritos, a los que perteneció, “solo existe el edificio, unas unidades sin equipo, no tienen mangueras. Un día llegue y me metí y miré unas unidades rusas. Por qué no arreglan esas babosadas y las ponen en la plaza del parque, para que los niños vayan creando conciencia, se monten en la bomba, bien pintadita, bien bonita…”.
Con el terremoto de 1972, los hidrantes se destruyeron, no daban agua”.
Nicolás Dedemadys dijo regirse bajo los principios de: Disciplina, Honor y Abnegación. Dijo que por ese lema bomberil, por esos principios, llegó a tener desavenencias hasta con su cuñado, el comandante Henry Campos.
Ante la ausencia de los hidrantes, se puede hacer “un relevo de tres bombas. Si tenés un incendio en BANCENTRO, vos pones dos bombas ahí, porque es mejor tener un relevo de tres bombas en vez de ir a otro hidrante a buscar agua. Vos tenés el chorro permanente”, valora Colacho.
Le pareció alarmante que en el incendio de la Rolter estaban 30 a 40 unidades de bomberos y no había agua, “porque los hidrantes los descuidan”.
La Villa bien cubierta de hidrantes
Villa Sandino, según Colacho, esta bien cubierta de hidrantes, unos 10, pero no sabe si están buenos. Para el centro histórico de Granada considera que “deberían de haber un hidrante por manzana, lo que sumaría unos 50 hidrantes para la protección del área histórica de la ciudad de Granada”.
“Si vos no tenés el agua, lo demás es babosada. Seguimos en la lucha”, dijo. Insiste en que se deje la responsabilidad bomberil a Gobernación, sobre todo por el alto presupuesto que requiere organizar y operar un cuerpo de bomberos profesionales.
Dice que un tramo de manguera valía hace muchos años como 150 dólares, lo que ahora anda arriba de los 200 dólares. Se pregunta cuántos tramos de manguera se requieren para los bomberos y se responde que “lo mínimo es 100. Tenés 30 ó 40 en la máquina y el resto va hacia adentro, porque los incendios se combaten adentro, no afuera”.
Ha observado que “aquí nos tiramos en la calle y lanzamos un chorro sólido y es a base de neblina. Hay tres formas de combatir los incendios: oxígeno, calor y material combustible”.
Considera que se puede eliminar un elemento, como es el caso del oxigeno. Se hace de la siguiente forma, según Nicolás: “enciendes una vela, le metes un vaso, eliminas el oxigeno y se apaga el fuego. Todas esas cositas hay que saberlas. El fuego se transmite por radiación, por conducción y por convección”.
Fuerte crítica al comandante Marenco Torres
Nicolás Dedemadys, manifestó su preocupación por la situación de los bomberos en Granada y deja escapar una fuerte crítica al doctor Hebert Marenco Torres, a quien le dice que lo disculpe “pero ahí no hay cuerpo de bomberos”.
“Ahí lo que hay son 2 ó 3 unidades y yo creo que ni servicio telefónico tienen, porque una vez llamé y no me contestaron. Solo que los de la Villa los boicotearan”, pensó Colacho.
Dedemadys les ha sugerido a las dos estaciones de bomberos que existen en Granada, que se unan, “pero lamentablemente todo es división aquí en Nicaragua”. Puso de ejemplo a los periodistas y a la iglesia católica, que “se ha dividido en la corriente de Báez y la del Cardenal Obando”.
Colacho cree que la unidad debe surgir luego de que cada quien se despoje “de las mezquindades, porque un personaje quiere unirlos a todos alrededor de él nada más”. Nicolás le dijo al comandante Marenco que entregara el cuartel del Benemérito, “pero lamentablemente ese es su medio de vida”.
Tal aseveración la hace sobre la base de que “el tiene un salario, el hijo tiene otro salario. Y los comandantes eran voluntarios, antes de 1979. Los únicos que ganaban salario eran los permanentes”.
La verdad, según Dedemadys, es que “en Granada, con un sistema bomberil profesional, vos necesitas 20 bomberos: 10 en turno y 10 libres. En un incendio se unen fuerzas y los que quieran colaborar con los bomberos que lo hagan”.
Un comité de apoyo a los bomberos
Nicolás Dedemadys, sugiere nombrar un comité de apoyo a los bomberos, en el que puede caber alguien como el ahora finado doctor Gabriel Pasos Woolf. Valora la gran importancia que tenía un personaje como el doctor pasos, por sus conectes con los capitalistas nicaragüenses, como los Pellas.
Este rol del doctor Pasos Woolf, Nicolás no lo notaba, hasta que “una vez que el comandante y cuñado Henry Campos, que nombró comandante honoraria a dona Amelia Benard. Después comprendí que esa gente es millonaria. Esa gente solo da una orden y resuelve…”.
Pedradas contra el comandante Lanzas: “No tiene idea con que se apaga un incendio”
Colacho, usando su estilo ácido de criticar, dijo que el comandante Roberto Lanzas “no tiene ni idea con que se apaga un incendio. Lamentablemente estamos desprotegidos y, como te dije, en el incendio de la Rolter, esta malo esto y lo reconocieron. Nicaragua no esta preparado: no tenemos educación, no tenemos tecnología, no tenemos nada…”.
Considera que “no se puede seguir en ese romanticismo, porque ahora hay diferentes materiales que ya no les llega el agua y tenés que usar la química, polvo químicos”.
Nicolás sugiere que ante tal situación el Gobierno debe poner atención al asunto de los bomberos, porque si este es un Patrimonio Cultural e Histórico de la nación, debería ser la niña mimada, tanto de la Alcaldía como del Gobierno Central. Insiste en que el Gobierno profesionalice a los bomberos y los tecnificarlo.
Le causa mucha simpatía la idea que anda por ahí de montar una academia de bomberos, donde “se deben de profesionalizar, que sean bien pagados, bien preparados tecnológicamente, con buen sistema de hidrantes. Pues sin hidrante no hay fuego que se apague”.
Todos deberíamos ponerles cuidado a los bomberos y hacer de Granada una ciudad realmente segura
Don Nicolás Dedemadys sugiere a los granadinos, ponerles cuidado a los bomberos, incluyendo a la sociedad civil, las instituciones, la empresa privada, el gran capital, cuyo más notorio representante es don Carlos Pellas Chamorro.
“En Granada celebraron los padres de Carlos Pellas, los 50 año de matrimonio. No pretendo molestar, mi intención es colaborar”, indicó. Sugiere a los medios meter una campaña a favor de los bomberos.