Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
Es increíble la libertad con que actúan los chatarreros en Granada, de modo que cometen sus fechorías en las propias narices de la policía, como sucedió el jueves 6 de octubre 2011, cuando intentaron llevarse una pesada rueda de hierro de la tornamesa del viejo tren de lo que fue el Ferrocarril de Nicaragua.
La situación la salvaron vecinas del barrio La Estación, los que vieron a unos menores empujando la rueda, que habían sacado tranquilamente la pieza de la tornamesa.
Según Martín Ortez, director de la Escuela Taller, ellos recuperaron una rueda, por medio de un vigilante de la escuela. Mostró la rueda que recuperaron y piensan que se llevaron otra, pero, en realidad solo habían sacado una, según logramos comprobar en el terreno.
Explicó que no tienen vigilancia sobre la tornamesa, pero los vecinos les avisaron “que se estaban robando esa rueda”. Según Ortez, la policía “no se dio cuenta de lo ocurrido”, a pesar de que están a menos de 15 metros del lugar. Propiamente están frente a la tornamesa.
Antes habían arrancado dos tramos de tabujía
Los chatarreros hasta se han atrevido a arrancar tramos de la tabujía que bordea el edificio de la antigua Estación del Ferrocarril. En esa ocasión la policía actuó más diligentemente. El robo fue como a las seis de la mañana y “a las 11 ya las teníamos recuperadas”. Esto fue en los tiempos del ahora comisionado general Ramón Avellán.
Vecinos frustraron robo de rueda de la tornamesa: un policía prefirió no hacer nada, porque “para eso están los CPF”
Los vecinos del barrio La Estación, se pusieron las pilas y lograron detener a unos niños que se llevaban una rueda de hierro de la tornamesa del ferrocarril, salvando un pedazo de nuestro patrimonio.
Los muchachitos, según doña Evangelina Zeledón Aráuz, “andaban todos susitos, andaban con una mujer, como sucia y se llevaban a uno de los niños que parece que se golpeó ahí”, señalando la tornamesa. La situación se dio el jueves 6 de octubre por la mañana.
Doña María Tórres, vecina de La Estación confirmó el intento de robo de la rueda del tren y dijeron que antes habían sustraído “un pedazo de riel grande, que el chavalo no podía echárselo atuto”.
Los chavalos pequeños andan con uno grande. Les quitaron el riel y finalmente se lo llevaron. Nadie cree que sean niños los que arrancan las ruedas de hierro, por el peso y lo complicado de la tarea, por lo que piensan que son adultos los que cortan los sostenes de las ruedas, de noche, y las dejan para que los niños se las lleven de día, ya que a ellos nadie los echa presos.
La rueda finalmente se la entregaron a un CPF del ferrocarril, quien se la llevó en una carretilla. Martha Auxiliadora Mena, una vecina de La Estación, fue la que se apunto el 100 en defensa de nuestro patrimonio al quitar la rueda de hierro a los niños que, seguramente, mandaron los chatarreros a completar el robo.
Martha dijo que “la policía no quiso porque dijo que fuéramos a la Escuela Taller”.