Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño

Para el licenciado José Gregorio Cuadra, el origen de las fiestas se da cuando durante varios meses consecutivos el invierno no cesaba y la producción perecía. “Los frailes mercedarios, con un crucifijo grande por delante, con los pies descalzos, y los vecinos de la ciudad de Granada, el pueblo de Xalteva, salieron en Procesión de Penitencia el 15 de agosto del último tercio del Siglo XVIII, llegando hasta el atrio del Templo de Xalteva, postrándose de hinojos y pidiéndole a Dios misericordia por las calamidades que ocasionaba el invierno; cesó la lluvia, lo que resultó milagroso para los penitentes… Por lo que solamente juraron hacer anualmente Granada y Xalteva una fiesta que viniese a conmemorar el acontecimiento”.

FIESTA HIPICA Y TOPE DE TOROS
La fiesta hípica y tope de toros que en actualidad disfrutan los granadinos y sus visitantes, tienen su origen en la celebración pagana que se daba el propio día 15 de agosto en el marco de la celebración religiosa de la patrona de Xalteva, que se ha convertido en una fiesta patronal de toda la ciudad de Granada.

La fiesta en su contenido mundano, iniciaba antiguamente con un tope de toros, al que asiste todo el que tiene una bestia (caballo, buey, mula, burro, etc.) para participar, dirigiéndose a la costa del lago a topar los toros, los cuales llegan para amenizar las corridas en una barrera que se construía en una de las Placitas de Xalteva. Los toros llegaban de las haciendas de ganado de Chontales, “donde se crían animales bravos y ariscos, propio para esta clase de diversión”, anota Bolaños.

Los dos eventos principales de las fiestas paganas, eran el mismo día de la Virgen de la Asunción, el 15 de agosto.
Según Pío Bolaños, “antiguamente, las fiestas de agosto duraban de 8 a 15 dìas, de acuerdo con el tiempo, si era lluvioso o seco, y así mismo, cuando los negocios no resultaban buenos durante los primeros 8 dìas, se prorrogaban por una semana más. Tradicionalmente la celebración se aprovecha para estrenar trajes, se gasta dinero en cantinas, restaurantes, ruletas y otras mesas de juego. En fin, hay diversión para ricos y pobres”.
Añoran viejos tiempos en las festividades de la Asunción

Cuando le echábamos un vistazo a la Placita y Parque de Xalteva, nos encontramos con dos viejitos quienes conversaban sobre las festividades agostinas. Uno de ellos, don Ernesto Morales Gómez, con 86 años de edad, por aquel entonces, nos dijo: “Aquí era la Plaza de Toros, Somoza lo convirtió en Parque después de terminada la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Recuerdo que en las calles ponían las mesas de confites y “Moncha” Bonilla traía bailarinas. En la esquina de Foglia ponían “la ola”, no estaban esos boulevares”.

Para don Simón “las mejores fiestas de agosto fueron hasta 1950”, y trajo a la memoria exquisitos conciertos en el Parque Central con la “Banda de los Supremos Poderes”. Recuerda que la barrera de toros estaba propiamente frente a la Iglesia Xalteva y que “el chiquero de los toros estaba detrás”, por donde hoy se observan unos arcos aparentemente antiguos, propiedad de la familia del ex alcalde Silvio Urbina Ruiz.

Desde el dominio colonial español, la Plaza de Toros era uno de los principales atractivos, manteniéndose la tradición en la época postcolonial. Dice don Simón que “la plaza de toros era todo un espectáculo. Aquì venían los españoles a torear. El palco principal de la plaza de toros frente al atrio de la iglesia donde se alojaba la patrona de los xaltevanos, era la Virgen de la Asunción.
Don Ernesto Morales Gómez considera que los boulevares arruinaron la calle “porque antes era una belleza esta Calle Real. En todas las calles estaban las diversiones”.
Don Simon nos contó una anécdota, y es que cuando Somoza vino a disfrutar de la fiesta agostina de Granada, en ese entonces algunos de sus rivales locales ofrecieron una fiesta en la Casa Paris”, donde Somoza García exhibió un diamante en plena oscuridad.

Don Ernesto siguió con su relato diciendo que “Managua se desgajaba para esta fiestas, para el 15 de agosto, porque eran unos topes de los mas enormes”. Don Simon también sustrajo del recuero que el tope de Toros, era de la Hacienda La Cruz, propiedad de don Gabriel Lacayo, en la Costa del Lago, hasta la Plaza de Xalteva. Hasta que venían a encerrar los toros aquí. Todo era en la calle Real de Xalteva.
Por la ancha avenida de la Real Xalteva se daban carreras de caballos que salían de la punta con los muros de Xalteva hasta el tope en los corredores de la Alcaldía Municipal. En esos tiempos el piso de la calle no era pavimentado y predominaban las ramplas y piedras. Dentro de la barrera de toros se jugaba el palo lucio, el triangulo y un sinnúmero de diversiones”.