“No queremos adelantar escenarios”, dice Agustín Jarquín
Agustín Jarquín, diputado y presidente de la UDC. / END
¿Cómo tomó la notificación del CSE cuando se le informó a su partido que quedaron fuera de la contienda electoral del 4 de noviembre?
Ciertamente, no hay fundamentos de parte del Consejo Supremo Electoral para que haya tomado la decisión que nos notificó el día lunes en la mañana. Nosotros esperamos que no haya la intencionalidad de sacar a la UDC del juego y por eso estamos apelando a los magistrados para que corrijan su decisión y nos permitan a nosotros correr.
El director de Atención a Partidos Políticos del CSE, Julio Acuña, dijo que se le dio un período extemporáneo a la UDC para presentar el mínimo de inscripciones en los 153 municipios del país. ¿Qué dice al respecto?
El hecho objetivo es que ellos, en el período que establece la ley, no nos presentaron formalmente ninguna objeción, no me presentaron ninguna comunicación para subsanar nada, ni nos presentaron ninguna observación, como mandata la ley, de cosa que estaba incorrecta etc. Y si efectivamente había incorrecciones, ellos callaron en este sentido, de forma tal que la única comunicación que ha habido por escrito fue el lunes por la mañana, porque el día 24 incluso nuestra vicepresidenta Wendy Puerto manda una comunicación agradeciendo la atención y confirmando que hemos presentado todo en tiempo y forma. De forma tal que en el período que hubo, que venció hasta el 24 (de agosto), no hubo ningún pronunciamiento formal de parte del CSE, de forma tal que cualquier observación que se haga ahora está fuera de lugar.
¿Pero exactamente, en cuántas de las 153 alcaldías presentaron inscripciones?
Nosotros presentamos 126 o 128 municipalidades, arriba del 80% de lo que establece la Ley Electoral. Y no presentamos fórmulas en los municipios Prinzapolka, San Juan del Norte, Santo Tomás, San Miguelito, Morrito y algunas otras municipalidades.
¿La UDC y Jarquín temen perder la personalidad jurídica?
Sería un abuso del CSE si lo hiciera, como estarían actuando contrario a Derecho si no nos dejan participar (en las elecciones municipales), y le impiden a la gente que tenga oportunidad de elegir sobre las propuestas nuestras.
¿Si a la UDC le quitan la personalidad jurídica, qué acciones tomarían?
No queremos adelantar escenarios, nosotros ahorita estamos concentrados en el recurso que hemos presentado al CSE, a los señores magistrados; esperamos que en la deliberación que hagan puedan resolver favorablemente, por la contundencia de los argumentos que ahí elaboraron nuestros compañeros de la UDC y vamos a estar atentos a ver qué ocurre. No queremos adelantar en este caso escenarios.
¿Qué tan cierto es que a lo interno del FSLN se les consideró a usted y a su partido, adversarios políticos?
Ese es un documento que circuló en la Asamblea Nacional –a mí me lo enseñaron–, y así decía claramente: que a la UDC y a este servidor habría que considerarlos adversarios. Nosotros lo cogimos así, aunque el jefe de bancada y coordinador político del partido sandinista, en declaraciones públicas –y también me lo dijo a mí– , dijo que no había salido esto de las filas del Frente. Al final ellos sabrán cómo se manejan en este sentido.
¿Cómo se dio cuenta de esa información?
Me lo enseñó un joven que labora en la Asamblea Nacional, que es sandinista.
Si es cierta la información de que a la UDC y a su persona habría que tratarlos como adversarios políticos, ¿cuál sería la intención del partido de gobierno en hacerlo?
Posiblemente –pero no lo podemos afirmar así– en el liderazgo sandinista exista tal vez algún temor –no sé qué análisis hacen–, ellos tienen mayor información que nosotros. Objetivamente hablando, quizás sientan que esto pueda afectarlos (que nosotros corramos en la contienda electoral). En el caso de Managua, por diferentes fuentes conocimos que cuando estuve en la precandidatura para la Alcaldía había una aceptación en este servidor que era bastante grande, inclusive en la misma base del partido sandinista.
¿El que no se le permitiera correr a Agustín Jarquín como candidato a alcalde en el vehículo del FSLN fue motivo para romper la alianza con ese partido?
Esta decisión de ir solos por segunda vez coincide en el tiempo con toda una efervescencia en las bases del partido de gobierno. Nuestra iniciativa de estar solos en estas elecciones es contribuir para que se cristianice la política, no en términos confesionales, sino para que efectivamente sea una práctica que propenda (simpatice) por el bien común y que procure propiciar la dignidad de las personas, en el entendido de que cualquier persona que corra en nuestra lista y llegue a un puesto público –si Dios lo permite–, lo haga consciente de que llega a administrar recursos que no son de él y que tiene que administrarlos con transparencia, sin sectarismo y sin poner los símbolos partidarios en la entidad pública.
¿En ningún momento el FSLN les ofreció la Vicealcaldía de Managua u otros puestos en las demás alcaldías del país?
Nosotros presentamos hace tres meses un poco más de 120 candidaturas a alcaldes y concejales (de 30 a 20 candidatos a alcaldes y el resto de candidaturas a concejales) y pues no hubo posibilidad de llegar a un entendimiento.
¿Cómo va a votar Jarquín en la Asamblea Nacional, ahora que ya no es aliado del Gobierno?
Estamos separados pero eso no quita que tengamos relaciones de amistad con compañeros sandinistas y vamos a contribuir a las mejores deliberaciones y decisiones, siempre siguiendo los lineamientos, en este caso de la UDC, que sean de beneficio para el país. Vamos a apoyar aquellas iniciativas positivas y vamos a estar en desacuerdo con aquellas otras iniciativas que creamos que no se correspondan con el bienestar de los nicaragüenses.
Jarquín: “Le dimos voto de confianza al FSLN”
“En el año 2000, cuando nos juntamos con el sandinismo por invitación de ese partido, le dimos un voto de confianza porque en ese entonces la población tenía la percepción de que juntarse con el sandinismo era estar a favor de la guerra, del servicio militar, de la tarjeta de racionamiento y las confiscaciones”, asegura Agustín Jarquín, quien, pese a todo, no oculta su pesadumbre por el rompimiento de la alianza con el FSLN.
“Fue una decisión difícil en aquel tiempo (año 2002) como también ha sido difícil la decisión actualmente (romper la alianza). Nosotros le dimos el voto de confianza al partido sandinista y nos sentimos confiados en que hubo un progreso que se ha visto ahora con (Daniel) Ortega de presidente, pero que lamentablemente ha habido una afectación de la institucionalidad que es parte de las razones por las que nos separamos nosotros, porque creemos que hay que fortalecer la institucionalidad del país”, agrega el dirigente de la UDC.
Crónica de una ruptura política
En el año 2000 la Unión Demócrata Cristiana, UDC, firmó una alianza con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, para postular al saliente contralor de la República, Agustín Jarquín Anaya, hoy diputado de la Asamblea Nacional, como fórmula del siete veces candidato presidencial Daniel Ortega Saavedra, en lo que se denominó como la Convergencia Nacional.
En ese año Jarquín ingresaba a las filas de la UDC, que dirigía Azucena Ferrey, luego de que el expresidente Arnoldo Alemán le encarcelara en 1999, en lo que muchos llamaron “una pasada de cuenta” por parte del entonces mandatario liberal, puesto que Jarquín, desde la Contraloría General de la República atribuía responsabilidades administrativas y penales a la Administración de Alemán, por supuesto actos de corrupción en los que el Estado perdía sumas millonarias.
En 2001, Daniel Ortega pierde las presidenciales contra el candidato liberal Enrique Bolaños Geyer. Ortega no asume la diputación que por Ley se les concede a los candidatos del segundo lugar, y Jarquín asume su lugar como diputado suplente.
La alianza entre el FSLN y la UDC sigue en las elecciones de 2006 y Jarquín propone en ese año al liberal Jaime Morales Carazo como candidato a la Vicepresidencia y fórmula de Ortega.
Ortega alcanza el poder en el 2006 y Jarquín encabeza la lista de candidatos a diputados propietarios por la entonces alianza “Unida, Nicaragua Triunfa”, que encabezaba el FSLN y que integraba, entra otras agrupaciones, la UDC.
En 2011 nuevamente la UDC respalda en alianza al partido de gobierno, y Jarquín representa nuevamente a su partido como diputado ante la Asamblea Nacional.
En 2012, en una Convención partidaria surge una fricción en lo interno de la UDC porque unos convencionales de ese partido no querían seguir en alianza con el FSLN, pues consideraban que en los 12 años de asociación política no habían logrado ni siquiera presidir un Ministerio ni una embajada.
Jarquín, consultado en ese instante, dijo que la UDC seguiría aliada con el Gobierno y que dentro de este partido, unos convencionales lo estaban proponiendo como precandidato a la Alcaldía de Managua y que estaba en consulta con la pareja Ortega-Murillo, para postularse.
Luego la pareja presidencial, Ortega-Murillo, el 6 de julio en la primera Asamblea Municipal Sandinista sorprende con la reelección de la actual alcaldesa Daysi Torres Bosques, quedando fuera de la jugada Jarquín Anaya y la UDC, pues la fórmula edilicia era completada por miembros del FSLN, y ninguno de la UDC.
Jarquín reacciona tranquilo ante la decisión interna del FSLN y dice que goza, inclusive, del respaldo de las bases sandinistas.
Después de varias reuniones, el Comité Ejecutivo de la UDC decide lanzarse al ruedo electoral de manera independiente y postular a Agustín Jarquín como su candidato a alcalde de Managua y a Wendy Puerto, vicepresidenta nacional de la UDC, como fórmula de Jarquín.
Pero no todo para ahí, pues el Comité Ejecutivo también ordena a Jarquín, “romper” la alianza política y legislativa que hasta entonces mantenía con el FSLN en la Asamblea Nacional. A un mes de vencer el plazo para presentar las listas de candidatos a alcaldes, vicealcaldes y concejales, Jarquín anuncia su salida de la bancada del FSLN y, por ende, el rompimiento de los lazos políticos entre la UDC y el partido de gobierno.