Departamental
Granada, Nicaragua
Sábado 09 Agosto 2014
Augusto Cermeño
La Concejal sandinista Cristina Canizales, lamenta que el salvaje furgonero que se pasó llevando su humilde vivienda aún no le ha metido ni un peso, para reconstruir lo que llama “el único patrimonio de mis hijos”.
Cristian habló con LA VERDAD sobre el tema y nos mostró detalles de la destrucción causada por la rastra. Desde el día en que se dio el accidente, el lunes 28 de julio (2014), hasta ahora, nadie llega a responder por los derechos de Cristina.
Lo único que es notorio en la casa es el desastre que dejo la rastra, que, incluso, afectó seriamente el puente de Los Dardanelos, lo que el mismo furgonero deberá saldar ante las autoridades municipales.
Cristina nos explicó que llegó un apoderado, nombrado por el furgonero de nombre Arlen, quien no habló de asumir los costos de la reconstrucción.
Pide apoyo a las autoridades
Cristina pide apoyo a las autoridades, “porque yo no estoy reclamando más de lo que me destruyeron. Yo soy temerosa de Dios, el Señor me hizo un milagro y lo que quiero es que me restituyan, la reconstrucción de la casa, porque la declararon inhabitable”, dijo.
También reclama “el pago de todos mis enseres” y considera que el daño sicológico y “la exposición de personas al peligro ¿quién me las va pagar hermano?”.
Uno de sus hijos escapó de ser aplastado por pesados escombros de concreto desprendidos del puente
Cristina Canizales nos relató que uno de sus hijos escapó por milagro, en fracciones de segundo, cuando la enorme rastra pasó llevándose todo lo que encontraba a su paso, el puente y la casa.
El muchacho “estaba acostado, cuando yo estoy haciendo un trabajo. Sonó el teléfono. Para Dios gracias, el muchacho se levanta de la cama y se mete la rastra”.
Cristina nos mostró la cama donde estaba acostado su hijo. En la cama aún están los enormes y pesados escombros de concreto y ladrillos que cayeron sobre la cama, que pudieron aplastar al muchacho.
Otra cama llena de escombros esta pegada a la pared que colinda con el arroyo La Aduana. En esa cama duerme Cristina, que si se hubiera acostado temprano, todo los escombros, con pesos que pueden pasar de las mil libras, la hubiera aplastado.
“Pido a las autoridades: Justicia. Hago un llamado a este señor, que solo sé que se llama Arlen, que se ponga la mano en la conciencia, porque él no deseara estar en mi lugar. Este es el patrimonio de mis hijos”, expresó.
Cristina nos dijo que el que le hizo los daños le habló de reparar paredes, “pero la casa está declarada inhabitable. También hablan de un seguro de 2 mil 500 dólares, que peligra que no lo paguen porque el conductor iba en estado de ebriedad”, dijo.
El que ha estado dando la cara por parte del responsable de los daños “es un pastor de apellido Valenzuela. Lo único que pido es que den lo justo, que se reconstruya la casa donde yo vivo”.