Monitoreo
Nacional
Venezuela, que se había convertido en el segundo mercado para la carne nicaragüense, desde octubre pasado está cerrado para este producto, que ahora enfrenta el reto de ampliar las cuotas que coloca en mercados tradicionales y conseguir nuevos compradores.
Para evitar las consecuencias que podría significar la pérdida abrupta de este comprador, el sector privado en su momento insistió, sin éxito, en la necesidad de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) para regir esta relación.
“Las exportaciones de carne bovina llevaban este año un ritmo extraordinario. Sin embargo, desde finales de septiembre y por el resto del año se paralizaron los envíos a Venezuela, prácticamente llegamos a cero”, dijo Onel Pérez, director ejecutivo de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne).
“También tuvimos un bajón en las exportaciones a Panamá y como ustedes conocen, a Honduras tenemos ya ocho años de no poder exportar”, agregó Pérez.
Atribuye el cierre de ese mercado a la drástica reducción que ha registrado el volumen de intercambio que contempla el acuerdo petrolero firmado entre Venezuela y los países del Alba.
“Eso era como una especie de intercambio que teníamos, ellos nos mandaban petróleo y nosotros les mandábamos alimentos y de todo lo que se estaba enviando la carne era el principal producto”, sostiene Pérez.