Alaska
Por: Juan Roblero
Tengo guardado dentro de mi corazón
bien escondido un amor, no es aquel
que decimos al oído de una persona,
es el amor que se fija en el dolor,
y la miseria de los demás.
Antes maldecía y decía que te amaba
con la sonrisa en mis labios
pero, era mueca nada más.
Tenía rabia, sentía enojo
quería que mis caprichos, mis antojos
se cumplieran con decirte mi Señor.
Estaba confundido, equivocado
pues no soportaba el dolor
aquí en mi corazón, no había dejado
la soberbia, aquella vanidad
que en angustia me consumía
rechazaba la verdad.
decía con mi boca que existías
mas dentro contra vos, rabioso maldecía,
ya que no miraba mis caprichos realizados
Y siempre aquí en mi corazón
eras el culpable mi Señor.
Ahora, te alabo y te amo,
soy tu creación
en imagen y semejanza
y tengo mis anhelos, llevo la esperanza
de que cambies por completo este corazón.
Sé, que existes, sé que vives palpitando
dentro de mi alma y sos la razón
que mucho tiempo yo busqué.
Ahora, te alabo con mis ojos
en el sol que orgulloso se levanta
y te alabo con el corazón,
yo te alabo con mis manos,
y te alabo con mis pies.
Yo doblo mi rodilla ante vos
sos mi creador
y en cada palpitar de mi corazón
me dices yo te amo, déjame salir
y mires la grandeza que tengo para vos.
ya no estés en las orillas, sumérgete en mi mar.
Refréscate y bebe de mis aguas
ya no tengas sed.
Para que digas con ardor, en alta voz
lo que antes escondías, allí, en tu corazón.
No pienses que yo te abandoné
siempre te arrullaba amorosamente
en tus noches de agonía
y lloraba con dolor
el dolor que vos sentías.
Era necesario que sufrieras
en tu piel;
era necesario que muriera
ese hombre malgastado
ese hombre derrotado,
y probaras esa miel
que siempre te ofrecía.
no te culpo que no vieras
y no te culpo que no entendieras
que humildemente ya morí
por vos en la cruz, más me dolería
que me mates otra vez ahí,
escondido dentro de tu corazón.