Así Pensamos
Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
En estos días de navidad, cuando los trabajadores ya no tienen ni un cinco para compras navideñas, deberán esmerarse en las economías familiares en la compra de bienes para la alimentación, los que están a precios prohibitivos. Un solo huevo cuesta en las pulperías cinco córdobas con cincuenta centavos.
Un muchacho se come al menos un par de huevos, cuando muchos de los jóvenes exigen al menos tres huevos, lo que suman 16 córdobas con cincuenta centavos. El asunto es que en la mayoría de los hogares son al menos tres hijos o hijas los que deben ser alimentados, lo que crece el precio de cada tiempo de comida.
El queso, que estuvo a 40 córdobas la libra hace unos dos o tres meses, ahora anda por los 60 a 62 córdobas la libra y la carne, ya no se diga, está por las nubes. El pollo, que tiene gran demanda en estos días de navidad, también esta caro. Una libra de chincaca anda por los 35 córdobas, con algunas pelusas de carne, porque es realmente puro hueso y pellejo.
Y si es el gallo pinto, el arroz y los frijoles están a precios que escalan el cielo. De modo que la situación, de cara al año 2018, se ve color de hormiga. La situación macroeconómica, como dice mi amigo Jaime Caldera, es la mejor, ellos están bien y venden bien sus productos de exportación.
En general, la situación económico social en Nicaragua solo es frenada por la labor de rescate económico que realiza el mismo pueblo nicaragüense que se ha tenido que ir a vender su fuerza de trabajo a otros países, pasando las peores dificultades.
El asunto es que el pueblo nicaragüense es realmente un pueblo noble, generoso, que en la mayoría de los casos se preocupa por su familias, aquí, y hacen envíos de remesas que permiten a muchas familias comprar el pollo o la gallina para pasar una navidad alegre.