Pensamos
Granada, Nicaragua
Por Augusto Cermeño
Los peores enemigos del pueblo nicaragüense son la miseria social y económica que corroe nuestros hogares, nuestras familias; la idea generalizada, en un sector muy amplio de nuestro pueblo, de pensar que las cosas se van a solucionar por si solas, como con una varita mágica, siendo visible la falta de iniciativa, de creatividad, de buscar soluciones que no sean la de buscar al gran “Papa Estado” y la falta de promover el desarrollo a partir de lo que tenemos en nuestras manos y no siempre dependiendo de qué tendamos las manos a nivel internacional.
Empleo, una moneda fuerte, estudio y vivienda
La lucha debe seguir, el Estado debe seguir luchando por promover el empleo, seguir los pasos del desarrollo de diversos medios para alcanzar nuestra autonomía energética, que ataca en el mundo pobre y crear mejoras en el poder adquisitivo de la moneda nicaragüense.
También debemos seguir luchando por tener mayor acceso al estudio, aprovechar el estudio, como un medio ideal que nos ayude a desarrollar el país, de modo que vayamos creciendo en una forma directamente relacionado con el bienestar del pueblo, con mejor acceso al trabajo, salarios acordes con el alto costo de la vida, mejorar los niveles de acceso bien controlado a la vivienda, para que nadie haga de esta gran necesidad su modus vivendi.
Se debe desarrollar un sistema o modelo educativo que vaya acorde con las necesidades propias del desarrollo, de los grandes planes macro-económicos, del desarrollo de grandes proyectos, como el Gran Canal Interoceánico, de ver hacia un rubro que los nicaragüenses tenemos el potencial para desarrollar: la producción de alimentos. Hay una gran demanda en el mundo de alimentos que nosotros podemos producir y ofertar en el mercado internacional.
El agua
También, tenemos un gran potencial en el agua, que podemos mejorar y evitar perder o seguir maltratando el Gran Lago de Nicaragua, incluso para la producción de alimentos (peces) y riego. Analizar cómo se puede conciliar el uso del agua para el consumo humano y el agua como medio para la producción controlada de la piscicultura y la agricultura. Son decenas de millones de seres humanos sin acceso al agua y nosotros la tenemos en abundancia.
Ganadería
Debemos desarrollar la ganadería mayor y menor, promover las granjas productivas en lugares donde haya tierra para producir y crear un mejor ambiente frente a problemas creados por el Cambio Climático, gran creador de las sequías y de los fenómenos del “Niño” y “La Niña”. Produzcamos para que los alimentos sean accesibles al pueblo, como son la carne, los granos básicos y las verduras.
El Estado, el Gobierno, debe pensar en toda una movilización de la producción agropecuaria, de modo que logremos ampliar las áreas productivas, asegurando el alimento para el país y para exportar. Tenemos las suficientes tierras para desarrollar proyectos agropecuarios con cooperativas que realmente estén interesadas en trabajar la tierra que les queda y no en comercializar la tierra. Contrarrestar ese proceso de concentrar la tierra en muy pocas manos, muchas veces improductivas. El progreso debe llegar al campo, con mejores caminos y oportunidades en la producción, educación, salud y seguridad.
En materia de salud y seguridad, es urgente mejorar la atención en salud al pueblo, tanto en el primer nivel de atención (puesto y centros de salud) como en el segundo nivel de atención. Se debe asegurar medicinas y no recetas, porque, es una realidad la pobreza que nos aqueja. Mucha gente no tiene para ir a las farmacias a comprar sus medicamentos.
Seguridad
La Policía Nacional debe mejorar su atención, desarrollar programas de seguridad a todo el pueblo, no solo programas contra las drogas. Se debe mejorar los patrullajes en los barrios, comarcas, y abandonar lo que no ha resultado bien. Se debe poner tras las rejas a quienes crean zozobra, terror e inseguridad en los barrios. El pueblo merece dormir tranquilo, sin pensar que en cualquier momento puede perder la vida por causa de irresponsables que lanzan pedradas y morteros a las casas y personas, sin ver siquiera a quien dañarán.
La seguridad es vital para saborear una vida mejor, sin importar en que rincón de la patria vivimos. Debemos seguir ese camino, en el que todos nos juntemos y seamos cada vez mejores, con mejor vida, como un mejor presente y futuro.