EFE
El secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Jeh Johnson, viajará esta semana a El Salvador y Honduras para evaluar el proceso de reintegración de los indocumentados deportados desde suelo estadounidense, así como para analizar las causas de la inmigración ilegal desde Centroamérica.
La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés), Marsha Catron, informó hoy en un comunicado de la visita, que tendrá lugar este jueves y viernes, y durante la que Johnson viajará a la capital de El Salvador y a Tegucigalpa y San Pedro Sula (Honduras).
En ambos países, Johnson observará la llegada de los «vuelos de repatriación» en los que viajan los inmigrantes indocumentados que son expulsados de Estados Unidos y mantendrá diferentes reuniones cuyos interlocutores no han sido revelados por el Departamento de Seguridad Nacional.
El tema de esas reuniones será la cooperación policial de EE.UU. con otros países de la región y el análisis de las causas que provocan la inmigración desde Centroamérica, informó Catron en la nota.
Durante su visita, Johnson reiterará la idea de que las fronteras estadounidenses «no están abiertas a la inmigración ilegal» y, además, pondrá de relieve los peligros que afrontan los inmigrantes que cruzan ríos y desiertos para llegar a EE.UU., en ocasiones acompañados por «coyotes» (traficantes de personas).
La visita se produce cuando la comunidad inmigrante de Estados Unidos afronta momentos de temor e incertidumbre después de las informaciones periodísticas que apuntan a inminentes redadas contra madres y niños centroamericanos que se encuentran como indocumentados en el país.
Catron explicó el pasado jueves que los individuos que se encuentran bajo el ojo de las autoridades migratorias son los que cruzaron la frontera después del 1 de enero de 2014, han recibido una orden final de deportación de una corte de inmigración y no tienen pendiente ninguna petición de asilo humanitario.
Entre esos indocumentados que llegaron a EE.UU. en el último año y medio se encuentran los miles de niños que cruzaron sin acompañante la frontera durante el verano de 2014 intentado huir de la violencia y la falta de oportunidades económicas de sus países de origen, en su mayoría El Salvador, Guatemala y Honduras.
La gran llegada de niños a EE.UU. en el verano de 2014 desató una crisis migratoria sin precedentes en la frontera suroeste.