13 febrero 2025

Recuerdos de la Placita de Xalteva en fiestas de agosto

Departamental

Granada, Nicaragua

* Los toros

* Las ruletas

* Los ladrones

*“Paris” y sus fiestas bailables con conjunto musical

Por: Augusto Cermeño

La placita de Xalteva, además de su fama histórica de ser escenario de grandes batallas durante la Guerra Nacional y el ataque de los liberales leoneses, este sitio, con sus muros es testigo, además es escenario central de las fiestas de Agosto o fiestas de la Virgen de la Asunción.

Dimos una vuelta por la placita, en estos días y nos revivieron gratos recuerdos de la plaza, en los años 60 y 70, cuando en “La Placita” se ofrecía mucha diversión para grandes y chicos.

Recuerdo que a ese lugar llegaban los juegos que a los niños de ese tiempo les agradaba mucho: los caballitos, la rueda de Chicago, que los niños llamaban “Rueda Chicagua”. Además los famosos “Taburetes” que eran propiedad de un ciudadano hindú, apoyado por uno de sus hijos, un muchacho gigantón, corpulento, moreno; que hacia circular los “Taburetes”, a los que los más pequeños hacían fila con sus padres para montarse. Recuerdo que el costo de la vuelta era 25 centavos de córdoba.

Estos “taburetes” eran bastante rústicos, hechos de madera y giraban sobre un eje de hierro, pintados de colores pálidos, bastante descoloridos por el tiempo. Año con año eran fijos los “Taburetes”.

Los toros

En esta misma placita se jugaban los toros, encerrados entre los muros interiores de la plaza, bajo un ardiente sol. En la misma placita se construía una barrera donde sorteaban y montaban toros, muy al estilo nicaragüense. Era típico que un hombre poseído por el Dios Baco se lanzaba al ruedo con un pedazo de tela o con su misma camisa a sortear el toro.

Si el toro era bravo, las tensiones y el interés general aumentaban, un tanto aterrorizados por lo que podría sucederle al beodo, pero eso era parte de la emoción. No fallaban heridos que iban al hospital o personas fallecidas por el ataque de los bravos cornudos.

El lugar de los ciudadanos distinguidos unos y otros que aprovechaban los toros para darle duro al “guaron” que vendía don José Antonio Mora en las dependencias de la renta, o una botella de finos licores, el que más podía, además de las famosas “heladitas”.

A la barrera llegaban toros bravos, muy robustos de tremendos cachos que prestaban los hacendados del Cerro Mombacho y de haciendas vecinas de Granada.

Las ruletas

¿Quién no jugo algunos pesitos en la ruleta?, lo que hacían grandes y niños de más de diez años, que de vez en cuando acertaban y ganaban. Pero, para ser claros, esas ruletas eran propiedad de algunas personas de cuidado. Estos tenían como lema “Siempre la casa gana”. A mi modo de ver esos señores que vivían del juego, de la gran atracción por el dinero fácil, eran una especie de “mafias” que no fallan, hasta ahora, en las fiestas patronales de cualquier ciudad de Nicaragua.

En la actualidad estos juegos de azar dominan las noches en esta ciudad y muchas ciudades de Nicaragua, con máquinas que para muchos, erróneamente, podrían ganarle. La verdad es que verdaderas fortunas se pierden en estos antros de vicio.

Hay gente que ha perdido su dinero y sus propiedades, quedando, como popularmente se dice: “en la calle”.

Los ladrones

Las fiestas no solo para la gente honrada y trabajadora, también es la oportunidad de “los amigos de lo ajeno” que pululan en las plazas de fiesta. Algunos roban carteras, otros asaltan y algunos, aprovechando el descuido de las familias que dejan sus casas solas, se metían y robaban.

Existía la idea de que muchos ladrones eran soltados por la guardia para robar en la ciudad, lo que se reportaba a los mandos de la Guardia, que hacían buen billete asociados con los amigos de lo ajeno.

“Paris” y sus fiestas bailables con conjunto musical

El ambiente festivo de agosto en Granada, incluía las fiestas bailables, con conjunto musical, en el Salón París, a unos pocos metros de la Iglesia de Xalteva. Recuerdo que cobraban diez córdobas por entrada, y cuando era un grupo famoso hasta cincuenta córdobas, de la sólida moneda Córdoba, de ese tiempo.

Las fiestas eran bastante concurridas, siendo colmadas de gente elegantemente vestida, tanto damas como caballeros. Los hombres iban con traje formal: saco y corbata. Esas fiestas daban la oportunidad de conseguir pareja, de salir “jalando” de la fiesta.

La verdad es que la fiesta era un atractivo para las parejas o enamorados, o sencillamente de parejas casadas jóvenes o relativamente jóvenes.     

En fin, las fiestas patronales en la placita y alrededores de la Iglesia de Xalteva, eran, con todo y los defectos comentados, una alternativa sana de diversión para los parroquianos y visitantes. El ambiente era bastante sano.

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