5 diciembre 2023

Pozos de comunidades rurales se secan, incluyendo comunidad “La Trinidad” de Malacatoya

Monitoreo

agua-sb-1-4De los cuatro pozos comunitarios con los que cuenta la comarca El Quebrantadero, de Juigalpa, dos están secos y  los otros con poca agua por la falta de lluvia y los despales.

“Lo que cae aquí es garúa.  Ocupamos un balde para bañarnos de los dos barriles de agua potable que nos da la Alcaldía de Juigalpa. Ellos nos abastecen con una pipa y vienen cada ocho días”, afirma Henry Rocha, habitante de El Quebrantadero.

Cuando no hay agua en esta comarca, las familias se abastecen del pozo que está en la escuela Blanca Olga Tablada, que tiene bajo caudal, por eso Rocha teme que “si todos agarramos de ahí se secará por completo, porque apenas da cien galones de agua”.

Norlan Dávila, responsable de la unidad municipal de agua y saneamiento de la Alcaldía de Juigalpa informó que según un censo, las familias de El Quebrantadero, Piedras Grandes y Kajinikuil carecen de agua potable, porque los pozos comunitarios están bajando su caudal.

Comalapa padece

En las comarcas San Patricio, El Naranjo, Jicotepe y El Cebollín, del municipio de Comalapa, hay 120 familias que tienen problemas de agua potable durante la temporada seca, dijo el alcalde de ese municipio, Gonzalo Bellanger.

La Empresa Nicaragüense de Acueducto y Alcantarilladlo (Enacal) está abasteciendo dos veces al día a la comarca San Patricio, donde hay 54 casas, por medio de un miniacueducto por gravedad. Asimismo en las comarcas El Naranjo, El Coyol y en el Avispero instalarán otro miniacueducto y perforarán dos pozos más.

En Granada

La comunidad rural La Trinidad, de Malacatoya, se abastecía del río Panaloya, de donde traían agua fresca, teniendo que caminar varios kilómetros para llenar sus recipientes, pero el caudal fue secándose poco a poco.

“A veces pasamos cuatro días sin agua, eso nos trae mucha angustia, porque hay niños pequeños, tratamos de ahorrar lo que más podemos para que nos dilate, pero eso es imposible, se nos acaba, tenemos chorros (grifos) pero el agua no viene para nada, porque incluso hasta sucia la hemos consumido por la misma necesidad”, asegura Luz Adilia López.

Francisco Galán, líder de la comunidad, dijo que “el año pasado luchamos para que nos habilitaran un pozo y gracias a Dios se dio, pero ahora nuestra nueva preocupación es que la cantidad de agua es cada vez menor”.

El poblador Hugo Díaz detalló: “Dentro de poco no tendremos agua porque el pozo se secará, a veces vienen pipas y compramos un balde o un barril por 20 o 30 córdobas, algo que esta fuera de nuestro alcance porque somos de escasos recursos”.

Escasez en Rivas

El desabastecimiento del vital  líquido afecta al 50% de los barrios y áreas aledañas del municipio de Rivas y ni siquiera con cisternas se logra satisfacer la demanda de las zonas afectadas.

En la ciudad  se contabilizan 52 barrios incluyendo los de zonas rurales y según un sondeo realizado por las autoridades de Enacal  y la Alcaldía, 22 están siendo los más afectados por la falta del vital líquido.

Para suplir un poco la escasez de agua, una cisterna de la Alcaldía y otra de  Enacal, se han encargado de distribuir el vital líquido en algunas zonas y esto hasta ha generado pugnas entre los pobladores.

Martin Barilla Dinarte, de 50 años, habitantes del barrio Pedro Espinoza, aseguró que en este punto de la ciudad tienen que hacer filas  en una zona baja, para acopiar  “al menos dos bidones de 20 litros que logramos recolectar de la tubería madre, cuando el agua llega entre las 2 y 3 de la tarde”.

Según sus palabras para suplir la demanda de agua en los hogares, se ven obligados a comprar a personas que la venden en carretones halados por caballos o en vehículos.

Uno de los que se ha encargado de suplir la escasez de agua es Juan Alejandro Alvarado,  de 47 años, quien asegura que ya no logra dar respuesta a la creciente demanda de la ciudadanía.

“En mi propiedad dispongo de una caudalosa fuente de agua subterránea y en el 2015, la gente del barrio La Puebla me empezó a buscar para que les suministrará el vital líquido y así me fui dando a conocer por todo Rivas y ahora recibo más de cien pedidos al día, pero no tengo capacidad para satisfacer esa demanda”, indicó.

Uno de los barrios más afectados es El Golfo, según los pobladores, la cisterna de la Alcaldía llega únicamente una vez a la semana a este lugar.

Para Geysis Aliuska Mendoza, de 26 años, en este barrio, desde hace dos meses  la cisterna llega únicamente una vez a la semana, «pero antes venía día de por medio y la afectación era menos, pero ahora dependemos de la compra de agua y aunque el barrio tenía su propio proyecto de agua, este no funciona”, comentó.

En el barrio La Conchagua ni siquiera ven llegar las cisternas de agua  y al igual que en El Golfo, los pobladores eran abastecidos por un proyecto comunitario, que actualmente no funciona porque el pozo se secó.

Demanda en León

Uno de los dos puestos de agua comunitarios que abastecen al reparto espontáneo Tomas Borge II, a seis kilómetros de la cabecera departamental de León, está sin uso desde el 3 de marzo, cuando la bomba de extracción quedó dañada, unas 230 familias están afectadas.

Ambos pozos han bajado drásticamente su nivel de agua, porque también suministran a los repartos Marcos Velásquez y Anexo La Colonia.

Mauricio Andino, habitante del reparto La Colonia, mostró desesperación e impotencia, porque el único pozo que está funcionando ha bajado el nivel. “El chorro de agua es más pequeño cada vez, el pozo se encuentra casi seco, tenemos que esperar largas horas para poder llenar los recipientes, hacer largas filas y acarrearla por largas distancias”, dijo.

Andino al igual que otras 300 personas decidieron protestar frente a las instalaciones de la aguadora y exigir a las autoridades que les instalen el servicio de agua potable. Asimismo destacó que los dos pozos fueron construidos hace cinco años atrás por El Club Rotario de Tulsa, Oklahoma, una organización norteamericana que se interesó por llevar el agua a dicha comunidad.

“El agua que consumimos de los pozos está contaminada, se nos ha dicho que tienen heces fecales, lo poco que logramos extraer lo utilizamos para el aseo del hogar, tenemos que comprar agua para el consumo humano”, dijo Benita López, otra pobladora del Tomas Borge II.

Este barrio está sobre el antiguo basurero municipal de hace 50 años. “Necesitamos que nos resuelvan el problema porque nuestra comunidad ha crecido y el pozo no da abasto para tanta gente”, expresó López.

También el reparto Sinaí, al suroeste de Guadalupe tiene problemas de desabastecimiento.

Luis Gutiérrez, poblador y líder comunal comentó que al menos 75 familias sufren de escasez, “estamos asentados en una zona alta, tenemos el servicio de agua potable pero debemos levantarnos en la madrugada para recoger, el chorro es muy débil y hemos pasado hasta dos y tres días desabastecidos completamente”, señaló.

Un dirigente sindical de Enacal, confirmó que los repartos Tomas Borge II, Marcos Velásquez y La Colonia han solicitado en reiteradas ocasiones la instalación de agua potable, pero “la institución no tiene contemplado instalar redes en estos repartos porque se encuentran asentados en áreas rurales, carecen de títulos de propiedad y tienen que esperar al menos 10 años para ejecutar proyectos de agua y saneamiento”, dijo.

Estelí invierte millones en agua potable

Máximo Rugama

Familias de comarcas campesinas, pero también en la zona urbana de Estelí claman por agua. La Alcaldía, Enacal y los bomberos unificados han diseñado un plan conjunto para abastecerles tres veces por semana por medio de vehículos cisternas, pero algunos comunitarios están inconformes porque en ocasiones no llegan o si lo hacen es en la tarde.

Alexander Gutiérrez, del área técnica de Enacal en Estelí, dijo a periodistas que existen varias comunidades con esta situación, pero son abastecidas de acuerdo a una programación, en el caso de la comarca El Quebracho, el abastecimiento de agua le corresponde todos los viernes.

La escasez de agua que atraviesan día a día los pobladores de El Quebracho y otros sectores vecinos como Sabana Larga, al suroeste de Estelí, podría resolverse en los próximos meses con la ejecución de un proyecto, el cual ya dio sus primeros pasos, según Denis Espinoza, representante de la Alcaldía de Estelí, quien agregó que en el caso de estas dos comunidades ya cuentan con su respectivo pozo perforado y solamente hace falta obtener la tubería y comenzar a realizar el zanjeo.

El problema es temporal porque en esas comunidades se está trabajando en un proyecto conocido como Mini Acueducto por Bombeo Eléctrico (MABE) para revolver esa dificultad, dijo Espinoza.

Por su parte, el alcalde de Estelí, Francisco Valenzuela señaló que el problema se ha agudizado porque este año a pesar de que llovió en 2016 el tiempo ha estado más caliente. Atribuyó las dificultades a las constantes sequías,  a la falta de cuido de los bosques y al notable crecimiento de la población.

Por eso, están orientando más reforestación, el uso racional de los recursos naturales, la construcción de estanques o represas para la captación del agua de lluvia.

Es de señalar que el año pasado la comuna estiliana invirtió más de C$7 millones en la ejecución de proyectos de agua y saneamiento. Para este año el presupuesto municipal es de C$300 millones.

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