La violencia que vivió Nicaragua en la semana que acaba de concluir, dio la vuelta al mundo, mostrando a grupos de vándalos destruyendo propiedad privada y atacando a personas, es más, algunos hasta mostraron tatuajes de las peligrosas maras.
Luisa Molina, vocera de la Coordinadora Civil, dijo que esos grupos de jóvenes son manipulados por funcionarios y ex magistrados para resolver sus problemas personales.
Asimismo, dijo que los jóvenes son contratados por funcionarios que llegan a los barrios más pobres a ofrecer una cantidad de dinero con tal de que sean agresivos; son grupitos a los que se les entregan armas, como morteros, para pelear un conflicto que no les corresponde.
Según Molina, las acciones violentas que se efectuaron a mediados de la semana y que afectaron propiedad privada y pusieron en peligro la vida de personas, demuestra la falta de seriedad y responsabilidad de funcionarios y ex funcionarios del Estado.
“Las palabras del presidente de la Asamblea Nacional sobre que las agresiones y destrucción de propiedad privada es la justa ira del pueblo, es una falsedad, porque los manifestantes son grupos juveniles pagados y el conflicto tiene como objetivo la reelección de una persona”, concluyó Molina.
Por su parte, Carlos Emilio López, ex Procurador Especial para la Niñez y la Adolescencia, indicó que el gobierno y la empresa privada tienen que poner mayor énfasis en la juventud, a la que no se le da la oportunidad de desarrollarse en el ámbito laboral y por tanto tiene que hacer uso de la violencia para hacerse escuchar.
Señaló la importancia de que las autoridades policiales redoblen esfuerzos para desarmar a los grupos juveniles que siembran el terror en los barrios y que son vistos como sujetos para cometer actos ilícitos y no para mejorar la economía del país.