EFE
El presidente de EE.UU., Barack Obama, arremetió hoy contra las propuestas de Donald Trump, sin aludir por su nombre al virtual candidato a la Casa Blanca, y denunció que el discurso republicano sobre la situación económica del país «no está basado en hechos», en un discurso con un claro tono electoral.
Obama regresó a la ciudad de Elkhart (Indiana), destino en 2009 de su primer viaje interno oficial como mandatario, para enfatizar el «progreso» logrado en los últimos siete años y medio y advertir a los estadounidenses de que en las elecciones de noviembre tendrán que decidir «entre dos visiones muy diferentes» sobre el rumbo y la economía del país.
En noviembre, uno de los «caminos» a elegir es el que propone «bajar salarios, eliminar protecciones de los trabajadores y cortar inversiones en cosas como educación», además de dejar a las personas sin seguro de salud y «permitir que China escriba las reglas de la economía global», detalló Obama en un discurso en el instituto Concord de Elkhart.
El otro camino «conduce a más puestos de trabajo y salarios más altos», y a un «código fiscal más justo (…) y comercio en nuestros términos», comparó a continuación.
«Algo que puedo prometer es que, si nos volvemos unos contra otros basados en divisiones de raza o religión (…), no construiremos sobre el progreso que hemos iniciado», advirtió Obama al urgir a los ciudadanos a votar en noviembre, pero no guiados por los «miedos» de cada uno.
Según Obama, «la verdad» es que, en casi todos los indicadores económicos, EE.UU. «está mejor» hoy que cuando él llegó a la Casa Blanca, en enero de 2009.
Por ello, denunció que el discurso de los republicanos sobre la situación económica actual «no está basado en hechos» y, si lo siguen usando, es porque «les ha funcionado para conseguir votos», al menos en el Congreso.
Sin mencionar por su nombre a Trump, el presidente se refirió en varios momentos de su intervención al candidato republicano a la Casa Blanca y cuestionó su propuesta de desmantelar las regulaciones impuestas a Wall Street, algo que tildó de «locura».
El plan fiscal de Trump no generará empleos ni «nos va a ayudar a ganar», dijo también Obama, parafraseando uno de los lemas de campaña más usados por el magnate.
Y sobre la promesa de Trump de deportar a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados si llega a la Casa Blanca, Obama la calificó de «fantasía», además de que, «logísticamente», es algo «imposible» de llevar a cabo.
La Casa Blanca programó el viaje de Obama para mostrar a Elkhart como «símbolo de la recuperación» del país tras la recesión de 2008, la mayor en ocho décadas.
Durante la crisis la tasa de desempleo en la localidad creció hasta el 19,6 % y hoy se ha reducido hasta alrededor del 4 %.
En cuanto a la tasa de graduación de la educación secundaria, ha pasado del 75 % a casi el 90 %.
De acuerdo con la Casa Blanca, Elkhart recibió unos 170 millones de dólares para «inversiones cruciales» en infraestructura y educación gracias al plan de estímulo contra la crisis que Obama promulgó en febrero de 2009, dotado con cerca de 790.000 millones de dólares.
Por su parte, el gobernador de Indiana, el republicano Mike Pence, indicó que Elkhart y todo el estado se han recuperado no por las políticas de Obama, sino «a pesar» de ellas.
A nivel nacional, el desempleo ha caído desde el pico del 10 % alcanzado durante la recesión al 5 % actual, el mercado de la vivienda está repuntando y 20 millones de estadounidenses más tienen un seguro médico gracias a la reforma de salud.
Pero también es cierto que la desigualdad de ingresos entre ricos y pobres ha ido creciendo, como reconoció hoy Obama en su discurso al admitir que la «brecha» entre unos y otros es la mayor desde la década de 1920.
En palabras del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, los estadounidenses «merecen más que una gira victoriosa» de Obama «celebrando el estancamiento de los salarios, un crecimiento económico tibio e índices de pobreza persistentemente altos».
Parecidas críticas ha hecho durante su campaña Trump, cuya principal promesa es hacer que EE.UU. sea «grande de nuevo».